Esta kriya es para limpiar y fortalecer los ojos. Los ojos normalmente
enfocan un objeto pequeño o un llama de una lámpara en una habitación
oscura, sin parpadear, hasta que empiecen a lagrimear. Las variaciones
avanzadas implican observa la imagen de un dios o incluso imaginarlo en el
ojo de nuestra mente.
Al hacer tratak has de mantenerte mirando fija y continuamente, sin
parpadear, durante unos treinta o cuarenta minutos. Toda tu consciencia ha
de estar en los ojos; tú debes convertirte en los ojos. Olvídate de todo,
olvida el resto de tu cuerpo, sé solo los ojos y mira fijamente en todo
momento sin parpadear.
Cuando toda tu consciencia esté centrada en los ojos, alcanzarás un clímax
de tensión, el máximo de tensión. Tus ojos son tu parte más delicada, por
eso pueden llegar a estar más tensos que cualquier otra parte. Y con
tensión en los ojos, toda la mente se tensa; los ojos son sólo puertas
hacia la mente. Cuando te conviertes en los ojos y los ojos alcanzan un
máximo de tensión, entonces la mente también alcanza un clímax de tensión.
Cuando bajas de este clímax caes sin esfuerzo en el abismo de la
relajación. Tratak crea uno de las máximas tensiones posibles en la
consciencia. Desde ese máximo, lo opuesto sucederá espontáneamente; la
relajación sucederá espontáneamente.
Cuando estés haciendo tratak, el pensamiento se detendrá automáticamente.
Poco a poco tu consciencia se irá centrando más en los ojos. Simplemente
estarás consciente; no habrá pensamiento. Los ojos no pueden pensar.
Cuando toda la consciencia se encuentra centrada en los ojos, la mente no
tiene energía para pensar. No existe la mente, solamente existen los ojos,
de modo que no existe el pensar.
En el instante en que tus ojos quieran parpadear, ése es el momento en que
has de estar alerta. La mente está tratando de hacer que la energía
regrese para pensar, está tratando de desviar la consciencia de los ojos y
que regrese a la mente. Por eso una contemplación fija y constante es
necesaria. Incluso un simple movimiento de los ojos dará energía a la
mente. De modo que no muevas en absoluto los ojos. Tu mirada debe
permanecer absolutamente fija.
Cuando estás mirando fijamente, sin mover los ojos, la mente también está
fija; la mente se mueve con los ojos. Los ojos son las puertas, las
puertas que pertenecen a la mente interior y también al mundo exterior. Si
los ojos se hallan totalmente fijos, la mente se detiene; no puede
moverse.
Esta técnica empieza con los ojos como porque empezar desde la mente es
difícil. Es difícil controlar la mente, pero los ojos son objetos
externos; puedes controlados. Mantén pues, tu mirada absolutamente fija;
mira fijamente sin parpadear. Cuando tus ojos estén quietos, tu mente se
aquietará.
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