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La retención

Kumbhaka

 

 

La esencia del prânâyâma es la cesación voluntaria de la inspiración y la espiración. Esta retención del aliento, denominada en sánscrito kumbhaka, es la práctica más importante. Se efectúa con los pulmones completamente llenos (antara) o completamente vacíos (bhaya).

Fisiología

La fisiología de la retención en la respiración implica cambios cardíacos, circulatorios y respiratorios, todos ellos muy importantes.

En kumbhaka la respiración es detenida tras cada inspiración y tras cada espiración entre tres y veinte segundos en los aprendices, y puede durar bastantes minutos en los yoguis experimentados. El efecto principal de estas retenciones es conseguir una mejor metabolización del oxígeno del aire y, naturalmente, todo lo que deriva de ello.

Después de unos segundos reteniendo el aliento con los pulmones llenos, el centro respiratorio registra un cambio de composición en la sangre: sube la tasa de CO2 y desciende la de oxígeno. Este cambio estimula el trabajo vegetativo del bazo que se contrae y lanza al circuito sanguíneo mayor cantidad de glóbulos rojos, a la vez que aumenta la temperatura del cuerpo y se relaja el sistema nervioso.

Cuando la presión parcial de CO2 en el aire alveolar excede aproximadamente de 50 mm. de mercurio, el estímulo respiratorio es tan fuerte que no puede mantenerse mas tiempo la retención. Esto se considera el Punto Límite (PL), en el cual se reinicia el movimiento respiratorio.

Hay quimiorreceptores sensibles ante el componente químico de la sangre. Debido a la acumulación de CO2, la capacidad para retener la respiración es limitada.

Aproximadamente, el 0,01% de cambio en CO2 invierte la acción del sistema respiratorio.

En kumbhaka los impulsos aferentes del vago se inician en los pulmones, y los eferentes en la médula. Los impulsos aferentes nos permiten mantener los pulmones en una posición concreta de expansión/apertura, mientras que los eferentes hacen que los pulmones se colapsen.

Si se recoge y se compara el aire inspirado y el espirado en una persona que respire a ritmo normal, se observa que el organismo ha absorbido solo entre el 6 y el 21% del oxígeno que contiene el aire inspirado. Reteniendo el aire, se prolonga el tiempo de contacto del oxígeno con la membrana pulmonar, aumentando la absorción de este gas y la expulsión de anhídrido carbónico. Así, kumbhaka provoca importantes modificaciones del metabolismo. El más importante es la descomposición parcial del azúcar de la sangre para obtener directamente oxígeno que compense la interrupción del aporte exterior; consecuentemente, la temperatura interna tiende a subir ya que la respiración pulmonar evacua el calor producido por las combustiones intracelulares.

Realmente, la finalidad de la respiración tiene lugar en cada célula. Toda célula en contacto con el oxígeno lo absorbe; por la oxidación de ciertos elementos celulares se libera energía, con producción de CO2 (anhídrido carbónico) expulsado por la célula. El objetivo primario del prânâyâma es estimular la respiración celular, a la que se une una mayor producción de calor interno, por la activación de las combustiones intracelulares. Los ejercicios deberían, por tanto, proseguirse hasta una transpiración profusa. Resulta así una revitalización del cuerpo por la activación de los procesos biológicos de combustión intracelulares. La energía desprendida (prâna) queda disponible para elevados fines psicofisiológicos.

Técnica con los pulmones llenos

La retención con los pulmones llenos se denomina antara kumbhaka.

— Efectuar varias respiraciones completas y profundas igualando los tiempos de inspiración y espiración, sin llegar al cansancio. La respiración debe ser fluida y relajada.

— Después de 4 ó 5 respiraciones, inspirar y suspender el movimiento respiratorio con los pulmones completamente llenos.

— Mantener la suspensión aproximadamente la mitad del tiempo invertido en inspirar y reanudar el movimiento respiratorio, espirando despacio y profundamente.

— Repetir de la misma forma 4 ó 5 respiraciones más.

Si la respiración sigue siendo cómoda, se puede alargar el tiempo de la suspensión hasta que se igualen las tres fases respiratorias.

Si al término de la espiración se notan sofocos o una necesidad acuciante de inspirar, hay que detenerse y respirar normalmente dos o tres veces antes de reanudar el ejercicio.

Técnica con los pulmones vacíos

La retención con los pulmones vacíos se denomina bhaya kumbhaka. Se aprende una vez que se domina la técnica con los pulmones llenos.

— Efectuar varias respiraciones completas y profundas igualando los tiempos de inspiración y espiración, sin llegar al cansancio. La respiración debe ser fluida y relajada.

— Después de 4 ó 5 respiraciones, espirar completamente y suspender el movimiento respiratorio con los pulmones vacíos.

— Mantener la suspensión aproximadamente la cuarta parte del tiempo invertido en espirar y reanudar el movimiento respiratorio, inspirando despacio y profundamente.

— Repetir de la misma forma 4 ó 5 respiraciones más.

Si la respiración sigue siendo cómoda, se puede alargar el tiempo de la suspensión hasta la mitad del tiempo invertido en espirar.

Si al término de la suspensión se notan sofocos o una necesidad acuciante de inspirar, hay que detenerse y respirar normalmente dos o tres veces antes de reanudar el ejercicio.

 

 

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