Este estiramiento abre
las caderas, lubrifica las articulaciones de las mismas y, al mismo
tiempo, masajea y limpia los órganos abdominales. También relaja los
hombros y alivia la tensión en el cuello.
Tiéndete boca arriba con
las rodillas dobladas. La cabeza ha de estar en el suelo.
1. Cruza la pierna
izquierda de modo que la parte exterior del tobillo descanse en el muslo
derecho.. Pasa el brazo izquierdo por el espacio que queda entre las
piernas, rodea con él el muslo derecho y agárrate las manos.
2. Inhala. Al exhalar,
lleva el muslo derecho al pecho levantando el pie derecho del suelo.
Aleja, con el codo izquierdo, la rodilla izquierda del cuerpo. Siente cómo
el músculo rotador de la cadera se estira.
Mantente así durante
varias respiraciones. Cada vez que exhales, intenta acercar el muslo
derecho un poco más al cuerpo.
Separa las manos y
descruza las piernas.
Repite la postura hacia
el otro lado.
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