La
esencia del Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es
liberarse de las apariencias. Se dice en los sutras: «El desapego es
despertar porque niega las apariencias». La budeidad significa atención
sutil. Aquellos mortales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el
Camino del despertar y por ello son llamados Buddhas. Se dice en los
sutras: «Aquellos que se liberan a sí mismos de toda apariencia son
llamados Buddhas». El aspecto de la apariencia como no apariencia no puede
apreciarse visualmente sino que únicamente puede conocerse mediante la
sabiduría. Cualquiera que escuche y crea esta enseñanza se embarcará en el
Gran Vehículo y abandonará los tres reinos.
Los tres
reinos son codicia, aversión y confusión. Abandonar los tres reinos
significa regresar desde la codicia, aversión y la confusión a la
moralidad (el camino de la virtud natural sin culpabilidad), Contemplación
(con amor benevolente) y la sabiduría (inteligencia natural encontrada en
las enseñanzas). Codicia, aversión, y confusión no tienen naturaleza
propia (sus aparentes raíces, son las Identidades), son ilusorias y
cualquiera capaz de reflexionar verá que la naturaleza de la codicia,
aversión y confusión es la naturaleza búdica.
Más allá
de codicia odio e ignorancia no hay otra naturaleza búdica. Se dice en los
sutras: « Los budas sólo se han convertido en budas mientras vivían con
los tres venenos y alimentándose del Dharma puro». Los tres venenos son
codicia, odio e confusión.
El Gran
Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los
bodhisattvas, que lo usan todo sin usarlo y que viajan todo el día sin
viajar. Así es el vehículo de los bodhisattvas. Se dice en los sutras: «El
no vehículo es el vehículo de los Buddhas».
Cualquiera que comprenda que los seis sentidos no son reales, que los
cinco agregados son ficciones, que ninguno de ellos puede ser localizado
en parte alguna del cuerpo, comprende el lenguaje de los Buddhas. Se dice
en los sutras: «La cueva de los cinco agregados es el vestíbulo del Chan.
La apertura del ojo de la mente es la puerta del Gran Vehículo». No puede
ser más claro.
No pensar
en nada es Chan. Una vez que se sabe, caminar, estar de pie, sentarse o
estirarse, todo lo que se haga, es Chan. Saber que la mente es vacío es
ver al Buddha. Los Buddhas de las diez direcciones no tienen mente. Ver la
no mente es ver al Buddha.
Renunciar
a uno mismo sin pesar es la caridad más grande. Trascender movimiento e
inmovilidad es la mayor de las meditaciones. Los mortales no dejan de
moverse, y los arhats permanecen inmóviles. Pero la más elevada de las
meditaciones trasciende tanto la de los mortales como la de los arhats.
Aquellos que alcanzan dicha comprensión se liberan a sí mismos de todas
las apariencias sin esfuerzo y curan cualquier enfermedad sin tratamiento.
Tal es el poder del gran Chan.
Usar la
mente para buscar la realidad es ignorancia. No usar la mente para buscar
la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es
liberación. Permanecer sin mácula de polvo de sensación es permanecer en
el Dharma. Trascender vida y muerte es abandonar el hogar.
No sufrir
otra existencia es alcanzar el Camino. No crear ignorancia es iluminación.
No aferrarse a la ignorancia es sabiduría. La no aflicción es el nirvana.
Y la no apariencia de la mente es la otra orilla.
Cuando
eres ignorante, esta orilla existe. Pero cuando despiertas, deja de
existir. Los mortales permanecen en esta orilla, pero aquellos que
descubren el más grande de todos los vehículos no están ni en ésta ni en
aquélla. Son capaces de vivir en ambas orillas. Aquellos que ven la otra
orilla como diferenciada de ésta no comprenden el Chan.
La
ignorancia significa mortalidad. Y el conocimiento significa budeidad. No
son lo mismo y tampoco son diferentes. Pero la gente distingue entre
ignorancia y conocimiento. Cuando somos ignorantes hay un mundo al que
escapar. Cuando somos conscientes, no hay nada donde escapar.
A la luz
del Dharma imparcial. los mortales no son diferentes de los sabios. En los
sutras se dice que el Dharma imparcial es algo que los mortales no pueden
penetrar ni los sabios practicar. El Dharma imparcial sólo es practicado
por los grandes Buddhas y bodhisattvas. Ver la muerte como algo diferente
de la vida o el movimiento como algo diferente de la inmovilidad es ser
parcial. Ser imparcial significa ver el sufrimiento como algo no
diferenciado del nirvana, porque la naturaleza de ambos es el vacío. Al
imaginar que pondrán fin al sufrimiento y entrarán en el nirvana, los
arhats acaban atrapados por el nirvana. Pero los bodhisattvas saben que el
sufrimiento es esencialmente vacío y permaneciendo en el vacío permanecen
en el nirvana. Nirvana significa no nacimiento y no muerte. Está más allá
de nacimiento y muerte y más allá del nirvana.
Cuando la
mente deja de moverse, penetra en el nirvana. Nirvana es una mente vacía.
Cuando no existe la ignorancia, los Buddhas alcanzan el nirvana. Cuando no
existen las aflicciones, los bodhisattvas entran en el lugar de la
despertar.
Un lugar
deshabitado es uno sin codicia, odio ni ignorancia. La codicia es el reino
del deseo, el odio el reino de la forma y la ignorancia el reino sin
forma.
Cuando da
comienzo un pensamiento se penetra en los tres reinos. El principio o fin
de los tres reinos, la existencia o no existencia de todo, depende de la
mente. Esto es aplicable a todo, incluso a objetos inanimados como rocas y
palos.
Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier
cosa real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe.
Los
mortales siguen creando la mente, proclamando que existe.
Los
arhats siguen negando la mente, proclamando que no existe.
Pero los
bodhisattvas y los Buddhas ni crean ni niegan la mente.
( Sabe
que NO HAY MENTE y NO HAY NO-MENTE)
Eso es lo
que significa que la mente ni existe ni no existe. La mente que ni existe
ni no existe es lo que se denomina el Camino Medio.
Si
utilizas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni
la realidad. Si estudias la realidad sin utilizar la mente, entenderás
ambas. Aquellos que no comprenden, no entienden el entendimiento. Y
aquellos que comprenden, entienden el entendimiento. La gente capaz de
verdadera visión sabe que la mente es vacío, trascienden tanto comprensión
como no comprensión.
La
ausencia de comprensión y no comprensión es verdadera comprensión.
Vista con
verdadera visión, la forma no es simplemente forma, porque la forma
depende de la mente. Y la mente no es simplemente mente, porque la mente
depende de la forma. Mente y forma crean y niegan una a la otra.
Lo que
existe lo hace en relación con lo que no existe. Y lo que no existe no
existe en relación a lo que existe. Esta es la verdadera visión. Mediante
dicha visión nada es visto y nada es no visto. Dicha visión penetra en las
diez direcciones sin ver: porque nada es visto; porque no es visto se ve;
porque es visto no se ve. Lo que ven los mortales son ilusiones. La
verdadera visión está desapegada del ver.
La mente
y el mundo son opuestos, y la visión aparece donde se encuentran. Cuando
la mente no se agita interiormente. el mundo no aparece exteriormente. La
verdadera visión es cuando tanto el mundo como la mente son transparentes.
Y esta comprensión es verdadera comprensión.
Ver nada
es percibir el Camino, y comprender nada es conocer el Dharma, porque ver
no es ver ni no ver y porque comprender no es comprender ni no comprender.
Ver sin ver es verdadera visión. Comprender sin comprender es verdadera
comprensión.
La
verdadera visión no es sólo ver viendo, también es ver sin ver. Y la
verdadera comprensión no es sólo comprender comprendiendo, también es
comprender no comprendiendo. Si lo comprendes todo entonces es que no
comprendes. Sólo cuando comprendes nada es verdadera comprensión.
Comprender es ni comprender ni no comprender
Se dice
en los sutras: «No apartarse de la sabiduría es estupidez». Cuando la
mente no existe, tanto comprender como no comprender son verdad. Cuando la
mente existe, comprender y no comprender son falsos.
Cuando
comprendes, la realidad depende de ti. Cuando no comprendes, eres tú quien
depende de la realidad. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es
real se convierte en real. Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo
que es real se convierte en falso. Cuando dependes de la realidad, todo es
falso.
Cuando la
realidad depende de ti, todo es verdad. Así pues, el sabio no usa su mente
para buscar la realidad, o la realidad para buscar su mente, o su mente
para buscar la mente, o la realidad para buscar la realidad. Su mente no
hace que aparezca la realidad. Y la realidad no hace que aparezca su
mente. Y porque ambas, su mente y la realidad, son inmóviles, está siempre
en samadhi»
Cuando
aparece la mente mortal, desaparece la budeidad. Cuando desaparece la
mente mortal, aparece la budeidad. Cuando la mente aparece, desaparece la
realidad. Cuando la mente desaparece, aparece la realidad. Quien sepa que
nada depende de nada habrá encontrado el Camino, Y quien sepa que la mente
depende de nada siempre está en el lugar de la iluminación.
Cuando no
comprendes estás equivocado. Cuando comprendes, no estás equivocado. Es
así porque la naturaleza del error es el vacío. Cuando no comprendes, lo
cierto parece equivocado. Cuando comprendes, lo equivocado no es
equivocado porque lo equivocado no existe.
Se dice
en los sutras:
«Nada
cuenta con una naturaleza propia». Actúa. No cuestiones. Cuando cuestionas
estás equivocado. La equivocación es el resultado del cuestionar.
Cuando
alcanzas una comprensión así, los hechos equivocados de tus vidas pasadas
quedan borrados.
Cuando
vives en la ignorancia, los seis sentidos y las cinco sombras son los
causantes del sufrimiento y la mortalidad.
Cuando
despiertas, los seis sentidos y las cinco sombras son los causantes del
nirvana y la inmortalidad.
Alguien
que busca el Camino no busca más allá de sí mismo pues sabe que la mente
es el Camino. Pero cuando busca la mente no encuentra nada. Y cuando
encuentra el Camino no encuentra nada. Si crees que puedes utilizar la
mente para encontrar el Camino es que vives en la ignorancia. Cuando se
vive en la ignorancia existe la budeidad. Cuando eres consciente no existe
tal cosa. Y es así porque la conciencia es la budeidad.
Si buscas
el Camino, el Camino no aparecerá hasta que desaparezca tu cuerpo. Es como
descortezar un árbol. Este cuerpo kármico experimenta continuo cambio. No
cuenta con realidad fija. Practica de acuerdo con tus pensamientos. No
odies vida y muerte ni ames vida y muerte. Mantén cada uno de tus
pensamientos libre de ignorancia y en vida presenciarás el principio del
nirvana» y en la muerte experimentarás la seguridad de no renacer.
Ver la
forma sin ser corrompido por la forma o escuchan un sonido sin ser
corrompido por el sonido es la liberación.
Los ojos
que no se aferran a la forma son las Puertas del Chan. Los oídos que no se
aferran al sonido son también las Puertas del Chan. En pocas palabras,
aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y
permanecen sin aferrarse son liberados. Aquellos que perciben la
apariencia externa de los fenómenos están a su merced. Liberación
significa no estar sujeto a la aflicción. No hay otra liberación. Cuando
se sabe cómo mirar la forma, la forma no da paso a la aparición de la
mente y la mente no da paso a la aparición de la forma. Ambas, forma y
mente, son puras.
Cuando
está ausente la ignorancia, la mente es la tierra de los Buddhas. Cuando
la ignorancia está presente, la mente es el infierno. Los mortales crean
ignorancia. Y utilizando la mente para crear la mente siempre se
encuentran en el infierno.
Los
bodhisattvas ven a través de la ignorancia y al no utilizar la mente para
hacer aparecer la mente siempre se encuentran en la tierra de los Buddhas.
Si no utilizas tu mente para crean mente, todos los estados mentales son
vacío y cada pensamiento inmóvil; irás de una tierra búdica a otra. Si
utilizas la mente para crear mente, todos los estados mentales son
intranquilos y cada pensamiento está en movimiento: vas de un infierno al
siguiente. Cuando aparece un pensamiento hay buen y mal karma, cielo e
infierno. Cuando no aparecen pensamientos, no hay ni buen ni mal karma, ni
cielo ni infierno.
El cuerpo
ni existe ni no existe. Por ello la existencia como un mortal y la no
existencia como un sabio son concepciones con las que un sabio nada tiene
que ver. Su corazón está vacío y amplio como el cielo.
Lo que
sigue es contemplado en el Camino. Es incomprensible para arhats y
mortales.
Cuando la
mente alcanza el nirvana, no se ve el nirvana, porque la mente es nirvana.
Si ves el nirvana en algún sitio fuera de la mente, te engañas a ti mismo.
Cada
sufrimiento es una semilla búdica, porque el sufrimiento impele a los
mortales a buscar sabiduría. Pero sólo puede decirse que el sufrimiento da
origen a la budeidad. No puede decirse que el sufrimiento sea la budeidad.
Tu cuerpo
y tu mente son el campo, el sufrimiento es la semilla, la sabiduría el
brote y la budeidad el grano.
El Buddha
de la mente es como la fragancia de un árbol. El Buddha proviene de una
mente libre de sufrimiento, al igual que la fragancia proviene de un árbol
libre del deterioro. No hay fragancia sin el árbol ni Buddha sin la mente.
Si hay fragancia sin un árbol, se trata de una fragancia diferente. Si hay
un Buddha sin tu mente, se trata de un Buddha diferente. Cuando los tres
venenos están presentes en tu mente, viven en una tierra de inmundicia.
Cuando los tres venenos están ausentes de tu mente, vives en una tierra de
pureza. Se dice en los sutras: «Si llenas una tierra de impureza e
inmundicia, nunca aparecerá ningún Buddha». La impureza e inmundicia
remiten a la ignorancia y a los otros venenos. Un Buddha remite a una
mente pura y despierta.
No hay
lenguaje que no sea el Dharma. Hablar todo el día sin decir nada es el
Camino. Permanecer en silencio todo el día y decir algo no es el Camino.
Por ello ni la palabra de un tathagata depende del silencio, ni su
silencio depende de la palabra, ni su palabra existe separada de su
silencio. Aquellos que entienden tanto el habla como el silencio
permanecen en el samadhi. Si hablas cuando sabes, tu palabra es libre. Si
permaneces en silencio cuando no sabes, tu silencio está encadenado.
Si la
palabra no está apegada a las apariencias entonces es libre. Si el
silencio está apegado a las apariencias, entonces está encadenado.
El
lenguaje es esencialmente libre. No tiene nada que ver con el apego y el
apego no tiene nada que ver con el lenguaje.
La
realidad no tiene alto ni bajo. Si ves alto o bajo, entonces no es real.
Una balsa no es real. Pero una balsa de pasajeros sí. Una persona que
maneje una balsa de ese tipo podrá cruzar a través de lo que no es real.
Por eso es real.
Según el
mundo hay masculino y femenino, rico y pobre. Según el Camino no hay
masculino e femenino, ni rico o pobre.
Cuando la
diosa realizó el Camino, no cambió su sexo. Cuando el mozo de establo
desperté a la Verdad, no cambió su posición. Libres de sexo o posición,
comparten la misma apariencia básica. La diosa buscó su feminidad durante
doce años sin conseguirlo. Igualmente, buscar la propia masculinidad
durante doce años resultará infructuoso. Los doce años se refieren a las
doce entradas
Sin la
mente no hay Buddha. Sin el Buddha no hay mente. De igual manera, sin el
agua no hay hielo, y sin hielo no hay agua. Quien hable sin abandonar la
mente no llegará muy lejos. No te aferres a las apariencias de la mente.
Se dice
en los sutras:
«Cuando
no veas apariencias verás al Buddha». Eso es lo que significa ser libre de
las apariencias de la mente.
Sin la
mente no hay Buddha quiere decir que el Buddha proviene de la mente. La
mente es el origen del Buddha. Pero aunque el Buddha provenga de la mente,
la mente no proviene del Buddha, al igual que un pez proviene del agua,
pero el agua no proviene del pez. Y cualquiera que vea un pez ve antes el
agua que el pez. Y cualquiera que quiera ver un Buddha verá la mente antes
que al Buddha. Una vez que has visto el pez te olvidas del agua, y una vez
que hayas visto al Buddha te olvidarás de la mente. Si no te olvidas de la
mente, la mente te confundirá, al igual que te confundirá el agua si no te
olvidas de ella.
Mortalidad y budeidad son como el agua y el hielo. Estar afligido por los
tres venenos es la mortalidad. Estar purificado por las tres
liberaciones7’ es la budeidad. Lo que en invierno se congela dando paso al
hielo se deshace en agua en verano. Elimina el hielo y no habrá agua. Si
te deshaces de la mortalidad no habrá budeidad. Está claro que la
naturaleza del hielo es la naturaleza del agua y la naturaleza del agua es
la naturaleza del hielo. Y la naturaleza de la mortalidad es la naturaleza
de budeidad. Mortalidad y bu-deidad comparten la misma naturaleza. igual
que wutou y futzu comparten la misma raíz pero no la misma estación. Es
sólo a causa de la ilusión sobre diferencias por lo que tenemos las
palabras mortalidad y budeidad.
Cuando una
serpiente se convierte en dragón no cambia sus escamas. Y cuando un mortal
se convierte en sabio no cambia su rostro. Conoce su mente mediante la
sabiduría interna y cuida de su cuerpo mediante la disciplina externa.
Los
mortales liberan Buddhas y los Buddhas liberan mortales. Eso es lo que
significa imparcialidad. Los mortales liberan Buddhas porque la aflicción
crea conocimiento y los Buddhas liberan mortales porque el conocimiento
niega la aflicción. No hay otro remedio que la aflicción y no hay otro
remedio excepto el conocimiento. Si no fuese por la aflicción no habría
nada de lo que crear conocimiento. Y si no fuese por el conocimiento no
habría nada para negar la aflicción. Cuando se vive en la ignorancia, los
Buddhas liberan mortales. Cuando se vive en el conocimiento, los mortales
liberan Buddhas. Los Buddhas no se convierten en Buddhas por sí mismos.
Son liberados por mortales.
Los
Buddhas ven la ignorancia como su padre y la codicia como su madre.
Ignorancia y codicia son nombres diferentes de la mortalidad. Ignorancia y
mortalidad son como la mano izquierda y la mano derecha. No existe otra
diferencia.
Cuando se
vive en la ignorancia se está en esta orilla. Cuando se está consciente se
está en la otra orilla. Pero una vez que sabes que tu mente es vacío y no
ves apariencias, estás más allá de ignorancia y conocimiento. Y una vez
que se está más allá de ignorancia y conocimiento, no existe la otra
orilla. El tathagata no está en esta orilla ni en la otra. Y tampoco está
en mitad de la corriente. Los arhats están en mitad de la corriente y los
mortales en esta orilla. En la otra orilla está la budeidad.
Los
Buddhas tienen tres cuerpo de transformación, un cuerpo de recompensa y un
cuerpo real. El cuerpo de transformación también es llamado cuerpo de
encarnación.
El cuerpo
de transformación aparece cuando los mortales realizan buenos actos, el
cuerpo de recompensa cuando cultivan la sabiduría y el cuerpo real cuando
se hacen conscientes de los sublime. El cuerpo de transformación es el que
puede verse volar en todas direcciones rescatando a otros allí donde
puede. El cuerpo de recompensa pone fin a las dudas. La Gran Iluminación
sucedida en los Himalayas se convierte repentinamente en verdad. El cuerpo
real no hace ni dice nada. Permanece perfectamente inmóvil. Pero en
realidad, ni siquiera existe un cuerpo de Buddha, y mucho menos tres. Este
hablar de los tres cuerpos está simplemente basado en la comprensión
humana, que puede ser superficial, moderada o profunda.
La gente
de comprensión superficial imagina que acumula méritos y confunde el
cuerpo de transformación con el Buddha. La gente de comprensión moderada
imagina que está poniendo fin al sufrimiento y confunde el cuerpo de
recompensa con el Buddha. Y la gente de profunda comprensión imagina que
experimenta la budeidad y confunde el cuerpo real con el Buddha. Pero la
gente con la comprensión más profunda mira en su interior, sin ser
distraída por nada. Como una mente clara es el Buddha, alcanzan la
comprensión de un Buddha sin utilizar la mente. Los tres cuerpos, como
todas las además cosas, son inalcanzables e indescriptibles. La mente sin
estorbo alcanza el Camino. Se dice en los sutras: «Los Buddhas no predican
el Dharma. No liberan mortales. Y no experimentan la budeidad». Eso es lo
que quiero decir.
Los
individuos crean karma; el karma no crea individuos. Crean karma en esta
vida y reciben sus frutos en la siguiente. Nunca escapan a ello. Sólo
alguien que es perfecto no crea karma en esta vida y no recibe frutos. Se
dice en los sutras:
«Quien no
crea karma obtiene el Dharma». Este es un dicho vacío. Se puede crear
karma, pero no puedes crear una persona. Cuando creas karma, renaces junto
con tu karma. Cuando no creas karma, desapareces junto con tu karma. Por
ello, siendo el karma dependiente del individuo y el individuo dependiente
del karma, si un individuo no crea karma, el karma nada puede con él. De
la misma manera: «Una persona puede ensanchar el Camino. El Camino no
puede ensanchar a una persona».
Los
mortales no dejan de crear karma y equivocadamente insisten en que no hay
retribución. ¿Pero acaso pueden negar el sufrimiento?
¿Pueden
negar que lo que siembra el estado mental presente no es lo que recoge el
siguiente estado mental?
¿Cómo
pueden escapar?
Pero si
en el presente estado mental no se siembra nada, nada se recogerá en el
siguiente estado mental. No entendáis mal el karma.
Se dice
en los sutras: «A pesar de creer en Buddhas, las personas que imaginan que
los Buddhas practican austeridades no son budistas. Lo mismo vale para
aquellos que imaginan que los Buddhas están sujetos a retribución de
riqueza o pobreza. Son icchantikas, Son incapaces de creer».
Alguien
que comprende las enseñanzas de los sabios es un sabio. Alguien que
comprende la enseñanza de los mortales es un mortal. Un mortal que puede
desprenderse de la enseñanza de los mortales y seguir la enseñanza de los
sabios se convierte en un sabio. Pero ¡os locos de este mundo prefieren
buscar sabios muy lejos. No creen que el sabio es la sabiduría de su
propia mente. Se dice en los sutras: No prediquéis este sutra entre
hombres sin comprensión». Pero la gente sin comprensión no cree en su
propia mente ni que mediante la comprensión de esta enseñanza puede
convertirse en sabia. Prefieren buscar un conocimiento lejano y anhelar
cosas en el espacio, imágenes búdicas, luces, inciensos y colores. Caen
presas de la falsedad y la locura.
Se dice
en los sutras: «Cuando ves que todas las apariencias no son apariencias,
entonces ves al tathagata». Las miríadas de puertas hacia la verdad
provienen de la mente. Cuando las apariencias de la mente son tan
transparentes como el espacio, desaparecen.
Nuestros
sufrimientos ilimitados son las raíces de la enfermedad. Cuando los
mortales están vivos se preocupan de la muerte. Cuando están saciados se
preocupan del hambre. Suya es la Gran Incertidumbre.
Pero los
sabios no consideran el pasado y no se preocupan acerca del futuro,
tampoco se aferran al presente y siguen el Camino momento a momento. Si no
has despertado a esta gran verdad lo mejor es que busques un maestro en la
tierra o en los cielos. No agraves tu propia deficiencia. |