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Gathas y Oraciones

Vista del altar de Inari


El inicio del Sutra

El Dharma incomparablemente profundo y exquisito
Raramente se encuentra, incluso en centenares de miles de millones de kalpas;
Nos permiten ahora verlo, escucharlo, aceptarlo y sostenerlo;
¡Podemos nosotros entender el significado de la verdad de las palabras del Tathagata!
 

Confesión

Todo el karma malo en la vida comprometido por mí desde antaño,
A causa de la codicia, la cólera, y la tontería, que no tiene ningún principio,
nato de mi cuerpo, de mi boca, y mi pensamiento.
Yo hago ahora una confesión completamente publica.
 

El refugio en las tres joyas.

Yo tomo refugio en el Buddha;
Yo tomo refugio en el Dharma;
Yo tomo refugio en el Sangha.
 

Yo tomo refugio en el Buddha, el incomparablemente honorable;
Yo tomo refugio en el Dharma, por su pureza honorable;
Yo tomo refugio en el Sangha, por su vida armoniosa y honorable.
 

Yo he terminado tomando refugio en el Buddha;
Yo he terminado tomando refugio en el Dharma;
Yo he terminado tomando refugio en el Sangha.
 

Los cuatro grandes votos

Aunque los seres sean innumerables, yo juro salvarlos;
Aunque las pasiones sean inagotables, yo juro extinguirlas;
Aunque los Dharmas son inmensurables, yo juro dominarlos;
Aunque la verdad del Buddha es incomparable, yo juro alcanzarla.
 

Rindiéndole culto a Sarira

Nosotros nos postramos con toda la humildad ante el Sarira, santo que representa el cuerpo de Shakyamuni, el Tathagata que es dotado perfectamente de todas las virtudes que tiene el Dharmakaya como la tierra de su ser, y Dharmadhatu como la stupa dedicada a él.

A él nosotros pagamos nuestro respeto con deferencia debida.

Manifestándose en una forma corporal para nuestras causas, el Buddha entra en nosotros y nos hace entrar en él.

Su poder a agregándose a nosotros, nosotros logramos Esclarecimiento; y [de nuevo] dependiente en él, el poder milagroso de Buddha, todos los seres son los beneficiados, dispuestos deseosos para el Esclarecimiento, se disciplinan en la vida del Bodhisattva, y igualmente entran en quietud perfecta donde prevalece la sabiduría infinita de la identidad absoluta.

Nosotros nos postramos ahora ante él.
 

Las enseñanzas de los siete Buddhas

No cometer malas acciones,
Hacer sólo buenas acciones,
Guardar los pensamientos puros  
Ésta es la enseñanza de todos los Buddhas.
 

El gatha de la impermanencia

Todas las cosas compuestas son temporales,
Ellas están sujetas al nacimiento y muerte;

Si acabas con el nacimiento y la muerte,
Existirá una tranquilidad dichosa.

[Por causa de la segunda mitad de este Gatha se dice que para transferir el estado de Buddha se sacrifica la vida propia. Por esta razón esto es también conocido como "el Gatha del sacrificio".]
 

El Yemmei Kwannon - Sutra de las diez oraciones

¡[La adoración a] Kwanzeon!
¡Adoración al Buddha!
Al Buddha nosotros estamos relacionados
En términos de causa y efecto.
Dependiendo del Buddha, el Dharma, y la Sangha,
[El nirvana es posible y es] eterno, en la vida del bienaventurado,
autónomo, y libre de la deshonra.
Todas las mañanas nuestros pensamientos están en Kwanzeon,
Todas las tardes nuestros pensamientos están en Kwanzeon.
Cada pensamiento se emite de la Mente,
Cada pensamiento no está separado de la Mente.
 

[Yemmei quiere decir "Prolongando la vida"; cuando uno recita diariamente este documento de estas breves diez oraciones que relacionan a Kwannon, la salud de uno está segura, no sólo es bueno para sí mismo, sino también para el mundo entero.]

Gathas y Oraciones

Gatha es un término Sánscrito que significa "verso" o "himno". En literatura budista se usa para designar la porción versificada del sutras.

Los estudiosos chinos han adoptado esta palabra para sus composiciones versificadas que son conocido como chieh, una abreviación de chieh-t'o, o como chieh-cantó de que es la combinación del Sánscrito y el chino. Los gathas coleccionados aquí no son exclusivamente aquéllos de la secta Zen; algunos pertenecen al

Extracto del libro:  Manual de Budismo Zen
Dais
etz Teitaro Suzuki
[1934] 
 
Traducido al español por:
 Henry Binerfa Castellanos

 

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