El metodo conocido como Viniyoga esta
asociado a las enseñanzas de TKV. Desikachar, después de 27 años de
instrucción bajo la tutela de su padre y maestro T. Krishnamacharya.
TKV. Desikachar es director del Centro “Krishnamacharya Yoga Mandiran” de
Madras India, y ha dedicado su vida al desarrollo de la metodología
terapéutica del Viniyoga y una particular interpretación de los Yoga
Sutras de Patánjali.
Más que un método es un modelo de ejecución, su centro de atención no es
la técnica sino el practicante; por lo tanto las diferentes aplicaciones
de Yoga se adaptan a la realidad y características de las personas en
occidente; en base a sus necesidades, capacidades y aspiraciones.
La práctica que propone subraya la progresión gradual hacia un objetivo,
da una lugar especial a la respiración e intenta conseguir llegar a la
acción justa a través de la distensión en el esfuerzo.
Viniyoga representa un contexto actual para un antiguo Conocimiento cuyo
origen se pierde en la noche de los tiempos. Viniyoga adapta al tiempo, el
lugar y la persona el Conocimiento de la Tradición.
El Yoga es simultáneamente la Meta y el Camino, el objetivo y el método.
En tanto que método, su acción se centra en el estado de la mente, esa
parte del hombre que pone en contacto lo Interno con lo externo, y que
condiciona "su visión del mundo". Sin mente no hay hombre tal y como lo
conocemos y tampoco hay Yoga. Pero el hombre es algo más, es también Ser y
el Yoga es el puente entre el pequeño hombre y el gran Hombre, entre el
ego y el Yo, entre el no ser y el Ser.
La práctica del Yoga, es profundamente transformadora, porque el Yoga ante
todo, es acción. No es solo una teoría, una ciencia de la mente, sino una
tecnología práctica y tangible de transformación personal.
Ningún aspecto de la vida del hombre queda fuera de la acción del Yoga
cuando éste se aplica de forma sabia y cuidadosa: así, su relación con los
demás y con él mismo, su cuerpo, su respiración, sus sentidos de
percepción, sus pensamientos y sentimientos, son tocados sutilmente y
llevados progresivamente a un estado de integración, de armonía, de
serenidad y de lucidez. El Yoga transforma nuestra "realidad", y es como
el barquero que nos lleva de la orilla del sufrimiento y la ignorancia a
la orilla del bienestar y el despertar. A través de su acción la
enfermedad deviene en salud, la agitación en calma, la oscuridad en luz.
El Yoga se aplica en la vida cotidiana, en el día a día, a solas con uno
mismo, y a través de la interacción con los demás. La práctica de
ejercicios físicos (asana) y respiratorios (pranayama) son dos de los ocho
aspectos del Yoga; aspectos que forman un único cuerpo que abarca la
totalidad de la vida personal.
Durante las sesiones de Asana y Pranayama, hacemos especial hincapié en la
percepción atenta del cuerpo y la respiración. Cuando los tres, el cuerpo,
el aliento y la atención viajan juntos se produce una experiencia singular
que mejora la cualidad de cada uno de ellos. Los movimientos lentos,
realizados conscientemente, con el esfuerzo justo y coordinados con la
inspiración y la espiración, efectuados dentro de una progresión
perfectamente estudiada y sincronizada, permiten acceder fácilmente a esta
experiencia de mayor calma, energía y lucidez que caracteriza al estado de
Yoga.
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