La sabiduría
Jñâna,
sabiduría o conocimiento, se aplica tanto en contextos sagrados como laicos.
Se puede referir al aprendizaje, o conocimiento conceptual, y a la mas elevada
sabiduría, visión intuitiva o gnosis, es decir, a una especie de conocimiento
liberador o intuición. Ocasionalmente, jñâna incluso se equipara
con la Realidad última.
El Bhagavad Gîtâ (18.20-22) distingue tres tipos de jñâna
dependiendo de la predominancia de uno u otro de los tres constituyentes
primarios (guna) de la naturaleza:
Aquel conocimiento con el
cual uno percibe
una sola sustancia en todos
los seres,
imperecedera,
indivisa en ellos que se
hallan divididos
—has de saber que aquel
conocimiento es sáttvico.
Aquel conocimiento que
percibe,
en todos los seres, como
diversidad,
múltiples sustancias de
diversa clase
—has de saber que aquel
conocimiento es rajásico.
Se llama tamásico a
aquél conocimiento
que se aferra, como si fuera
todo,
a un solo objeto,
que no se preocupa por las
causas,
trivial, que no tiene como
meta la verdad.
El Yoga
Vâsishtha (3.118.5ss.), compuesto hacia el 1100 d.C., menciona siete
etapas o niveles (bhûmi) de sabiduría:
— shubhaicchâ: puro
deseo o intención de conocer;
— vichâranâ: investigación o profunda consideración de las enseñanzas
espirituales;
— tanumânasî: la completa purificación mental;
— sattâppati: establecimiento en la verdad, o adquisición de la pura
esencia;
— asamshakti: desapego, liberación total de los apegos y la esclavitud;
— padârthabhâva: el reconocimiento de lo que realmente importa, que es
la iluminación; la cesación de la objetividad;
— turiyaga: la intuición del “cuarto” estado (turiya), que está
mas allá de todos los demás.
Estas
etapas de jñâna conducen irrevocablemente a la
liberación. Por tanto, como afirma el Bhagavad Gîtâ:
Aunque tú fueras el mayor
pecador
entre todos los pecadores,
irás mas allá del mal
mediante la balsa que es el
conocimiento (4.36).
A veces,
jñâna se contrasta con el yoga (en el sentido de
práctica específica). En este sentido, el Tri Shikhi Brâhmana Upanishad
(2.19) declara:
La sabiduría surge mediante
el yoga.
El yoga se desarrolla a
través de la sabiduría.
Fundamentos del Jñana Yoga
Esta rama
del yoga es virtualmente idéntica al camino espiritual del vedânta,
colocando en lugar de máxima importancia la gnosis. Es el camino hacia la
autorrealización mediante el ejercicio de la comprensión gnóstica. Se inclina
hacia el estudio de las escrituras, la razón, el argumento y el debate;
concretamente, consiste en el ejercicio constante de discriminación entre lo
irreal y lo real, entre el si-mismo y el no-si-mismo (anâtman).
El Jñana Yoga enseña el ideal del no dualismo (advaita): la
realidad es la unidad y la percepción de incontables fenómenos diferentes es
una ilusión básica.
Los maestros del Jñana Yoga afirman que todas las cosas son reales en
el actual nivel de conciencia, pero en última instancia no están separadas
unas de otras, no hay distinción entre ellas. Tras la iluminación, todo se
funde en la unidad y uno mismo se unifica con el espíritu universal.
El Jñana Yoga es un camino orientado hacia la realización de lo eterno
en su aspecto transcendente. El énfasis del Jñana Yoga está en el
discernimiento del puro conocimiento de la naturaleza y de todo fenómeno
temporal. El jñana yogui busca descubrir su verdadero si mismo, el
âtman, en su estado separado del cuerpo o la mente. Cree que algo que
sufre cambio no es su esencia mas profunda y debe transcenderse.
El practicante de Jñana Yoga considera el poder de voluntad (icchâ)
y la razón inspirada (buddhi) como los dos pilares básicos que permiten
alcanzar la iluminación
Historia
El término
compuesto Jñana Yoga se emplea por primera vez en el Bhagavad Gîtâ,
donde Krishna dice a su discípulo Arjuna:
Yo he enseñado antaño, oh
guerrero sin tacha,
que en este mundo es doble el
camino:
el yoga del conocimiento (Jñana
Yoga)
para los dedicados a la
teoría (sâmkhyas),
el yoga de la acción (Karma
Yoga)
para los dedicados a la
acción (yoguis) (3.3).
Sin
embargo, mas adelante Krishna rechaza que sâmkhya y yoga sean
dos caminos separados:
Los ignorantes, no así los
sabios,
señalan como caminos
diferentes el sâmkhya y el yoga.
Aquel que plenamente recurre
a uno de ellos,
aquél consigue el fruto que
deparan ambos (5.4).
La condición que obtienen los
dedicados al sâmkhya
la alcanzan también los
dedicados al yoga.
Aquel que ve como una sola
cosa
el sâmkhya y el yoga,
aquél en verdad ve (5.5).
Krishna
equipara Jñana Yoga con Buddhi Yoga, pues es buddhi, “la
facultad de la sabiduría”, la que hace posible tal discernimiento. (Ver al
artículo Buddhi Yoga).
Shankara, Ramanuja y Ramana Maharshi son tres de los
mejores exponentes conocidos de este camino y los textos principales son los
Brahma Sûtra y algunos Upanishads.
Shankara se refiere al yoga de la visión no-dual, o
advaita—darshana—yoga como Asparsha
Yoga. Por tanto, Asparsha Yoga es un sinónimo de Jñana Yoga
en su forma mas elevada. (Ver el artículo Asparsha Yoga).
El jñani
El
jñana yogui, o jñâni, se siente especialmente atraido por el camino
del intelecto discriminatorio. El sâdhana del jñana yogui
consiste en rechazar todo lo transitorio, aparente y superficial diciendo
"esto no, esto no" (neti, neti), a lo que no es eterno, y así
llegar a Brahman por eliminación. Negando lo que es
transitorio, espera residir en lo eterno. No busca tanto crecer hacia una meta
espiritual, como transcender todas las modificaciones de naturaleza.
El Tri
Pura Rahasya (19.16ss.), un tardío pero importante texto de la tradición
Shakta sobre Jñana Yoga, distingue entre tres tipos de
practicantes, dependiendo de la disposición psíquica predominante:
— El primer tipo adolece de
un exceso de orgullo, que le bloquea en la vía hacia un conocimiento correcto
de las enseñanzas de la no-dualidad; el orgullo puede superarse cultivando la
verdad con ayuda del maestro.
— El segundo tipo sufre de la “ilusión del hacedor”, de “actividad” (karma),
es decir, de la asunción de ser una personalidad o ego comprometido con los
actos, inmerso en la actividad, lo cual impide el desarrollo de la ecuanimidad
y la claridad necesarias para una auténtica sabiduría; este practicante
precisa de un acto de gracia inspirador.
— El tercer tipo, el más común, sufre del “monstruo” del deseo, es decir, de
las motivaciones que existen en contra del impulso primario de
auto-transcendencia. Las personas de este tipo, por ejemplo, se pierden a si
mismas en el ansia de poder, de la fama o del deseo sexual. Este tipo de
persona impulsiva precisa de un esfuerzo para cultivar el desapego y la
discriminación mediante el estudio, la adoración y la compañía de los sabios.
El Tri
Pura Rahasya (19.35), sin embargo, afirma que en todos los casos el factor
mas importante para lograr el éxito es el impulso constante hacia la
iluminación. Se viene al mundo solo por el deseo de liberarse; tal deseo debe
sentirse profundamente y no basarse simplemente en una fascinación casual o en
ilusiones de grandeza. Sobre todo, la urgencia hacia la realización debe
traducirse en una práctica diaria que permita obtener frutos.
Dependiendo de los esfuerzos y del tipo de personalidad de los practicantes,
el Jñana Yoga se manifiesta de forma diferente en cada individuo. Sin
embargo, el desconocido autor del Tri Pura Rahasya (19.71) aclara
rápidamente que estas diferencias no significan que haya múltiples sabidurías;
al contrario, el jñani afirma la no-distinción; la sabiduría es
co-esencial con la Realidad.
Esta obra continua hablando de los jñanis liberados que siguen
presentes en su cuerpo físico. Estos grandes seres, denominados jivanmukti,
se hallan totalmente desapegados respecto a cualquier condicionamiento o deseo
que pueda surgir en sus condicionadas personalidades.
Una segunda categoría comprende a aquellos practicantes avanzados de Jñana
Yoga que se hallan tan concentrados en el sagrado trabajo de la
autorrealización que, inmersos como están, parece que están mas allá de la
mente. Estos son los sabios ilustres. Su “carencia de mente” (amanaskatâ)
se manifiesta mediante una cualidad similar a la sencillez infantil que
refleja su elevada simplicidad interior. No tienen preocupaciones ni interés
alguno por adquirir mas conocimiento o exponer su inteligencia. La mente la
utilizan solo para manejar las cuestiones prácticas de su vida.
La ventaja del Jñana Yoga es que proporciona un enfoque seguro sobre la
meta de la auto-realización. Puesto que el jñana yogui busca lo
transcendente, puede permanecer desapegado de traumas emocionales, problemas
físicos y apego a los frutos de la práctica del yoga (como los siddhi
o poderes paranormales) que contaminan a los aspirantes en otros
caminos. La desventaja del Jñana Yoga es que puede situar al aspirante
fácilmente en una condición mental ilusoria. Es fácil para el aspirante
inexperto confundir el elevado estado de transcendencia de cuerpo y mente con
su propia condición psicológica de disociación entre cuerpo y personalidad. El
primero es un estado de iluminación, el último esta más cercano al autismo.
Los jñana yoguis inmaduros a menudo no reconocen que Dios tiene dos
aspectos: la quietud y la actividad eternas.
Prácticas
El
Jñana Yoga es el yoga de la meditación, de la sabiduría a través de la
auto-observación y la conciencia, del estudio y la reflexión, de la obediencia
a las instrucciones del maestro para obtener el control mental y el
discernimiento que nos conducirá a tomar conciencia ecuánime de la realidad
con una inteligencia despierta y llena de creatividad.
En consecuencia, la principal técnica del Jñana Yoga es la meditación;
pues solo en el sencillo ámbito interno de la meditación es donde puede
discriminarse con la mayor eficacia entre lo real y lo irreal.
El Vedânta Sâra (15ss.)
de Sadânanda, obra del siglo XV, afirma que la vía del Jñana Yoga
tiene cuatro medios (sâdhana) principales:
— Viveka:
discriminación entre lo permanente y lo transitorio, entre lo real y lo
irreal, es decir, la constante práctica de observar el mundo como lo que es
—una realidad finita y cambiante que, aún en su faceta mas agradable, no debe
nunca confundirse con la Felicidad trascendental;
— Virâga: renuncia ante los frutos (phala) de las propias
acciones; es el elevado ideal del Karma Yoga, que pide a sus
practicantes comprometerse con las acciones correctas sin esperar recompensa
alguna.
— Shatsampatti: los seis logros
— Tranquilidad (shama):
el arte de permanecer en calma, incluso ante la adversidad.
— Restricción sensorial (dama): el control de los sentidos, que
habitualmente se hallan excitados con su estimulación.
— Cesación (uparati): abstención de acciones que no son relevantes para
el mantenimiento del cuerpo-mente o para lograr el objetivo de la iluminación.
— Resistencia (titikshâ): se entiende concretamente como la habilidad
estoica de no alterarse ante el juego de los opuestos (dvandva) en la
naturaleza, tales como el calor y el frío, el placer y el dolor, la admiración
y la censura.
— Recogimiento mental (samâdhâna): concentración, disciplina de la
unidireccionalidad en todas las situaciones, pero específicamente durante los
periodos de educación formal.
— Fe (shraddhâ): una profunda e inspirada aceptación íntima de lo
sagrado y de la realidad trascendental. La fe no debe confundirse con la
simple creencia que opera solo a nivel mental.
— Mumukshutva: impulso
hacia la liberación, es decir, el cultivo del impulso espiritual.
Algunas
obras, como el brillante comentario de Shankara al Brahma Sûtra
(1.1.4), hablan del camino de tres pasos del Jñana Yoga, que consta
de:
— Shravana: escucha de
las tradiciones sagradas,
— Manana: reflexión sobre su mensaje, y
— Nididhyâsana: meditación o contemplación de la verdad, que es el
si-mismo-esencial (âtman).
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