La
respiración clavicular es la más superficial y el peor tipo posible.
Esta respiración es muy superficial y se nota
colocando la palma de la mano en la parte superior del pecho, justo debajo
de la garganta, para poder sentir el ligero movimiento clavicular al
respirar. De esta forma tomaremos conciencia de que penetra poco aire, a
pesar de que el esfuerzo es mucho mayor que durante la respiración
torácica.
Se
realiza un esfuerzo máximo, pero una mínima cantidad de aire es obtenida.
Durante la inhalación los hombros y la clavícula son elevados mientras que
el abdomen es contraído.
Nuestra atención debe centrarse ahora en la parte
más alta de los pulmones y muy específicamente en las clavículas. En esta
respiración intentaremos levantar las clavículas al mismo tiempo que se
inspira y se introduce el aire lentamente, pero sin levantar los hombros
por ello. Sólo la parte superior de los pulmones recibe un aporte de aire
fresco.
Finalmente, la respiración clavicular se efectúa
llenando la parte superior de los pulmones.
Esta manera de respirar, la menos eficiente de las
tres descritas, no es entendible de forma aislada. Integrada en la
respiración completa, adquiere todo valor y utilidad cuando va precedida
de las otras dos fases de esta respiración. Su práctica exclusiva es
síntoma de personas con ansiedad y tensiones nerviosas. Son inspiraciones
y espiraciones cortas que no permiten acceder a los pulmones gran cantidad
de aire. |