La
técnica yóguica complementaria al kumbhaka es kapalabhati, de
respiraciones rápidas.
En esta práctica se invierten la mayoría de pautas que rigen en otros
prânâyâmas. En kapalabhati la espiración no dura el doble de tiempo que la
inspiración, la voluntad se aplica para espirar con fuerza en lugar de ser
aplicada a la inspiración y dejar que la espiración sea pasiva, el oxígeno
está muy poco tiempo dentro del cuerpo, etc. Funciona justo al revés de
todas las demás prácticas del prânâyâma en las que la inspiración es
activa y la espiración pasiva. En kapalabhati la espiración es brusca y
activa mientras que la inspiración es automática y pasiva.
La calidad del ejercicio kapalabhati depende, en primer lugar, de la
fuerza de la espiración y en segundo lugar del número de espiraciones. Con
entrenamiento, se aumenta el número de espiraciones por minuto, llegando a
las ciento veinte o incluso hasta las doscientas expulsiones de aire
regulares en práctica avanzada. Ello representa una velocidad como mínimo
diez veces mayor que la de la respiración normal.
Kapalabhati es una
respiración vigorizante y purificante que significa literalmente "iluminar
el cráneo". Airea el organismo al aumentar notablemente el aporte de
oxígeno al cuerpo, tonifica los músculos del abdomen, fortalece el
diafragma, aumenta la energía y fomenta la concentración
Este ejercicio de
pranayama produce una rápida eliminación de todas las mucosidades
adheridas en el aparato respiratorio. Refuerza el sistema nervioso.
Permite absorber gran cantidad de oxígeno. Tonifica la circulación y eleva
el rendimiento metabólico.
En el aspecto
psíquico aumenta el dominio de sí mismo y la capacidad de concentrar la
mente. Se aconseja vivamente que no sobrepase, sin autorización de una
persona competente, las medidas y duración que aquí indicamos para cada
ejercicio. Un exceso en los ejercicios respiratorios podría producirle
efectos nocivos en vez de beneficiosos.
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Siéntate con la espalda cómodamente
extendida. Cierra los ojos o mira hacia el suelo.
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Haz una inspiración
completa.
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A continuación haz
una expiración vigorosa por la nariz de modo que salga de un golpe el
aire que había entrado. La expiración se ha de hacer mediante una
contracción del abdomen semejante a la del acto de toser.
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Una vez que
sueltes la contracción, sin hacer nada especial para ello, y debido a la
relajación abdominal, automáticamente entrará de nuevo aire en los
pulmones.
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Entonces repite la
espiración vigorosa, una y otra vez, hasta llegar al número total de
once.
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O sea, que el
Kapalabhati se compone inicialmente de once expiraciones forzadas
interrumpidas, conseguidas mediante súbitas contracciones de los
músculos abdominales y del diafragma. Como las costillas no intervienen
de manera activa en ningún momento de la respiración, el pecho permanece
todo el rato prácticamente inmóvil.
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Después de hacer
las once espiraciones forzadas y rápidas, descansa unos momentos
respirando con normalidad. Una vez reposado, repite otra serie de once
espiraciones más, y al cabo de quince días puede añadir otra serie de
once, con lo que harás un total de tres series de once espiraciones cada
una.
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Procura no hacer
ningún esfuerzo especial con las fosas nasales y la laringe.
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