Esta postura estira los
músculos de las ingles y aumenta la flexibilidad de las caderas. También
fortalece los brazos, los hombros y los abdominales. Hazla siempre que
sientas alguna tensión o molestia en las caderas, la pelvis o la parte
superior de los muslos.
Siéntate sobre una
colchoneta con las piernas estiradas y la columna cómodamente extendida.
Si lo deseas, siéntate sobre una manta doblada, de una altura de 5 a 10
cm. depende de la flexibilidad de tus caderas.
Levanta la pierna derecha
y flexiónala por la rodilla. Rodea con los brazos la parte inferior de la
pierna de un modo que el pie derecho quede recostado sobre la parte
interior del codo izquierdo o sobre la mano. Ten cuidado con la rodilla y
no la fuerces. Sostén con ambos brazos la pierna y, si te resulta posible,
cógete ambas manos.
Usa el brazo para
acercarte la pierna al pecho y al vientre.
Mantén la espalda derecha
y sostén la pierna lo más alto posible, sin forzarla.
Moviéndote desde la
articulación de la cadera, mece con suavidad la pierna hacia uno y otro
lado como si acunaras un bebé.
Después de acunarla
varias veces, cambia la posición de las piernas y repite la postura con la
pierna izquierda.
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