Coloca el brazo izquierdo
por debajo del derecho, cruzándolas por los codos. Une las manos con las
palmas encaradas.
Lleva la parte superior
de los brazos al pecho y acércate las manos al rostro; si es posible
intenta tocarte con los dedos la nariz y coloca los pulgares bajo la
barbilla.
Dobla un poco las
rodillas. Para mantener mejor el equilibrio, mira a un punto frente a ti y
respira profundamente. Cruza lentamente la pierna izquierda sobre el muslo
derecho. Si puedes hacerlo, rodea con el pie izquierdo la pantorrilla o el
tobillo derecho.
Dobla la pierna derecha
un poco más. Mantén la columna recta y las caderas hacia adelante. Respira
profundamente y permanece así durante 10-15 segundos.
Si no puedes mantener el equilibrio, intenta concentrarte en la
respiración y fijar la mirada en un punto frente a ti.
Separa primero los brazos
y luego descruza y estira la piernas.
Repite la postura una vez
más. |