Parte de la “postura de la mesa” con los brazos bajo los hombros y las
rodillas bajo las caderas.
Imagina que con la mano derecha sostienes una aguja y un largo hilo. Al
inhalar, ve levantando el brazo derecho lateralmente y luego hacia el
techo; si el cuello te lo permite, ve siguiendo la mano con la mirada.
Al exhalar, enhebra la aguja imaginaria metiendo
la mano derecha por el espacio que queda bajo el brazo izquierdo. Deja que
el hombro derecho, la parte superior del brazo y la parte derecha de la
cara se “fundan” con el suelo.
Mantente así durante varios segundos. Deja que la respiración te ayude a
relajarte más si cabe en esta postura.
Traza pequeños y lentos círculos en el sentido de
las agujas del reloj y ve ampliándolos poco a poco. Trázalos luego
hacia la dirección opuesta.
Vuelve lentamente a la “postura de la mesa” y repite el ejercicio hacia el
otro lado. |