El I-Ching,
es diferente a todos los demás oráculos en dos cuestiones importantes.
En primer lugar, no
ofrece respuestas específicas a las preguntas; sino más bien análisis
detallados de los hechos sobre los que se hacen las preguntas, dependiendo
de la situación en el momento de plantearlas. En segundo lugar es algo más
que un oráculo; se trata de una expresión adivinatoria de un sistema
filosófico. El I-Ching ha influido profundamente en el budismo
chino y en las dos grandes religiones que China ha dado al mundo: la fe
taoísta mágica y mística, y las austeras enseñanzas de Confucio, quien
llegó a decir que si pudiera disponer de otros cincuenta años, los
dedicaría por entero al estudio del I-Ching.
La filosofía que se
explica aquí, es una versión china de la teoría de la polaridad de la
dualidad que subyace en todas las grandes religiones orientales. Propone
un principio positivo y dinámico, el "Yang", y un principio negativo
formal, el "Yin". Los dos opuestos se complementan y ambos son
manifestaciones del eterno e infinito Tai Chi.
Encontrar un hexagrama
Las permutaciones
del Yin y el Yang se representan en el I-Ching mediante la interacción de
líneas interrumpidas (- -) en el Yin, y de líneas
continuas ( __ ) en el Yang. Se las utiliza para formar ocho
figuras de tres líneas (triagramas).
Estas se permutan
para formar 64 figuras de seis líneas, hexagramas. La versión completa del
I-Ching tiene una lectura distinta para cada hexagrama y para cada línea
individual de la situación sobre la que se ha buscado consejo.
Al usar el texto
original chino, arropado en un lenguaje simbólico relacionado con el
folklore tradicional, la tarea de interpretación requiere una buena dosis
de intuición. Por ejemplo, el consejo puede ser el de aproximarse a su
problema "como se cree que lo hacen las zorras al cruzar los lagos
helados".
El método
tradicional de seleccionar un hexagrama es complejo, ya que intervienen
cincuenta varillas secas de milenrama, aunque los adivinadores chinos
desarrollaron una técnica más sencilla en la que se usan tres monedas. Un
método más sencillo aún consiste en usar un dado.
Para obtener un
hexagrama y consultar la sabiduría del I-Ching usando un dado, proceder
como sigue:
a) Formule con
claridad la pregunta sobre una situación y cómo se resolvería mejor, y
anótela.
b) Arroje un dado
seis veces y anote cada uno de los números que hayan salido en una columna
vertical, colocando el primer abajo y el último arriba.
c) Trace una línea
al lado de cada número, discontinua para los pares y continua para los
impares.
d) Mire las tres
líneas superiores de su hexagrama (representan el triagrama superior).
Busque su triagrama particular en la línea horizontal del gráfico de más
abajo (son los ocho triagramas superiores del I-Ching). El siguiente paso
consiste en encontrar las tres líneas inferiores de su hexagrama en la
columna vertical de la izquierda, que muestra los ocho triagramas
inferiores. Busque el punto de encuentros entre ambos triagramas,
avanzando vertical y horizontalmente. El número así encontrado le indica
el hexagrama que hallará en la lista de la página siguiente.
e) Lea la breve
interpretación adivinatoria del hexagrama de que se trate, e intente de
imaginar intuitivamente su significado en el contexto de la cuestión, y en
el de la situación de que ésta surgió.
Los eruditos
orientales del I-Ching tienen el hábito de aprender de memoria todo el
texto y el significado de su secuencia antes de intentar interpretar los
hexagramas. Eso, sin embargo, sería muy poco práctico para estudiantes
menos serios, a los que se aconseja intentar un método alternativo que
implica aprender mientras se avanza, según el ensayo y el error.
Consultar el oráculo
Cada vez que
consulte el oráculo tome nota del consejo. Interprételo como mejor lo
entienda, y anote brevemente sus ideas. Sea tan preciso como pueda con sus
preguntas; cuanto más vaga sea la pregunta, tanto más será la respuesta.
Una vez que la situación en cuestión se haya resuelto, vuelva a consultar
sus notas. Entonces podrá reevaluar su interpretación original. Si no
puede descubrir ninguna importancia inmediata en una respuesta dada,
recuerde que se verá limitado por sus expectativas; es posible que más
tarde vea el sentido en un resultado inesperado.
Se ha dicho que el
I-Ching tiene personalidad propia, e incluso, "sentido del humor"; se irá
familiarizando con el carácter del oráculo a medida que practica su
adivinación. Si tiene la sensación de estar progresando quizá desee
estudiar la edición de Blofeld, que es, más o menos una traducción al
inglés del chino. El estudio del folklore y el simbolismo orientales,
interesante en sí mismo, aumentará sin duda su comprensión o afinidad con
el Libro del cambio.
I CHING es el nombre chino del libro de los cambios o libro de
las mutaciones.
I
CHING, "El Libro de los Cambios", es un método chino milenario usado
tradicionalmente con fines filosóficos, de introspección y adivinatorios.
Está formado por 64 capítulos en los que se explica cada signo de 6 trazos
o HEXAGRAMA. Estos comentarios son el acervo con el que se ha ido
enriqueciendo el I CHING desde hace más de 3000 años. Siendo su columna
vertebral los HEXAGRAMAS y TRIGRAMAS que los componen, de épocas aún
anteriores a los comentarios que nos han llegado hasta la actualidad.
La filosofía que encierra el I CHING influye en LAO TSE y CONFUCIO (KUNG
TSE). Se atribuye a la escuela de este último "Los Comentarios" que
interpretan cada uno de los 64 signos de los que se compone el I CHING.
Éstos reflejan situaciones humanas habituales aún vigentes en la
actualidad. Dan sabios consejos válidos y generalizables prácticamente
para cualquier cultura y esquema de valores existente. Algunos autores
hablan también de I TAO refiriéndose a que el TAO ("El Sentido" de la obra
TAO TE CHING de Lao Tse) ilumina el esquema que el YIN y el YANG forman en
su sistema de signos. Esta idea queda reflejada en el conocido símbolo TAI
CHI ("El Gran Vacío").
TAI CHI |
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C. JUNG se interesa por la vía de autoconocimiento que ofrece el I CHING
similar a métodos más recientes que se utilizan en las terapias de
psicoanálisis. Esto nos recuerda al ORÁCULO DE DELFOS que respondía a la
pregunta de cuál es la clave del conocimiento con el popular aforismo de "NOSCE
TE IPSUM" (conócete a ti mismo).
La vía oracular del I CHING se basa en un "casualismo" y en la ausencia de
un futuro determinista. Aunque puede resultar paradójico que un oráculo
nos hable de un futuro abierto a todas las posibilidades, incluso de la
ausencia de un futuro determinado, esto forma parte de su esencia. Como
dice un comentario a uno de los signos del más importante traductor e
investigador europeo del I CHING, RICHARD WILHELM, "sólo quien tiene
fortaleza domina su destino". El "casualismo" del I CHING sorprende a JUNG
que lo compara con las tesis de la física moderna basadas en una visión
psicofísica del mundo. La visión tradicional oriental tiene en cuenta cada
detalle incluido el azar o el azar en movimiento esto es, el cambio, la
mutación. La ciencia actual sigue manteniendo un fuerte componente
"causal", pero tales tesis paulatinamente han tenido respuesta en teorías
más modernas como las teorías del Caos o de las Catástrofes que incluyen
el azar en sus ecuaciones. Esto convierte el resultado "causal" en un
resultado estadístico. Para el I CHING cada instante es el punto de apoyo
sobre el cual se genera el momento siguiente. Así cuando elegimos
aleatoriamente uno de los signos, ese momento "casual" está íntimamente
relacionado con el resto de momentos que ya forman parte del pasado, no
cabe plantearse cuál pudo ser el resultado puesto que el resultado solo
pudo ser uno, pero a la vez del todo improbable deducir "a priori". En
nuestro permanente deseo de ver el futuro tenemos un resultado abstracto
que podemos utilizar como punto de partida para dar respuesta a nuestras
preguntas. Y este resultado es uno de los 64 signos que en su conjunto
forman un esquema absolutamente coherente que sigue sorprendiendo miles de
años después de haber adquirido su forma definitiva. Aquí encontramos su
carácter "holístico", de ver el todo en cada una de las partes,
siendo éste uno de los ingredientes básicos del pensamiento oriental, y
una más de sus aportaciones al conocimiento universal.
Los signos del
I
CHING están
basados en un código binario. Antes de la era de la computación, el
I
CHING ya usaba
el código binario para producir sus 64 signos. Bajo la influencia del
I
CHING, LEIBNIZ
(1646 - 1716) un filósofo racionalista alemán, sentó las bases de la
lógica binaria. El I CHING le llegaría a través del jesuita Joaquín Bouvet,
y creyó ver en él la confirmación de sus teorías. Serían LEIBNIZ junto con
GEORGE BOOLE (1815 - 1864) los que sentarían las bases del lenguaje
lógico que en el s. XX sería fundamental para la creación de las
computadoras. (En relación con esto, pueden encontrarse implicaciones
incluso en el campo de la genética, que son comentadas en la sección
historia de esta Web.) Los signos del I CHING son una combinación de 6
"bits", lo que nos da 64 combinaciones. El valor de cada una de las líneas
puede ser 2 para las líneas YIN o líneas partidas, y 3 para las líneas
YANG o líneas continuas. Así mismo cada uno de estos HEXAGRAMAS está
formado por 2 TRIGRAMAS. Hay 8 TRIGRAMAS BÁSICOS y con su combinación se
construyen los signos y se da significado a cada uno de ellos. Además
están los llamados TRIGRAMAS NUCLEARES que serían los TRIGRAMAS formados
por las líneas en las posiciones 2 a 4 y 3 a 5. Este sistema constituye un
auténtico lenguaje lógico. Se basa en establecer relaciones, a menudo
basadas en analogías, unas más propias de una era meramente agropecuaria
como en la que debió concebirse el I CHING, relacionadas con las
estaciones, el clima, y la naturaleza en general, y otras más de carácter
social y político, la familia, los hijos, las hijas, los gobernantes, los
soberanos, etc. Se forman parejas y jerarquías (la madre - la hija mayor,
la hija mayor - la hija menor, el soberano - el gobernante, el ministro -
el gobernante, cielo - tierra, etc.) y se estudia el lugar que ocupa cada
línea dentro del HEXAGRAMA.
Para explicar más a fondo todos estos rudimentos y su filosofía me remito
al apartado historia de esta Web, ahí se da una visión de lo que significa
el YIN y el YANG, que son términos recientes de conceptos que se
utilizaban mucho antes de darlos nombre, de como el relativismo oriental,
no bien encajado en occidente a través de sus religiones, filosofías y
políticas es algo diferente del simple enfrentamiento de los opuestos, y
de muchas otras ideas propias del pensamiento oriental que surgen de
manera inevitable al tratar del I CHING.
Todas estás consideraciones parecen complicar la práctica del I CHING,
pero ésta es muy sencilla, en el apartado oráculo se puede practicar
fácilmente utilizando el método de las monedas.
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