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Meditación Yoga

Mala hueso blanco

1. Relajación Física
Toda acción es resultado de un pensamiento. Los pensamientos toman la forma de la acción y el cuerpo reacciona. Del mismo modo que nosotros mandamos un mensaje a los músculos para que se contraigan, otro mensaje llevará igualmente la relajación a los músculos cansados. La postura de relajación se llama Savasana o postura del cadáver.


Túmbese en el suelo y separe ambas piernas unos 40 cm. una de otra. Deje caer los dedos de los pies hacia los lados. Los brazos se dejan sueltos a ambos lados del cuerpo, con las palmas de las manos hacia arriba y los dedos ligeramente flexionados. La respiración es lenta, rítmica y diafragmática.
El mensaje de la relajación se produce por autosugestión. Primero, comienza la relajación física desde los dedos de los pies hacia arriba y la autosugestión del relax pasa a través de todos los músculos y llega hasta los ojos y los oídos. Entonces, lentamente se mandan mensajes a los riñones, hígado, etc.


2. Relajación Mental.
Durante la tensión mental se debe respirar lenta y rítmicamente unos cuantos minutos. La mente se irá calmando gradualmente, hasta sentir una sensación como de flotar.


3. Relajación Espiritual .
Aunque uno intente relajar la mente, no puede eliminar por completo todas las tensiones y preocupaciones hasta que alcance la relajación espiritual. En tanto el hombre se identifique a sí mismo con su cuerpo y su mente, habrá preocupaciones, tristezas, ansiedades, miedo e ira, las cuales, a su vez, producen tensión. Mientras el hombre no se abstraiga a sí mismo de la idea del cuerpo y no se separe de la conciencia del ego, no hay modo alguno de obtener una relajación completa.
En la relajación espiritual uno se abstrae y se identifica con el Ser todopoderoso y omnisciente, pleno de paz y de dicha. La fuente del poder, el conocimiento, la paz y la fortaleza se encuentra en el alma y no en el cuerpo. Afirmando su propia naturaleza real, al decir "Yo soy esa Conciencia Pura o el Ser", uno se identifica con el Absoluto y completa el proceso de la relajación.


Meditación
No se puede aprender a meditar, como tampoco se puede aprender a dormir. Simplemente, uno se sume en ambos estados. Hay ciertos puntos que recordar, sin embargo, con respecto a las técnicas y a los grados de la meditación.
Antes de empezar, ordenad a la mente que permanezca calmada durante un espacio determinado de tiempo. Olvidad el pasado, el presente y el futuro. Sentaos en una postura confortable e inmóvil, con la espalda y el cuello erguidos. La postura con las piernas cruzadas forma un camino triangular para el fluido de energía, la cual es necesario conservar, en lugar de dispersarla en todas direcciones. El metabolismo, las ondas mentales y la respiración se irán ralentizando progresivamente.
Regulad conscientemente la respiración.
Comenzad respirando profundamente durante cinco minutos para oxigenar el cerebro. Ralentizarla después hasta que resulte casi imperceptible. Mantened vuestra respiración rítmica. Inspirad y espirad durante tres segundos. La regulación de la respiración regula, también, el fluido del prana.
Al principio, dejad correr la mente. Saltará de una cosa a otra, pero acabará por concentrarse finalmente junto con la concentración del prana. No forcéis la mente tratando de calmarla. Si lo hacéis, surgirán ondas mentales adicionales que obstaculizarán la meditación.
Seleccionad un punto focal en el que reposar la mente cuando se canse. Puede ser el Ajna Chakra (en el entrecejo) para aquellas personas predominantemente intelectuales o el Anahata Chakra (en el corazón) para aquellos que son más emocionales. Nunca cambiéis este punto focal.
Repetid vuestro mantra mental y oralmente. Si no tenéis un mantra propio, podéis usar “OM”. Quienes prefieran una Deidad personalizada pueden usar “RAM” o “SHYAM”. La repetición mental es más poderosa. Recurrid a la repetición oral si os adormecéis. Jamás cambiéis vuestro mantra.
La repetición os conducirá al Pensamiento Puro, en el que se funden el pensamiento y el sonido, y en el que no queda ninguna conciencia del significado. La repetición oral evoluciona a través de la repetición mental hasta el lenguaje telepático y de éste al Pensamiento Puro. Este es el estado sutil de dicha trascendental, aún con dualidad. Cuando la dualidad desaparece, se alcanza el Samadhi. El Conocedor, el Conocimiento y lo Conocido se convierte en Uso sólo.

 

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