Capítulo 1. º
El desaliento de Arjuna
Dhritarashtra:
1. ¡Oh Sanjaya! Dime,
¿Qué han hecho mis hijos y los hijos de Pandu, reunidos en el campo?
¿Santo de Kurushetra, ansiosos por luchar?
Sanjaya:
2. Viendo las huestes
de los hijos de Pandu listas para luchar, el rey Duryodhana se acercó a su
maestro Drona y le habló así:
3. Contempla, Oh
maestro, el aguerrido ejército de los pandavas, dispuesto en formación de
combate por tu antiguo discípulo, el inteligente hijo de Drupada.
4. En este ejército
podemos ver a nobles guerreros y héroes, tan grandes como Bhima y Arjuna;
mira a Yuyudhana y Virata y el rey Drupada, el del poderoso carro.
5. Y Dhristhaketu y
Chekitana, el rey de los chedis, y el valiente rey de Kashi, y Punejit,
Kuntibhoja, y Saibya, el mejor de los hombres.
6. Y Yudhamanyu, el
victorioso, y el poderoso Uttamaujas, y Saubhadra, el hijo de Arjuna, y
los cinco príncipes de la reina Draupadi; todos ellos en sus carros de
guerra.
7. Mas también
escucha, ¡Oh tú, el mejor de los dos veces nacido!, los nombres de los
principales guerreros de mi ejército. Los traeré a tu memoria.
8. Tú mismo, mi
maestro de guerra, y. también el sabio y viejo Bhishma. Está Karna, el
enemigo de Arjuna y Kripa el victorioso en muchas batallas, tu hijo
Ashvatthaman, Vikarna y el hijo de Gonadatta.
9. Y muchos otros
héroes, bien conocidos por su habilidad en el uso de las varias armas y su
maestría en la guerra, todos listos para dar su vida por mí.
10. Nuestro ejército,
encabezado y protegido por Bhishma, es inconquistable; mientras sus
ejércitos, dirigidos por Bhima, fáciles son de conquistar.
11. Así pues, firmes
todos en vuestras posiciones, protegiendo los diferentes frentes de
batalla. ¡Defended a nuestro jefe Bhishma!
12. Bishma, el viejo y
glorioso guerrero de los Kurus, al oír esto, con la intención de enaltecer
el desfallecido ánimo de Duryodhana, lanzó un grito de guerra como el
rugido de un león, soplando luego con fuerza sus potentes caracolas.
13. Y en respuesta, el
cielo se llenó con un pavoroso estruendo de redobles de tambores de
guerra, címbalos y trompetas. El clamor que juntos elevaron fue como el
trallido de un trueno terrible.
14. Con lo cual,
Krishna y Arjuna el hijo de Pandu, de pie sobre un carro de guerra tirado
por caballos blancos, respondieron al reto haciendo sonar sus divinas
caracolas.
15. Krishna, el Señor
del alma, sopló su caracola Pandrajanya, y Arjuna la suya Devadhata. Su
hermano Bhima, el de tremendas hazañas, sopló su gran caracola Paundra.
16. El rey
Yudhishtriya, el hermano mayor de los cinco príncipes pandavas, sopló su
caracola Anantavijaya (eterna victoria); y Nakula y Sahadheva la Sughosha
(dulce sonido) y Manipushpaka (joya incrustada), respectivamente.
17. Y también el rey
Kashi, de poderoso arco, y Sikhaudi el del gran carro, Drishtadyumna,
Virata y Satyaki, el nunca vencido.
18. Y el rey Drupada,
señor de la tierra, y los cinco descendientes de su hija Draupadi, y
Subhadra, el hijo de Arjuna, de poderoso brazo; todos hicieron sonar sus
caracolas de guerra por doquier.
19. Con el sonido de
tan aterrante clamor, temblaron el cielo y la tierra; al igual que los
corazones de los hijos de Dhritarashtra, Duryodhana y sus guerreros.
20. Entonces Arjuna el
hijo de Pandu, cuyo emblema simbólico era un mono, al ver a los hijos de
Dhritarashtra en formación de combate y dispuestos a lanzar al vuelo sus
primeras flechas, tomó su arco Gandiva y así habló a Krishna, el Señor de
los hombres.
Arjuna:
21. ¡Oh Krishna
inmortal! Te ruego que conduzcas mi carro y lo pongas en medio de los dos
ejércitos.
22. De este modo podré
ver a los guerreros Kurus tan deseosos de lucha, con quienes me tengo que
enfrentar ahora, al comienzo de esta batalla. 23. Así podré contemplar a
aquéllos que aquí han venido preparados y ansiosos de lucha, para combatir
por los perversos deseos del hijo de Dhritarashtra.
Sanjaya:
24. Cuando Krishna
escuchó las palabras de Arjuna, condujo su glorioso carro hasta colocarlo
en medio de los dos ejércitos.
25. Y situándose
enfrente de Bhishma, Drona y otros príncipes, habló así el Señor de los
hombres: contempla, Oh Arjuna, los ejércitos de los Kurus reunidos en el
campo de batalla.
26. Entonces Arjuna
vio en ambos ejércitos a padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos, tíos,
suegros, maestros y amigos.
27. Cuando Arjuna vio
a sus seres queridos encarados unos a otros en líneas de combate, se le
inundó el corazón de tristeza, y con desaliento y pesar dijo estas
palabras.
Arjuna:
28. ¡Oh, Krishna!
viendo a mis familiares preparados para la batalla, mis párpados
desfallecen y se cierran; y mi boca se seca y queda amarga, temblores
recorren mi cuerpo y mi cabello se eriza con horror.
29. Mi arco Gandiva
cae de mis manos, el pecho me arde, y mis músculos desfallecen pudiendo
apenas mantenerme en pie, pues mi mente vaga en todas las direcciones.
Presiento malos augurios.
30. ¡Oh, Krishna! ¿Por
qué matar a mis propios familiares en el fragor de la batalla?
31. No veo ninguna
gloria en ello. No tengo deseos de victoria.
32. ¡Oh, Krishna! Ni
siquiera por el reino y todos sus placeres. ¿Cómo podemos querer un reino,
o sus placeres o incluso la vida?
33. Cuando aquéllos
para los que desearíamos ese reino y esos placeres, y los goces de la
vida, están aquí en este campo de batalla, a punto de perder su vida y sus
riquezas.
34. Listos, y
dispuestos a exponer su vida en esta batalla, se encuentran: maestros,
padres, hijos, abuelos, nietos, padres, yernos y esposos de esposas que
solas quedan.
35. De ningún modo
quiero dañarles, Oh Krishna. Incluso aunque deseasen matarme. No los
dañaría ni por el imperio de los tres mundos; menos aún, por un reino en
esta tierra.
36. La desgracia
recaería sobre nosotros, si matamos a estos hombres; aunque sean malos.
¿Qué gozo encontraríamos en su muerte, Oh Krishna, liberador de las almas?
37. ¿Acaso puedo matar
a mis familiares, los hijos del rey Dhritarashtra, hermano de mi propio
padre? ¿Qué felicidad obtendríamos matando a nuestros seres queridos en la
batalla?
38. Aunque ellos, con
sus mentes obcecadas por la codicia, no tengan ningún reparo en destruir
una familia, ni en traicionar a sus propios amigos.
39. Nosotros no
deberíamos hacer esto, ya que vemos maldad en la destrucción. ¿No crees
que deberíamos cuidarnos de cometer semejante fechoría?
40. Con la destrucción
de una familia desaparecen sus virtudes y tradiciones, y al faltar estas
virtudes, la iniquidad corroe el seno de la familia.
41. Cuando esto
sucede, Oh Krishna, las mujeres de esa familia se corrompen, y su
corrupción origina gran confusión en las castas y en el orden social.
42. Este desmán
llevará a la familia y a los destructores de la familia a un destino
fatal. Los espíritus de sus muertos sufrirán en el infierno al verse
privados de las ofrendas y los ritos funerarios.
43. El delito de los
destructores de la familia, cuyo resultado es el desorden social, destruye
la nobleza del nacimiento, los antiguos ritos y los altos valores.
44. Y, Oh Krishna, los
hombres cuyas virtudes familiares están corrompidas, son condenados al
infierno. Así nos ha sido dicho.
45. ¡Oh mal día! Qué
espíritu maligno ha poseído nuestras mentes, cuando aquí estamos,
dispuestos a matar a nuestra propia gente en el campo de batalla por un
reino terrenal.
46. Más me valdría que
los hijos de Dhritarashtra, encontrándome desarmado y sin ofrecer
resistencia, me aniquilasen en medio de la lucha.
Sanjaya:
47. Así habló Arjuna
en el campo de batalla; y dejando a un lado su arco y sus flechas, con su
alma inundada por la desesperación y la pena, se desplomó abatido sobre el
asiento de su carro.
Capítulo 2. °
Mundo Ilusión y mente.
Sanjaya:
1. Elevose el espíritu
de Krishna, y así habló a aquél cuyos ojos estaban llenos de lágrimas,
sumido en la desesperación y la pena, su amigo Arjuna.
Krishna:
2. Es indigno de un
noble como tú dejarse atrapar por el desaliento en el momento de la lucha.
¿Cómo es posible? Esto no te hará ganar ni el cielo ni la tierra.
3. ¡No desfallezcas
Arjuna! Esto no es propio de un hombre como tú. Sobreponte a ese mediocre
desaliento y levántate como el fuego que quema todo lo que encuentra a su
paso.
Arjuna:
4. ¿Deberé disparar
mis flechas contra el hermano de mi abuelo, el grande y venerable Bhishma?
¿Deberé matar con mis flechas a mi maestro Drona, por quien siento
veneración?
5. Preferiría antes
vivir de la mendicidad que alimentarme con comida real sabiendo a sangre.
No puedo matar a mis maestros, aunque ahora estén turbados por la codicia;
aún son mis sagrados maestros.
6. No sé cuál de los
dos bandos sería mejor que ganase. No sé si desearía vivir después de ver
muertos a los hijos de mi tío el rey Dhritarashtra.
7. En lo más profundo
de mi alma, siento desolación. Mi mente no puede discernir cuál es mi
deber. Como tu discípulo, vengo a Ti en súplica, en Ti busco refugio; por
favor, sé la luz que aparte la oscuridad de mi confusión.
8. Ni el reino de este
mundo entero, ni el reino de los dioses en el cielo, pueden apaciguar el
fuego de la pena que quema mis entrañas.
Sanjaya:
9. Así habló Arjuna,
completamente abatido, al ecuánime Krishna: “¡No lucharé!”, dijo, y quedó
en silencio.
10. Krishna sonrió a
Arjuna con ternura. Y allí, entre los dos ejércitos, la voz de Dios se
manifestó con estas palabras: Krishna:
11. Te afliges por
quienes no lo merecen, y tus palabras no son palabras de sabiduría. Un
sabio no siente lástima por los que viven, ni tampoco por los que mueren.
La vida y la muerte no son diferentes.
12. Siempre hemos
existido: tanto yo, como tú, como esos reyes. Y existiremos por siempre y
para siempre.
13. Al igual que el
alma experimenta la infancia, la juventud y la vejez, sin verse afectada
por las mutaciones de este cuerpo; así también tomará otro cuerpo después
de la muerte. En un sabio no cabe duda acerca de esto.
14. ¡Oh, Arjuna! El
mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de
placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van; son
transitorias. ¡Elévate sobre ellas, alma vigorosa!
15. El hombre que no
es afectado por los sentidos; ni por el placer ni por el dolor, éste es
merecedor de vida eterna. 16. Lo irreal nunca ha existido; lo Real nunca
ha dejado de existir. Con certeza, esta verdad sólo la han podido entender
los auténticos buscadores de la verdad.
17. El Espíritu es
indestructible e imperecedero; todo lo penetra. Nadie puede destruir ese
Ser Inmutable.
18. A pesar de que
estos cuerpos tendrán un fin, habita en todos estos cuerpos, mas está más
allá del tiempo: el Espíritu es inmortal e infinito. Así pues, ¡Participa
en la lucha, noble guerrero!
19. Tanto el que
piensa que el alma mata, como el que cree que puede ser muerta, ambos son
ignorantes. Ni puede matar ni puede ser muerta.
20. El Espíritu nunca
nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha nacido, está más allá del tiempo;
del que ha pasado y el que ha de venir. No muere cuando el cuerpo muere.
21. Cuando un hombre
reconoce el Espíritu como no nacido, imperecedero, inmutable e
indestructible, ¿cómo podría este hombre matar o ser muerto?
22. Al igual que un
hombre se quita un vestido viejo y se pone otro nuevo, el Espíritu
abandona su cuerpo mortal para tomar otro nuevo.
23. Ningún arma puede
herir al Espíritu, ni el fuego puede quemarlo, ni el agua puede mojarlo,
ni el viento puede arrastrarlo.
24. Más allá del poder
del fuego, de la espada, del agua y del viento, el Espíritu es eterno,
inmutable, omnipresente, inamovible, y siempre uno.
25. El Espíritu está
más allá del cambio y del pensamiento; los ojos mortales no pueden verlo.
Reconoce que el Espíritu es lo único que permanece y cesa de sollozar.
26. Aunque el alma
estuviese destinada irremisiblemente al ciclo de nacimientos y muertes una
y otra vez, no deberías, aún así, sentirte turbado por la tristeza.
27. Ciertamente, todo
lo que tiene un principio ha de tener un fin. La muerte es el final seguro
para quien ha nacido. Pero es igualmente seguro que quien ha muerto ha de
renacer. Así pues, no deberías afligirte por lo inevitable.
28. Invisibles son
todos los seres antes de su nacimiento, e invisibles volverán a ser
después de su muerte. Sólo en el transcurso entre estos dos estados
invisibles, resulta posible que los podamos ver. Siendo esto verdad, ¿por
qué afligirse?
29. Alguien puede
creer en el Espíritu, como la visión de una maravilla, y nos lo describe
como tal. Mientras que otros tan sólo han oído que es maravilloso; pero
aún habiéndolo oído, ninguno de los dos lo conoce en verdad.
30. El Espíritu
inmortal mora en todos los seres y la muerte no puede afectarlo. Reponte,
pues, de tu tristeza.
31. Por esto, piensa
en tu deber y no dudes. No hay mayor honor para un guerrero que participar
en una lucha por el restablecimiento de la virtud.
32. ¡Oh, Arjuna! Hay
una batalla que ganar antes de que nos sean abiertas las puertas del
cielo. ¡Felices son aquéllos guerreros cuya actitud es participar en esa
guerra!
33. Y no luchar por la
justicia es traicionar tu deber y tu honor; es despreciar la virtud.
34. Los hombres
hablarán de tu deshonor, tanto ahora como en tiempos venideros. Y para un
hombre noble, el deshonor es peor que la muerte.
35. Los guerreros
dirán que por miedo desertaste del campo de batalla. Y todos aquéllos que
antes te hacían alabanzas, ahora te harán escarnio.
36. Tus enemigos te
llevarán al descrédito poniéndote en ridículo, olvidando tus proezas y
diciendo cosas indignas de ti. ¿Puede haber, para un guerrero, mayor
vergüenza que ésta?
37. Si mueres,
obtendrás gloria en el cielo. Y si sales victorioso, obtendrás tu gloria
en la tierra. Así pues, ¡levántate, Arjuna, con tu ánimo listo para la
lucha!
38. Permanece en paz,
tanto en el placer como en el dolor; en la victoria, tanto como en la
derrota; tanto si ganas como si pierdes. Prepárate para la guerra con tu
alma tranquila; si estás en paz, no hay pecado.
39. Así pues, escucha
la sabiduría del Yoga: camino de la libertad de ataduras y de lo eterno.
Ésta es la sabiduría Sankhya: la visión de lo eterno.
40. En este camino,
ningún esfuerzo es baldío, ni existe posibilidad de desgracia. Hasta el
más mínimo progreso supone liberación de tus miedos.
41. El único
pensamiento que debe ocupar la mente de quien anda este camino es
determinación. La mente de aquéllos que no tienen determinación desvaría
perturbada por un aluvión de pensamientos.
42. Hay hombres que,
aun careciendo de visión espiritual, hablan ostentosamente con
versatilidad y usando muchas palabras; siguen los Vedas al pie de la letra
y afirman que eso es todo lo que hay que saber.
43. Sus almas están
embadurnadas con deseos mundanos y sólo buscan la satisfacción de deseos
materiales. La recompensa para éstos es nacer una y otra vez.
44. Aquéllos que aman
el poder y el placer, se entregan a esas experiencias, carecen de la firme
determinación, necesaria para hacerse uno con el Uno. Ejecutan ceremonias
que les prometen poder y placeres.
45. El mundo de los
Vedas está sometido a las influencias de los tres Gunas. ¡Oh, Arjuna!
Elévate y líbrate de ellos; permanece en la Verdad que está más allá de
todos los pares de opuestos. Ve más allá de las posesiones y las
ganancias. ¡Recupera tu propia alma!
46. Para un sabio
dotado de visión espiritual, los Vedas tienen tanta utilidad como un pozo
que ha sido cubierto por una inundación.
47. Concentra tu mente
en tu trabajo, pero nunca permitas que tu corazón se apegue a los
resultados. Nunca trabajes por amor a la recompensa, y realiza tu trabajo
con constancia y regularidad.
48. Realiza tu trabajo
en la paz del Yoga, lejos de todo deseo egoísta; desapegado del éxito,
tanto como del fracaso. La paz del Yoga es estable y permanente, pues trae
equilibrio a tu mente.
49. La acción
realizada en la sabiduría del Yoga es muy superior a cualquiera otra
realizada con fines interesados. Tu salvación está en la sabiduría. ¡Qué
desgraciados son aquéllos que trabajan por una recompensa!
50. La sabiduría lleva
al hombre más allá de lo bueno y lo malo. Encuentra pues la sabiduría: el
Yoga es la sabiduría en acción.
51. Los sabios
conocedores de la auténtica sabiduría ejecutan su trabajo desapegados de
su recompensa. Y libres así de la esclavitud al nacimiento, obtienen con
seguridad la salvación.
52. Una vez que hayas
cruzado el profundo océano de Maya estarás aún más allá de lo que hay
escrito en cualquier escritura; ya sea de tiempos pasados o los que han de
venir.
53. Cuando tu mente
esté confusa por la controversia de tantas escrituras contradictorias,
deberás concentrarla en la contemplación divina: así alcanzarás la Meta
Suprema del Yoga.
Arjuna:
54. ¡Oh, Krishna!
¿Cuáles son los síntomas que permiten reconocer a un hombre sabio, dotado
de visión divina? ¿De qué modo habla? ¿Cuál es su silencio? ¿Cómo actúa?
Krishna:
55. Cuando un hombre
se libera de todos los deseos que anidaban en su corazón, y por la gracia
de Dios encuentra la dicha divina, entonces su alma descansa
definitivamente en paz.
56. El que no es
perturbado por las penas ni anhela las alegrías, ya desapegado de los
placeres y estando más allá de la pasión: éste es un sabio de mente
equilibrada.
57. Quien no se
regocija en la fortuna y los bienes, ni se apenas en el infortunio o la
enfermedad; aquél que donde quiera que esté está libre de ataduras, sin
duda posee suprema sabiduría.
58. Quien, al igual
que la tortuga, vierte su conciencia hacia dentro, replegando sus sentidos
de atracción que ofrecen los placeres externos, éste posee ecuánime
sabiduría.
59. Cuando un hombre
repliega sus sentidos, los placeres desaparecen, pero no el deseo de
tenerlos. Éste sólo desaparece cuando el alma ha obtenido visión de lo
supremo.
60. La impetuosa
voluptuosidad de los sentidos arrastra a la mente hacia las cosas
externas, perturbando así a los hombres sabios, buscadores de la
perfección.
61. Hay que retraer la
conciencia de los sentidos y verterla en la armonía interior sentándose
pues en meditación y con devoción, el alma encuentra descanso en Mí.
Cuando los sentidos están en armonía, se obtiene serena sabiduría.
62. El apego surge del
deleite en los placeres de los sentidos; del apego surge el deseo y del
deseo, la lujuria y el ansia de posesión; y esto conduce a la pasión y a
la ira.
63. La pasión turba a
la mente y merma la memoria, haciéndonos olvidar nuestro deber. Esto
acarrea la insensatez, y la insensatez lleva al hombre a la destrucción.
64. Pero el alma que a
pesar de estar en el mundo de los sentidos, mantiene sus sentidos bajo
control está libre de apego y descansa serena.
65. En esta paz
mental, toda tristeza o sufrimiento desaparecen, pues esa paz es sabiduría
y en ella el corazón encuentra sosiego.
66. Un hombre sin
disciplina, jamás obtendrá sabiduría, ni tampoco contemplación. Sin
contemplación no puede haber paz, y sin paz, ¿cómo puede haber gozo?
67. Pues cuando la
mente vaga tras los placeres de los sentidos, la pasión perturba su
sabiduría, igual que el viento empuja un cascarón sobre las aguas.
68. El hombre que
aparta sus sentidos de los placeres externos obtiene serena sabiduría.
69. Cuando es noche
para los demás seres, el hombre disciplinado despierta a la Luz. Y lo que
es día para los demás seres, para el sabio que puede ver, es noche.
70. Al igual que todas
las aguas fluyen hacia el océano, y no por eso el océano se desborda, el
sabio, aunque le surjan deseos, permanece en unidad inquebrantable con su
paz interior.
71. El hombre que
abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de
“lo mío”, alcanza la paz suprema.
72. Este es, Oh Arjuna,
el hombre que descansa en Brahman. Al reconocerle desaparece toda ilusión.
Aunque esto ocurriese en el último momento de la vida de un hombre sobre
esta tierra, éste puede alcanzar el Nirvana Supremo: este hombre
encontrará paz en la unión con Dios.
Capítulo 3. °
La acción.
Arjuna:
1. ¡Oh, Krishna! Si tu
enseñanza es que el desapego es superior a la acción, ¿cómo entonces me
pides que ejecute la terrible acción de la guerra?
2. En esta
contradicción de tus palabras, mi mente encuentra confusión. Aclárame, te
lo ruego, ¿Por qué camino puedo alcanzar lo Supremo?
Krishna:
3. Antes te he
hablado, Oh príncipe sin mácula, de dos caminos que conducen a la
perfección, el de la sabiduría de los Sankhyas, Jñana Yoga, y el camino de
la acción de los yoghis, el Karma Yoga.
4. El desapego en la
acción no es alcanzable mediante la pasiva inactividad. Ni la suprema
perfección es alcanzable por la mera renuncia.
5. Pues el hombre no
puede estar inactivo ni por un momento. Todo es impulsado a la acción
irremediablemente por las tres fuerzas de la naturaleza: los tres Gunas.
6. Aquél que se
abstiene de la acción, mas no aparta su mente de los placeres de los
sentidos, vive en la ilusión y es un falso seguidor del Camino.
7. Pero aquél que,
manteniendo todos sus sentidos bajo control y libre de apego, se entrega
al camino del Karma Yoga, de la acción sin apego, éste es un gran hombre
en verdad.
8. Haz tu tarea en la
vida, porque la acción es superior a Ja inacción. Ni siquiera el cuerpo
podría subsistir, si no hubiese actividad vital en él.
9. En este mundo somos
esclavos de la acción, a menos que ésta se convierta en adoración. Realiza
tus acciones con pureza, libres de la esclavitud al deseo.
10. Así lo hizo saber
el Creador cuando hizo al hombre y sus obras como adoración: “Adorándole
con tus obras multiplicarás y colmarán todos tus deseos”, dijo.
11. Así complacerás a
los Dioses y ellos te complacerán a ti. Y en esta armonía con ellos,
podrás alcanzar el bien supremo.
12. Satisfechos los
Dioses por tu sacrificio, te colmarán todos los deseos. Sólo un ladrón
goza de sus dones y nos los ofrece en sacrificio.
13. Los santos que
comen de los alimentos que son ofrecidos al Señor, quedan libre de pecado.
Mas la gente mundana que hacen fiestas para gozar de la comida, de este
modo pecan.
14. El alimento da
vida a los seres, y éste proviene de la lluvia caída del cielo. El
sacrificio atrae la lluvia del cielo; es una acción sagrada.
15. La acción sagrada,
tal y como describen los Vedas, se ofrece a lo Eterno. Y lo Eterno es
Brahman, el que todo lo penetra; por lo cual, está siempre presente en
todo sacrificio.
16. Éste es el ciclo
de la Rueda de la Ley en continuo movimiento, y en vano vive el hombre
que, malgastando su vida en placeres, no ayuda a este ciclo.
17. Pero el hombre que
se deleita en el Espíritu, y en Él encuentra su satisfacción y su paz, ese
hombre está más allá de las leyes de la acción.
18. En verdad, está
más allá de lo que se ha de hacer y de lo que no se ha de hacer, y para
realizar su trabajo ya no necesita depender de la ayuda de los seres
mortales.
19. Por lo cual, actúa
sin apegos y realiza el trabajo que debas hacer, pues el hombre cuyo
trabajo es puro obtiene sin duda lo Supremo.
20. El rey Janaka y
otros guerreros alcanzaron la perfección siguiendo el camino de la acción.
Considera siempre el bien como tu meta y realiza tu tarea en esta vida.
21. En las obras de
los mejores hombres, los demás encuentran su ejemplo a seguir. El sendero
por donde anda un gran hombre se convierte en una guía para el resto de la
humanidad.
22. ¡Oh, Arjuna! no
hay nada que Yo deba hacer en ninguno de los tres mundos, pues míos son.
No hay nada que tenga que conseguir, porque lo tengo todo. Sin embargo,
aún actúo.
23. Pues si Yo no
estuviese en continua acción de un modo incansable, los hombres que ahora
viven siguiendo los muchos y diversos caminos adoptarían la pasiva
inacción.
24. Si yo no hiciera
Mi trabajo, estos mundos serían destruidos. Se originaría un gran caos y
todos los seres se extinguirían.
25. Al igual que el
ignorante ejecuta sus acciones apegado al resultado de ellas, el sabio
trabaja desinteresadamente para el bien de toda la humanidad.
26. El sabio no debe
confundir la mente de los ignorantes que actúan apegados al resultado de
sus acciones; más bien, debe ejecutar sus acciones con desapego y devoción
y así estimularlos a que hagan lo mismo.
27. En este mundo
temporal todas las acciones suceden por intervención de los tres Gunas,
fuerzas de la naturaleza. Mas el hombre, engañado por la ilusión del “Yo”,
piensa: “Yo soy el hacedor.”
28. Pero el conocedor
de la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones
manifiestas, sabe que algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre
otras. Libre entonces de su esclavitud, ya no pretende ser el hacedor.
29. Aquéllos que viven
sometidos a la ilusión de los tres Cunas, se ven afectados por sus
influencias. Más no perturbe el sabio, que conoce el Todo, al ignorante
que aún no puede verlo.
30. Ofréceme todas tus
acciones, y no hagas caso a tu mente, depositándola en lo Supremo. Libre
de pensamientos egoístas y esperanzas banales, lucha, sintiendo la paz en
tu interior.
31. Todos aquéllos que
sigan mi doctrina y tengan fe en Mí, realizando su trabajo con pureza y
buena voluntad, definitivamente encuentran libertad.
32. Pero todos
aquellos hombres ciegos que no siguen mi doctrina y actúan con maldad,
guiados por su mente confusa, perdidos están.
33. Al igual que todos
los seres siguen el orden de la naturaleza, también el sabio actúa de
acuerdo con los impulsos de su propia naturaleza. ¿Qué necesidad hay de
desobedecerla?
34. El odio y la
ansiedad por las cosas de este mundo provienen de la naturaleza inferior
del hombre. Malo es caer bajo estas dos influencias, pues son los dos
enemigos del que recorre este camino.
35. Aunque tu trabajo
sea humilde, realízalo sin sentir preferencia por otros más importantes.
Morir cumpliendo nuestro deber es la vida, mientras que vivir envidiando
el de otros es la muerte.
Arjuna:
36. ¡Oh, Krishna! ¿Qué
misterioso poder empuja al hombre a actuar pecaminosamente, incluso sin
quererlo, como si no tuviese voluntad?
Krishna:
37. La ansiedad y la
ira, que surgen de la pasión, son la fuente de maldad y el foco de
destrucción: reconócelas como enemigas del alma.
38. El deseo lo
oscurece todo, al igual que el humo oscurece el fuego y el polvo impide
que el espejo refleje la imagen, al igual que el feto está cubierto por su
envoltorio.
39. El deseo enturbia
la sabiduría; es el eterno enemigo del sabio. Al igual que el fuego toma
infinitas formas, lo mismo hace el deseo; y aún así, no puede encontrar
satisfacción.
40. El deseo encuentra
cobijo en los sentidos y la mente del hombre. Tras lo cual enturbia la
sabiduría, produciendo así la ceguera del alma.
41. ¡Oh, Arjuna!
Controla tus sentidos, eliminando tus deseos impuros; pues son los
destructores de la sabiduría y la visión espiritual.
42. Enorme se dice ser
el poder de los sentidos. Pero aún más poderosa que los sentidos es la
mente. Y aún más poderosa que la mente es Buddhi, la razón. Pero aún más
grande que la razón es el Espíritu, que habita en todos los hombres y en
todo lo que existe.
43. Conoce pues a
Aquél que está por encima de la razón, y deja que Su paz te dé paz. Sé un
auténtico guerrero y mata el deseo, que es el más poderoso de los enemigos
del alma.
Capítulo 4. °
La sabiduría
Krishna:
1. Yo revelé este
eterno Yoga a Vivasvan, el sol, padre de la luz. Y éste a su vez se lo
reveló a Manu, el padre del hombre e hijo de Vivasvan. Y Manu a su vez lo
reveló a su hijo, el rey Ikshvaku, el santo.
2. Y así sucesivamente
fue revelado de padres a hijos, siguiendo la dinastía de los Rajarsis
(reyes santos). Pero sobreviniendo la decadencia, los hombres olvidaron
este Conocimiento, hace ya muchísimo tiempo.
3. Más hoy, este
Conocimiento eterno te está siendo revelado por Mí. Por tu amor por Mí, y
porque soy tu amigo, te revelo este Secreto Supremo.
Arjuna:
4. Tú naciste después
que el sol; el sol ya existía antes que Tú. Por esto, no entiendo que
quieres decirme cuando proclamas: “Yo revelé este Yoga a Vivasvan.”
Krishna:
5. ¡Oh, Arjuna! Yo he
nacido muchas veces y lo mismo tú, Arjuna. Pero Yo recuerdo todas mis
vidas pasadas, mientras que tú las has olvidado.
6. A pesar de que
nunca nací, pues soy eterno e imperecedero, soy el Señor de todo; por
medio de mi maravilloso poder, vengo a este mundo manifiesto.
7. Siempre que el bien
decae extinguiéndose poco a poco, predominando en su lugar la maldad y el
orgullo, Mi Espíritu se manifiesta en forma humana sobre esta tierra.
8. Para salvar a
aquéllos que hacen el bien y destruir a aquéllos que actúan con maldad,
para así restablecer el reino de la Verdad, Yo vengo a este mundo era tras
era.
9. Aquél que me
reconoce como Dios y me adora con sus obras, se liberará del ciclo de
nacimientos y muertes después que abandone su cuerpo físico; pues
ciertamente viene a Mí.
10. Todos aquéllos que
han venido a Mí con confianza, han quedado llenos de mi Espíritu. Y mi paz
les ha librado de la esclavitud a las pasiones, los miedos y la ira;
purificándose así en el fuego de la sabiduría.
11. Según la manera en
que los hombres se abren a Mí, así yo me muestro a ellos. Tal y como me
aman, yo les amo. Pues, aunque muchos son los senderos del hombre,
finalmente todos llegan a Mí.
12. Aquéllos que
buscan placeres y poderes en esta tierra ofrecen sus obras a los dioses de
la tierra. Pues las obras que los hombres hacen en este mundo traen
rápidamente éxito y poder.
13. El orden de las
cuatro castas surgió de Mí, en concordancia a la naturaleza de sus
acciones y la condición de su Karma. Pero has de saber que, aunque soy el
autor, Yo estoy más allá de las acciones; soy eterno e inmutable.
14. La naturaleza de
las acciones no me afectan ni siento preferencia por sus frutos, pues
libre estoy de deseos. El que así me reconoce, sabiendo que es verdad,
encuentra libertad en su trabajo.
15. Conocedores de
estas verdades eran antiguamente los hombres, por lo cual, a través de su
trabajo hallaban liberación. Haz tú lo mismo; realiza tu trabajo en esta
vida, con el mismo espíritu que aquéllos realizaron el suyo.
16. ¿Qué es la acción?
¿Qué es la inacción? Incluso algunos sabios no ven diferencia entre ambas.
Te enseñaré la Verdad que hace que una acción sea pura, y esta Verdad te
hará libre.
17. Así sabrás qué es
la acción, al tiempo que reconocerás qué es una acción mala. Y también
aprenderás una acción que se realiza en silencio: misterioso es el sendero
de la acción.
18. El hombre que
trabaja en silencio, y que sabe que el silencio es trabajo, sin duda es un
iluminado y en su trabajo encuentra paz en verdad.
19. Aquél cuyas
intenciones están libres del deseo y la codicia, y que ha quemado ya todo
su karma en el fuego del Conocimiento: a tal hombre llaman sabio aquéllos
que pueden ver.
20. Un hombre tal, que
ha renunciado al fruto de sus acciones, está siempre contento y libre de
toda dependencia; y aunque interviene en la acción, él no actúa.
21. Sin esperar nada a
cambio, él actúa solamente con su cuerpo, manteniendo su mente bajo
control, entregando todo lo que tiene: de este modo, él queda libre de
pecado.
22. Él se contenta con
cualquier cosa que el destino le depara, pues está más allá de la dualidad
de este mundo. Se muestra íntegro tanto en el éxito como en el fracaso,
sin ningún síntoma de celos. Sus acciones no le atan.
23. Esto es
liberación: Su mente ha encontrado paz en la sabiduría y está libre de
toda atadura, sus obras son actos de amor devocional. Las acciones de un
hombre así son puras.
24. Quien ve a Dios en
todo lo que hace, en verdad llega a Dios. A Dios dirige su adoración, y a
Él ofrece su ofrenda: que es Dios mismo, ofrecido en el fuego de Dios.
25. Hay yoghis que
ofrecen sus sacrificios a los dioses, pero no hay más alto sacrificio en
este mundo, que aquél que ofrece su propia alma para ser consumida en el
fuego de Dios.
26. Para experimentar
el fuego de la armonía interior, algunos recogen sus sentidos exteriores,
valiéndose de la oscuridad. Mientras que otros se valen de la oscuridad
para entregarse al fuego de los sentidos externos.
27. Otros incluso
entregan su aliento de vida, al igual que sus poderes y capacidades, en el
fuego de la unión interna, iluminada por una visión deslumbrante.
28. Otros, fieles a
votos austeros, ofrecen sus posesiones y riquezas o mortificaciones o
prácticas de yogas, o estudios de las sagradas escrituras, o sus propias
capacidades y conocimientos.
29. Algunos ofrecen el
aliento de exhalación dentro del aliento de inhalación, y a su vez, el
aliento de inhalación dentro del aliento de exhalación, buscando la
armonía, y el flujo de su aliento es calmo y transcurre en paz.
30. Y hay otros que
regulan su alimento y ofrecen su vida a la vida. Todos ellos saben lo que
es el sacrificio, y por medio de él se libran de sus impurezas.
31. A aquéllos que no
ofrecen su vida en sacrificio, no les pertenece ni este mundo ni el que
haya de venir. Mientras que aquéllos que comen de lo que queda después de
las ofrendas, llegan a Brahman.
32. El hombre se
entrega en muchas formas de sacrificio y de muchos modos ellos llegan a
Brahman. Has de saber que todo sacrificio es una acción santa; sabiendo
esto puedes ser libre.
33. El sacrificio del
Conocimiento es el más alto de todos los sacrificios materiales. Pues el
Conocimiento es la meta a la que conducen todas las acciones santas.
34. Todo aquél que
haya visto la Verdad puede ser tu maestro en el Conocimiento. Póstrate
ante él y pídeselo. Sé su sirviente.
35. ¡Oh, Arjuna!
Cuando lo recibas, este Conocimiento te sacará del mundo de la confusión,
dándote clara visión. Verás que todo está en tu corazón, y que tu corazón
está en Mí.
36. Aunque fueses el
pecador más recalcitrante, si te subes a la barca del Conocimiento, con
toda seguridad podrás cruzar el océano de la ilusión y la maldad.
37. Al igual que el
fuego reduce todo combustible a cenizas, el fuego del Conocimiento eterno
aniquila todo apego a la acción.
38. Porque no hay nada
más puro que este Conocimiento. Poniéndonos en contacto con él, también
nos haremos puros. El hombre que vive en armonía interior realiza que la
Verdad está dentro de él, y ahí la encuentra.
39. Sólo el hombre de
fe es el que alcanza el Conocimiento. Pues vive en armonía y su fe es u
vida. Quien recibe el Conocimiento y practica este Yoga Supremo, pronto
alcanza la paz suprema.
40. Pero el hombre que
vive en la duda, careciendo de fe y de Conocimiento, está perdido, pues su
mente está confusa. El hombre que vive en la duda no encontrará gozo ni en
este mundo ni en el que haya de venir.
41. Aquél que cuida
con amor su experiencia interior, que hace que sus acciones sean puras por
la práctica del Yoga, y que mediante el Conocimiento destruye sus dudas,
estará siempre libre de las ataduras que crean la acción egoísta.
42. Así pues, Oh
Arjuna, destruye con la espada del Conocimiento las dudas que nacen de la
ignorancia que habita en tu corazón. Mediante el Yoga, hazte uno con esta
armonía que hay en tu interior. ¡Levántate, gran guerrero, levántate!
Capítulo 5. °
La renuncia
Arjuna:
1. Del mismo modo como
elogias la vida de renuncia, también alabas el Yoga de la adoración
mediante la acción desinteresada. Dime, Oh Krishna, en verdad ¿cuál de los
dos caminos es el mejor?
Krishna:
2. Tanto el camino de
la renuncia, como el camino de la acción desinteresada, nos llevan al
estado de la Dicha Suprema. Sin embargo, de los dos, es mejor el camino de
la acción con desapego que el de la mera renuncia.
3. Como auténtico
renunciante, se considera a aquél que nada desea y que nada aborrece. Pues
aquél que no se ve afectado por los paros de opuestos, pronto ha de
encontrar su liberación.
4. Sólo el ignorante,
y nunca el sabio, considera que la renuncia a la acción y la adoración
mediante las obras puras son dos cosas diferentes. Cuando uno se entrega
con toda su alma a uno de estos dos caminos, con seguridad alcanza la meta
a la que ambos conducen.
5. Aquéllos que hacen
vida de renuncia logran la misma victoria que los que actúan con desapego.
Entiende, pues, que el sabio es aquél que no hace diferencias entre la
renuncia a la acción y la acción con desapego. Ambas coexisten, pues
tienen la misma esencia.
6. Pero sin practicar
el Yoga de la acción pura, muy difícil es, Oh Arjuna, hacer vida de
renuncia. Cuando un sabio logra entregarse a la acción libre de apego,
pronto ha de alcanzar la unión con Dios.
7. Las acciones no
pueden atar al hombre de corazón puro, que tiene sus sentidos en armonía y
ha entregado su voluntad a la fuerza que le da vida. Su alma vive en la
conciencia de unidad con todo lo que existe.
8. El hombre que está
en armonía y que ha sido iniciado en la visión interior de la verdad, con
certeza piensa: “Yo no hago riada.” Pues cuando ve, o huele, o toca, u
oye, o come, o duerme, o anda, o respira.
9. O cuando habla o
toca cosas, o las suelta, incluso cuando abre o cierra sus ojos, él
siempre recuerda: “Son tan sólo los sirvientes de mi alma que, siguiendo
sus órdenes, ejecutan acciones”.
10. Ofrece a Dios
todas sus acciones, y realiza tu trabajo libre de todo deseo egoísta. Así,
libre estarás del alcance del pecado; al igual que las aguas mugrientas no
pueden alcanzar las hojas del loto, pues siempre flotará sobre ellas.
11. Las acciones de un
auténtico yogui buscan únicamente la purificación de su alma; él aparta de
sí todo deseo egoísta. Tan sólo es su cuerpo, o sus sentidos, o su mente,
o su razón, lo que ejecuta las acciones.
12. El devoto que
renuncia al fruto de sus acciones, consigue la paz eterna. Por el
contrario, el hombre que, acuciado por sus deseos y carente de devoción,
busca la recompensa de sus acciones, de este modo se encadena a la
esclavitud del apego a los resultados.
13. Aquella alma
realizada que ha entregado su mente, desapegándola de todo resultado, y
que descansa en la dicha de la paz que encuentra dentro del castillo de
nueve puertas (que es su cuerpo), jamás actuará por egoísmo, ni inducirá a
otros a actuar así.
14. El Señor del
Universo está más allá de las acciones de este mundo y la actividad que
éste genera. Está más allá del resultado de las acciones. Sin embargo, la
naturaleza continúa su trabajo con admirable perfección.
15. Las malas o buenas
acciones de los hombres no son obra Suya. Cuando la sabiduría es
oscurecida por la ignorancia, ésta les hace descarriar.
16. Pero la sabiduría
del Espíritu interior puede descorrer los velos de la ignorancia de los
hombres que, debido a la carencia del Conocimiento, se hallan sumidos en
la oscuridad. La sabiduría del Conocimiento se revelará dentro de ellos
como un sol radiante y, en su refulgencia, ellos podrán ver lo Supremo.
17. Concentrando sus
pensamientos en Él y haciéndose uno con Él, encontrarán su morada en Él.
Él será así el final de su viaje. Arribando a aquella orilla de la que
nunca se vuelve, pues han sido purificados por la sabiduría y están libres
de pecado.
18. El amor que siente
un iluminado es ecuánime y universal, no hace diferencias entre un Brahmin
austero y sabio y una vaca o un elefante, o un perro, o incluso el bruto
que come carne de perro.
19. Aquéllos cuyas
mentes están siempre en serena concentración ya han hecho de su vida un
triunfo en esta tierra. Dado que Dios es uno y siempre puro, al hacerse
uno con Él alcanza todos sus divinos atributos.
20. El iluminado que
ve a Brahman mora en Brahman. Habiendo apartado de sí toda ilusión, su
mente está en perfecta calma. Una vez alcanzado este estado, ni el placer
ni el dolor puede estremecerlos.
21. Ya no está apegado
a las cosas exteriores, pues dentro de sí, él encuentra toda la alegría.
Su gozo es constante y eterno, pues su alma ya ha alcanzado la unión con
Brahman.
22. El sabio nunca
buscará el gozo en las cosas de este mundo, pues los placeres que ellas
reportan, son tan sólo el presagio de los sufrimientos que luego han de
venir. Todo es transitorio, igual que viene se va.
23. Pero aquél que
antes de abandonar este mundo, estando aún en este cuerpo físico, consigue
superar los impulsos del deseo y la pasión: éste hombre es un auténtico
Yogui y su dicha es permanente.
24. Una vez que le ha
sido revelada la Luz interior, su alegría y su dicha provienen de su
interior. Con seguridad este Yogui alcanza el Nirvana, y haciéndose uno
con Dios, en él ha de morar para siempre.
25. Aquellos santos ya
libres de pecado, cuyas almas han superado toda duda y se encuentran en
armonía, pronto alcanzan el Nirvana; y su gozo es tal, que se hace
incomparable.
26. Porque a aquéllos
cuyas mentes están en calma, y cuyas almas han encontrado la armonía, les
espera la paz de Dios como regalo. Una vez que han conocido su propia
alma, ya están libres del deseo y la pasión.
27. El sabio que en
silencio y en un lugar recogido y oscuro revierte su conciencia, aislando
sus sentidos del mundo exterior, y reposando su vista interior en medio de
sus cejas, deja que su aliento entre y salga de su cuerpo de un modo
uniforme; calmándose de este modo, pone en armonía su mente con su fuerza
vital.
28. Apartando de sí el
miedo, el deseo y la pasión, mantiene su alma en silencio, antes de
alcanzar la libertad final.
29. Él Me reconoce
come el Gozador de las ofrendas y sacrificios. Como el Soberano Señor de
todos los mundos y el Amigo de todos los seres creados. Reconociéndome
así, él obtiene la paz.
Capítulo 6. °
La meditación
Krishna:
1.Aquél que realiza
sus deberes sin apego a su fruto, es un renunciante al tiempo que un
auténtico sirviente. Más no se puede decir lo mismo de aquél que no
enciende el fuego sagrado o no realiza sus obras ofreciéndolas como santo
sacrificio.
2.Porque el Sanyasi
renunciante es al tiempo el Yoghi de la acción pura. Y a menos que se
entregue la voluntad terrena, nadie podrá jamás ser un Yogui.
3.Cuando un sabio
alcanza los estados más altos del Yoga, sabe que el camino a seguir es el
de la acción. Más cuando ya llega a su destino, llega a la tierra del
reposo y la paz. Entonces ya renuncia a la acción.
4.Sólo cuando él ha
entregado su voluntad alcanza las alturas del Yoga. Desapegado así de la
actividad de sus sentidos, libre se encuentra ya de la atadura a sus
acciones mundanas.
5. Así pues,
¡levántate Arjuna! y, beneficiándote de la ayuda de tu Espíritu, ¡eleva tu
alma! No seas un alma caída pues al igual que tu alma puede ser tu amigo,
igualmente puede ser tu enemigo.
6. El alma es fiel
amiga del hombre, sólo cuando ha sido conquistada por el Espíritu. Para un
hombre carente de voluntad que aún no ha conquistado su alma, ésta puede
convertirse en su propio enemigo.
7. Sólo cuando el alma
encuentre la paz, él estará en paz: entonces su alma se ha unido a Dios.
Tanto si hace frío como calor, en el placer tanto como en el dolor, tanto
en la gloria como en la desgracia, él siempre permanece unido a Él.
8. Aquél que halla su
felicidad en la visión interior del Conocimiento, tiene sujetos sus
sentidos y gozoso el corazón, debido a la experiencia de su propia vida
interior. Sólo entonces puede reconocérsele come un Yogui en armonía. Una
vez alcanzado este estado, para él, el oro no tiene más valor que las
piedras de la tierra.
9. Él ha escalado las
alturas de su alma y con ecuanimidad contempla a sus parientes, amigos y
compañeros, al igual que a los desconocidos, los que te muestran
indiferencia, e incluso a aquéllos que le odian. Él ve a todos iguales
desde ese estado de paz interior.
10. El Yogui debe
dedicarse con anhelo al recogimiento espiritual, viviendo aislado en su
solitario retiro interior, en su lugar secreto. Teniendo su mente bajo
control, ni espera nada ni desea nada.
11. Ha de encontrar un
lugar puro y calmo, procurándose un asiento cómodo, ni muy alto ni muy
bajo, teniendo como firme de apoyo un terreno con hierba, o bien una piel,
o si no, algún tipo de tejido para poner debajo.
12. Una vez preparado
así el asiento, en total reposo ha de practicar el Yoga, para la
purificación de su alma, uniendo su mente con la fuerza vital que habita
en su cuerpo hasta poner su mente en paz. En este silencio, el alma se
encuentra en presencia del Uno.
13. Con el cuerpo
recto, al igual que el cuello y la cabeza, relajado y quieto, sin moverse;
reposando la vista interior, que vaga en varias direcciones, y reposándola
con calma y concentración en medio de las cejas.
14. Con ánimo sereno y
libre de temor, con firme determinación en su voto de entrega a la
santidad, dejando a un lado todo pensamiento, ha de descansar su alma en
Mí, su Dios Supremo.
15. El Yogui que tiene
su mente bajo control y vive de esta suerte, dueño de su inteligencia y
constantemente unido a su yo superior, obtiene la paz del supremo Nirvana
que reside en Mí.
16. Pero la práctica
del Yoga, Oh Arjuna, es armonía; no da sus frutos a aquéllos que comen con
exceso o ayunan en demasía, ni tampoco a los que apenas duermen, ni a los
que duermen demasiado.
17. Esta armonía ha de
encontrarse tanto en la comida como en el descanso, en el sueño tanto como
en la vigilia. La conciencia de perfección ha de empapar todos nuestros
actos. De este modo, el Yoga se convierte en un bálsamo que nos trae la
paz, en medio de cualquier tipo de sufrimiento.
18. Cuando la mente
del Yogui está en silencio, descansándola en reposo adentro, en comunión
con el Espíritu, éste queda inmediatamente libre de los insaciables
deseos. Sólo entonces se goza de la unión con Dios.
19. El Yogui que,
recogido en sí mismo, se haya absorto en la contemplación de la Luz
interior, ha hecho de su alma una lámpara cuya luz, al abrigo del viento,
permanece inalterable sin la mínima oscilación.
20. Cuando la mente
descansa con sosiego en la inalterable contemplación del Yoga, cuando por
la gracia del Señor del Espíritu, obtiene la visión del Espíritu: entonces
experimenta dicha plena.
21. De este modo
conoce el auténtico buscador la dicha de la eternidad que está fuera del
alcance de los sentidos. Ahí se queda y ya jamás se aparta de la Verdad.
Esta visión interior está más allá de la razón.
22. De este modo se
experimenta la dicha y la Verdad, como una visión suprema. No hay nada más
valioso que esto, y firme y constante él permanece, tal que ni aún el
dolor más intenso podría hacerlo vacilar.
23. La libertad se
consigue en esta unión del Yoga: Libertad de la esclavitud al sufrimiento.
Para tener éxito en la práctica de este Yoga, hace falta tener fe, y una
fuerte y entusiástica determinación en el corazón.
24. Después de
rechazar con determinación todo anhelo y deseo engendrado por la fantasía,
y controlar con firme estado de ánimo todos los sentidos y los órganos de
la acción, libre de sus múltiples atracciones, así recogido.
25. El buscador,
usando su fuerza de voluntad con firmeza, llegará poco a poco a la paz de
espíritu, disolviendo todos sus pensamientos en el silencio interior.
26. Y cada vez que la
mente, en su continua divagación se aparte del Espíritu, una y otra vez
tráela de vuelta y repósala sobre el Espíritu.
27. Sólo de este modo
llega el Yogui al gozo supremo que habita en su corazón cuando éste está
en calma, en paz y carente de pasiones, limpio de pecado y en unión
absoluta con Brahman, Dios.
28. De este modo,
consagrándose sin pausa a la unión interior con Dios, el Yogui obtiene con
toda seguridad el infinito goce de la comunión con Dios.
29. Él reconoce en su
corazón que su esencia es común a la de todas las criaturas, y que la vida
que mora en todas las criaturas habita también en su corazón. Ésta es la
consciencia en la que vive el Yogui iluminado: una visión de total unidad.
30. Y cuando él Me ve
en todo y ve todo en Mí, Yo ya nunca le abandono y él nunca Me abandona a
Mí.
31. Aquél que en su
amor universal, logra amarme en todo lo que ve, donde quiera que este
hombre viva, este hombre vive en Mí constantemente, sea cual fuere la
condición de su vida.
32. Quien,
reconociendo la unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma
esencia en todo los seres, solidarizándose con ellos tanto en lo
placentero como en lo doloroso; en verdad, éste es el más grande de los
yoghis.
Arjuna:
33. Siendo la mente
tan voluble e incontenible, debido a su actividad sin descanso, yo no
puedo encontrar paz. Tú me has hablado del Yoga, de la constante Unidad,
pero Krishna, la mente es inconstante.
34. ¡Oh Krishna!, la
mente nunca se para, impetuosa, autodecidida, difícil de domar. Tomar
control sobre mi mente me parece tan difícil como apaciguar lo s poderosos
vientos.
Krishna:
35. ¡Oh, Arjuna! Con
certeza la mente es inagotable, es difícil de contener. Pero mediante tu
práctica constante te puedes liberar de las pasiones, después de lo cual,
con toda certeza la mente puede ser controlada.
36. Mientras la mente
no está en armonía, esta comunión divina es muy difícil de alcanzar. Pero
aquel hombre que ha recibido el Conocimiento y lo practica con regularidad
y determinación, logra controlar su mente y alcanzar la Unidad.
Arjuna:
37. ¡Oh Krishna! Y si
un hombre lo intenta firmemente y no logra alcanzar la meta del Yoga,
debido a que no recibió el Conocimiento, pero, no obstante, este hombre
tiene fe, ¿qué final le esperaría a un hombre tal?
38. Privado del cielo
y de la tierra, vagabundo en medio de los vientos sin rumbo, ¿se perdería
acaso, igual que una nube se disipa en el aire, por no haber encontrado el
camino de Dios?
39. Aclara mi mente
confusa, Oh Krishna, apartando con tu luz la oscuridad de mi ignorancia.
Se Tú mi Guía ¿Quién si no podría resolver mi duda?
Krishna:
40. Ni en este mundo,
ni en el que haya de venir, puede perderse un hombre tal. Pues un hombre
que obra el bien, Oh hijo mío, nunca ha de conocer el sendero de la
muerte.
41. Irá al cielo en
donde moran los que hacen el bien, y allí vivirá por muchos años. Después
de lo cual, este hombre que no obtuvo el Conocimiento del Espíritu, ha de
nacer de nuevo en un hogar venturoso en el que habite el bien.
42. Incluso puede
nacer en una familia de yoghis, donde ya brille la sabiduría del Yoga.
Pero nacer en una familia tal es algo muy raro en este mundo.
43. Y comienza su
nueva vida, recobrando entonces el mismo nivel de sabiduría que él había
adquirido en su vida anterior, y desde ese nivel continúa esforzándose,
mas siempre yendo hacia adelante, apuntando a la perfección.
44. Porque su antiguo
anhelo y su búsqueda vehemente le empujan siempre hacia adelante: aquél
que en verdad desea conocer el Yoga va más allá de las palabras de los
libros.
45. Y de este modo, el
Yogui, esforzándose sin prisa pero sin pausa, con su alma limpia de
pecado, después de muchas vidas alcanza la perfección, el Fin Supremo.
46. ¡Oh, Arjuna, sé tú
un Yogui! Porque el auténtico Yogui va más allá que aquéllos que sólo
siguen el sendero de la austeridad, o de la mera sabiduría o de la mera
acción.
47. Y el más grande de
todos los yoghis es aquél que tiene una fe total e incondicional y que con
toda su alma me ama a Mí.
Capítulo 7.°
El discernimiento
Krishna:
1. Mas ahora
escúchame, Oh Arjuna, si me entregas tu corazón con un deseo ferviente de
practicar el Conocimiento, podrás tener una visión total de Mí. Así me
reconocerás: Yo soy tu Refugio Supremo.
2. Voy a revelarte el
Conocimiento: Esa visión que, una vez conocida, ya nada más en este mundo
te queda por conocer.
3. Entre millares de
hombres quizás uno busca la perfección. Y entre millares de estos que
buscan la perfección, quizás uno me conoce en verdad.
4. Ocho son las formas
visibles de mi naturaleza: Tierra, agua, fuego, aire, éter, mente, razón y
conciencia del “yo”
5. Pero aún mucho más
allá de mi naturaleza visible, está mi Espíritu invisible. Este Espíritu
es el fundamento de la vida, y gracias a Él, este universo tiene
existencia.
6. Todas las cosas
capacitadas de vida obtienen su vida de esta vida. Yo soy el principio y
el final de todas las cosas que existen.
7. En todo este
inmenso universo no hay nada que sea superior a Mí. Soy el soporte de
todos los mundos, del mismo modo que el hilo mantiene juntas todas las
perlas del collar.
8. Soy el sabor de las
Aguas Vivas, soy la Luz de la Luna y el Sol. Soy el Santo Nombre, la
palabra sagrada de los Vedas. Soy el sonido del silencio; la fortaleza de
los hombres.
9. Soy la fragancia
pura que desprende la tierra. Soy el resplandor del fuego. Soy la vida de
todas las criaturas vivas, y la austeridad en aquéllos que fortalecen sus
almas.
10. Soy, y desde
siempre he sido, la semilla de la vida eterna. Soy la inteligencia del
inteligente. Soy lo bello de la belleza.
11. Soy la fuerza de
los vigorosos, cuando esta fuerza está libre de la pasión y los deseos
egoístas. Soy el deseo, siempre que éste es puro: Siempre que no va en
contra de la armonía y el orden de la naturaleza.
12. Has de saber que
de Mí proceden los tres Gunas, los tres estados del alma: Sattva, Rajas y
Tamas. Pero no es que Yo esté en ellos, sino que ellos están en Mí.
13. El mundo entero,
confundido por los diferentes estados que producen estas tres cualidades,
ignora que Yo estoy por encima de ellos, y que soy y seré siempre
imperecedero e inmutable.
14. En verdad difícil
es no verse afectado por este divino poder mío de ilusión, creado por
estas tres cualidades. Únicamente aquéllos que buscan refugio en Mí
consiguen librarse de ese poder y superar el engañoso atractivo de la
ilusión.
15. Los malvados y los
insensatos no recurren a Mí, pues sus almas viven en la oscuridad de la
ilusión. Su visión está nublada por el velo de la ilusoria apariencia, y
engañados así, escogen el camino del mal.
16. Hay cuatro clases
de hombres que actúan con justicia, y los cuatro en verdad me aman: El
afligido, el que busca algo a lo que se entrega con sinceridad, el
auténtico buscador del Conocimiento, y el hombre iluminado dotado de
visión.
17. De estos cuatro,
el hombre iluminado dotado de visión es superior a todos, pues vive en la
unidad y siempre ama al Uno. Así pues, mi amor está siempre en aquellos
que, dotados de visión, pueden verme. Y aquéllos que pueden verme en
verdad me aman.
18. Estas cuatro
clases de hombres en verdad son buenos, mas el hombre dotado de visión
divina y Yo somos uno. Su alma entera está unida a Mí y Yo soy su Camino
Supremo.
19. Después de muchas
vidas, el hombre dotado de visión regresa a Mí, pues en su corazón él
reconoce: “Dios es todo.” Oh Arjuna, un espíritu tan sublime es muy raro
de encontrar.
20. Aquellos hombres
cuya visión les ha sido velada por el deseo y la concupiscencia,
entregan su amor a otros dioses y, guiados por su naturaleza inferior, se
pierden por otros muchos caminos.
21. Cualquiera que sea
la divinidad a la cual un devoto pretende rendir culto con verdadera fe, a
ese hombre Yo le otorgo fe, una fe firme e inamovible.
22. Así pues, este
hombre con toda su fe, adora a ese dios y de este modo ve realizado sus
deseos. Pero cualquier bien que obtenga proviene de Mí.
23. Pero así y todo,
eso sólo lo hacen los hombres de escasa inteligencia, y muy limitadas son
las recompensas que obtienen por este medio. Quienes adoran a los dioses
van a los dioses; más quienes me adoran a Mí, vienen a Mí.
24. El ignorante
piensa que Yo soy esta forma de naturaleza inferior que Yo adopto y
aquellos pueden ver con sus ojos mortales. Ellos no conocen mi naturaleza
superior. Ésta es imperecedera y suprema.
25. Mi gloria no la
ven todos, pues estoy escondido detrás de mi misterioso velo. Engañados
por mi apariencia, la gente no me reconoce. Yo soy el que no tuvo
principio y nunca ha de tener fin.
26. ¡Oh Arjuna! Yo
conozco todo el pasado, el presente y el futuro. Pero en verdad nadie me
conoce a Mí.
27. Todos los seres
nacen ya en la ilusión, engañados por la división dual que produce el
sentimiento de deseo y repulsa frente a las cosas de este mundo.
28. Pero hay hombres
que sólo hacen lo que es debido, y ya no cometen pecado alguno; ya están
libres del engaño que produce la dualidad, y Me adoran con toda su alma.
29. Aquéllos que
buscan refugio en Mí y se esfuerzan, en verdad se liberan del tiempo y la
muerte: Reconocen a Brahman, como su Atman y saben qué es el Karma.
30. Aquéllos que
concentran su mente en Mí, me conocen en la tierra y en el cielo como el
Supremo Ser. Sus almas son puras y permanecen en armonía, e incluso cuando
les llega la hora de su muerte, también Me ven.
Capítulo 8.°
Lo supremo
Arjuna:
1. Dime, Oh Tú, Señor,
¿quién es Brahman?, ¿quién es Atman?, ¿qué es el karma?, ¿qué es el
Espíritu Supremo?, ¿qué es el reino terrenal?, ¿qué es el reino de la Luz?
2. ¿Qué dios rige la
vida del cuerpo, y cómo ésta toma lugar? Y dime, Oh Tú, cuando llega el
momento de la muerte, ¿cómo Te reconocen aquéllos que han vivido en
consciencia de la Armonía?
Krishna:
3. Brahman es el
Principio Indestructible, lo Supremo y lo Eterno. Atman es el Espíritu en
el hombre. Karma es la fuerza de la creación a partir de la cual toma vida
todo lo que existe.
4. La materia es el
reino terrenal, que, llegada su hora, lo perdemos. Pero el Espíritu es el
reino de la Luz, energía que da la vida a este cuerpo, y en este cuerpo se
produce el más excelso de los sacrificios.
5. Y aquél que,
llegada la hora de su muerte, abandona su cuerpo con su pensamiento puesto
en Mí, en verdad viene a Mí y se hace uno en Mí.
6. Porque aquello en
lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo
que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada
naturaleza.
7. Así pues, pon tu
mente en Mí todo el tiempo: Recuérdame y lucha. Teniendo tu corazón y tu
mente puestos en Mí, en verdad vendrás a Mí.
8. Sólo alcanza el
Espíritu de la Luz aquél que, habiendo sido iniciado en el Conocimiento,
concentra su mente en el Espíritu Supremo, con constancia, sin divagar.
9. Aquél que medita en
el Creador: Gobernador Supremo de todo lo creado desde tiempo inmemorial,
más pequeño que el más pequeñito de los átomos y, aun así, abarcando y
manteniendo este inmenso universo entero; Aquél que brilla como un sol que
destruye la oscuridad, y se encuentra mucho más allá del pensamiento
humano.
10. Tal hombre que,
llegando la hora de abandonar su cuerpo, está en unión con el Amor y el
Poder que le da vida, con su mente en perfecta concentración, manteniendo
su fuerza vital en medio de sus cejas, en verdad va al Espíritu Supremo:
el Espíritu Supremo de la Luz.
11. Ahora escucha con
atención, Oh Arjuna, pues te hablaré de ese camino que los sabios versados
en los Vedas llaman el Eterno. Y que sólo es alcanzado por aquellos que,
en paz y libres de todas las pasiones terrenales, llevan una vida de
santidad esforzándose en la búsqueda de la perfección.
12. Si cuando a un
hombre le sobreviene la muerte, está sumergido en el silencio del Yoga y,
recogiendo sus sentidos del mundo, concentra su mente en su corazón,
dejando que el aliento vital ocupe su cabeza.
13. Y me recuerda
manifestando la Santa Palabra: La Eterna Palabra de Brahman, con seguridad
se dirige a la Morada Suprema.
14. Aquéllos que
mediante el Yoga de la Devoción me entregan toda su alma para siempre, muy
pronto llegan a Mí.
15. Y una vez que
estas grandes almas llegan a Mí, la Morada del Gozo Supremo, ya nunca han
de volver a este mundo humano de penas y sufrimientos.
16. Todos los mundos,
incluso el mundo de Brahma, el Creador, están sujetos al cambio, pues son
transitorios: Pues tienen un principio y un fin. Pero aquellos que llegan
a Mí se liberan del continuo ciclo de nacimientos y muertes.
17. Aquéllos que saben
que el día de Brahma, el dios de la creación, tiene una duración de mil
eras, y que su noche dura otras mil, sólo éstos saben en verdad qué es el
Día y la Noche.
18. Con la llegada del
día, todo el universo visible surge de lo invisible; del mismo modo que
cuando llega la noche, toda la creación entera desaparece disolviéndose en
lo invisible.
19. Del mismo modo que
las criaturas vivas, en número incontables, vuelven a la vida una y otra
vez, inevitablemente todas desaparecen cuando llega su noche de oscuridad,
para resurgir otra vez cuando llegue su nuevo día.
20. Pero más, más
allá, por encima de esta creación visible e invisible, hay un Principio
Inmanifiesto, Superior y Eterno. Éste permanece y permanecerá por los
siglos de los siglos, incluso cuando todo haya desaparecido.
21. A esta esencia
inmanifiesta se le llama “el Imperecedero”. Es lo más alto, el Fin
Supremo. Ésta es Mi Suprema Morada, aquéllos que llegan a Ella nunca
regresan.
22. ¡Oh, Arjuna! Este
Espíritu Supremo es sólo alcanzable mediante el éxtasis de amor. En Él
todas las cosas tienen vida, pues Él ha creado todas las cosas.
23. Te hablaré ahora,
Oh Arjuna, acerca del tiempo durante el cual los yoghis que abandonan este
mundo van a la Morada Eterna de la que no regresan. Y también te hablaré
del tiempo durante el cual regresan aquéllos que aún han de volver a esta
tierra.
24. Si abandonan este
mundo durante la llama, la luz, el día, las luminosas semanas de la luna,
durante los meses en que la luz solar es creciente (solsticio Norte),
aquéllos que conocen a Brahman, van a Brahman.
25. Pero si ellos
abandonan este mundo durante el humo, la noche, las semanas oscuras de la
luna, durante los meses de luz solar decreciente (solsticio Sur), entran
en la luz de la luna y regresan al mundo, sujetos al nacimiento y la
muerte.
26. Éstos son los dos
caminos que por siempre ahí estarán: el camino de la luz y el camino de la
oscuridad. El primero conduce a un lugar del que no se regresa, mientras
que el otro te obliga a regresar a esta existencia de tristeza y
sufrimiento.
27. Para el Yogui que
ya ha conocido estos dos senderos, la ilusión de este mundo deja de ser ya
una trampa. Así pues, Oh Arjuna, practica con constancia y regularidad
este Yoga. Hay una recompensa que se obtiene de la lectura de los Vedas, o
de la ofrenda de sacrificios, o de la vida austera, o de la caridad. Pero
incomparablemente más alta, es la recompensa que obtiene el Yogui que,
conociendo la Verdad, ve la Luz que disipa sus tinieblas: de este modo él
regresa a su Hogar Eterno.
Capítulo 9.º
Entrega y dedicación
Krishna:
1. A ti, porque tienes
fe, te voy a revelar el más alto de los misterios: el Conocimiento y la
visión espiritual interior. Una vez alcanzado esto, tu alma estará libre
de pecado.
2. Es el Augusto
Misterio, el Eterno Conocimiento, purificador por excelencia. Una vez
abierto el tercer ojo, capacitado de visión divina, comienza a andar el
camino del recto obrar. Es muy fácil de seguir y conduce a la más alta
Morada.
3. Pero aquéllos que
no tienen fe en esta Verdad, no recurren a Mí aunque en verdad soy su
único refugio. Debido a esto, regresan sin cesar al ciclo de la vida y la
muerte.
4. Todo este universo
visible ha salido de Mi Forma Invisible. Soy el soporte de todos los
seres, y aún así, no dependo de ellos.
5. Y en verdad,
tampoco ellos están en Mí: tal es el misterio de mi condición sublime. Soy
la Fuente de todos los seres vivos, soy el soporte de todos ellos; mas,
aún así, no dependo de ellos.
6. Del mismo modo que
los vientos llenan todo el inmenso espacio etérico, igualmente Yo soy el
sustento de todos los seres. Acepta esto como una verdad.
7. Cuando el Día de
Brahma llega a su fin, Oh Arjuna, todo lo creado es reabsorbido en Mi
naturaleza inmanifiesta. Mas cuando, una vez transcurrida la Noche, el
nuevo Día alborea, de Mí emanan otra vez.
8. Así pues, partiendo
de mi Ser, Yo manifiesto la creación entera, y a Mí la hago regresar de
nuevo, y este ciclo se repite una y otra vez, siguiendo los círculos del
tiempo.
9. No obstante así, mi
Naturaleza no sufre alteración ni se ve atada por el vastísimo
desenvolvimiento de la creación. Yo soy el que soy, tan sólo observo el
drama de todo el proceso.
10. Yo observo cómo,
en el desarrollo de la creación, la naturaleza produce todo aquello que
puede moverse al igual que lo inmóvil, mientras el mundo da vueltas y
vueltas sin cesar.
11. Los ignorantes y
los locos de este mundo al yerme en cuerpo humano, no reconocen mi
Naturaleza Superior y me desprecian. Ellos no conocen Mi Espíritu Supremo,
la Forma Infinita del Dios que ha creado todas las cosas.
12. Vanas son sus
esperanzas, e igualmente vanas sus acciones, vano es todo lo que han
aprendido, siendo igualmente vanos todos sus pensamientos. En su locura
descienden a la naturaleza de demonios, cayendo en la oscuridad y el
engaño del infierno.
13. Pero hay hombres
de grandes almas que sí Me reconocen. Así pues, buscan su refugio en Mi
Naturaleza Divina. Me aman con todo su corazón, dedicándome todo su ser.
En verdad ellos saben que Yo soy la fuente de donde surge todo.
14. Me adoran con
devoción y me hacen ofrendas, una tras otra, sin encontrar límite en su
cuantía ni en el valor de las mismas. Su determinación es fuerte. Siendo
armonía el estado habitual de sus almas: con su amor, ellos Me adoran.
15. Otros trabajan
para Mí y así me adoran, al tiempo que practican el Yoga de la visión
espiritual. Me adoran en mi unidad y en mi multiplicidad, pues ya no ven
diferencias entre ambas.
16. Dado que soy el
sacrificio y también la ofrenda, soy igualmente el sacrificio por los
antepasados y la hierba bendita. Soy las palabras santas, el santo
alimento, el fuego santo, y también la ofrenda que consume el fuego en el
holocausto.
17. Soy el Padre de
este universo. Es más, soy la Fuente de el Padre. También soy la Madre de
este universo y el creador de todo lo existente. Soy lo más alto que se
puede conocer: el Camino de la Perfección, la Santa Palabra, los Tres
Vedas, (Rig, Sama y Yajur-Veda).
18. Yo soy el Camino,
y el Maestro que en silencio observa: tu amigo, tu refugio, y tu morada de
paz. Soy el principio, el medio y el fin de todas las cosas que existen.
Soy la semilla de eternidad, el Supremo Tesoro.
19. De Mí obtiene el
sol el calor que él emite, y del mismo modo retengo y rocío la lluvia
sobre la superficie de la tierra. Soy vida inmortal para el sabio y muerte
para el ignorante, soy lo que es y lo que no es.
20. Hay quienes
conocen la esencia de los Tres Vedas y beben el Néctar: éstos están libres
de pecado. Ellos rezan y me adoran continuamente, lográndose así el cielo.
Estos en verdad alcanzan el cielo de Indra, el rey de los dioses, y allí
gozan de todo tipo de inigualables placeres.
21. Después de gozar
allí de las delicias del vasto mundo celestial, una vez agotados sus
méritos, retornan a este mundo de mortales. Y de este modo se cumple lo
prescrito por los Vedas; como cobijaron en su corazón deseos por placeres
transitorios, en verdad los consiguieron, pero esta felicidad es tan sólo
transitoria.
22. Pero a quienes me
aman y me adoran con pureza en su alma, viviendo siempre en armonía, a
aquéllos cuyas almas están siempre en unidad con la Armonía interior, Yo
les incremento lo que quiera que tengan, y aún es más, les doy aquello que
todavía no tienen.
23. Incluso aquéllos
que con fe y ferviente devoción adoran a otros dioses, con el amor que
ellos ofrecen, me adoran a Mí. Aunque no es ésta la forma correcta.
24. Porque Yo soy su
Señor Supremo, y acepto complaciente todo sacrificio. Pero esos
adoradores, en verdad no conocen mi Esencia Pura, por lo tanto, fracasan
en el propósito último. 25. Pero aquéllos que adoran a los dioses, a los
dioses van, y aquéllos que adoran a los antepasados, a los antepasados
van. Aquéllos que rinden culto a los espíritus inferiores, hacia ellos se
dirigen. Mas aquéllos que me adoran a Mí, con seguridad vienen a Mí.
26. Yo acepto
cualquier ofrenda que un alma de ferviente amor me haga con devoción. Ya
sea una hoja, o una flor, o una fruta, o incluso un poco de agua fresca:
todo lo acepto, porque con corazón puro me ha sido ofrecido por amor.
27. Cualquier cosa que
hagas, o comas, o des, u ofrezcas en adoración, ofrécemelo a Mí. Del mismo
modo, cualquier tipo de sufrimiento que venga a tu vida, también
ofrécemelo a Mí.
28. De este modo te
habrás desligado de las ataduras del Karma, tanto si los frutos son buenos
como si son malos. Perseverando así en la renuncia a los frutos de la
acción, serás libre y vendrás a Mí.
29. Yo me doy por
igual a todos los seres, y Mi Amor por todos es el mismo. Mas aquéllos que
me adoran con devoción están en Mí y Yo estoy en ellos.
30. Incluso el pecador
más depravado, si me adora con toda su alma, con toda su mente, y con
todas sus fuerzas, ha de ser considerado como un justo obrador del bien;
pues su voluntad ha escogido el camino correcto.
31. Y pronto se
purificará y alcanzará la paz eterna. De este modo Yo prometo que aquél
que en verdad me ama, no perecerá.
32. Porque aquéllos
que buscan en Mí su refugio, sin importar lo débiles o pecadores que sean,
sean mujeres, o Vaisyas, o Sudras, con seguridad todos ellos conocerán el
Camino Supremo.
33. ¡Con cuánta mayor
razón no lo han de lograr los santos Brahmanes y los nobles santos que en
verdad me aman! Ya que has venido a este transitorio mundo de amargura,
¡ámame, Oh Arjuna!
34. Entrégame tu mente
y entrégame tu corazón, dedícame tus ofrendas y también tu adoración. De
este modo, uniendo tu alma a Mí, considerándome como lo principal en tu
vida, tu Meta Suprema, en verdad vendrás a Mí.
Capítulo 10.º
Las glorias del Señor
Krishna:
1. Escucha, pues,
vigoroso Arjuna, de nuevo te hablaré de la gloria de Mi Palabra. Lo haré
por tu propio bien, dado que tu corazón encuentra su gozo en Mí.
2. Ni entre las
legiones de los dioses, ni entre los santos videntes de la tierra, existe
alguien que conozca Mi origen, pues tanto los dioses como los grandes
sabios videntes, todos han nacido de Mí.
3. Aquél que sabe que
no tuve principio, que soy “el No-Nacido”: el Señor de todos los mundos,
este mortal está libre de la confusión y a salvo de toda ignorancia.
4. Inteligencia,
Conocimiento espiritual, claridad y entendimiento, paciencia y
benevolencia, sinceridad, autodominio y paz interior, dicha y tristeza,
prosperidad y miseria, miedo y audacia.
5. Inmutabilidad, no
violencia, mansedumbre, satisfacción, generosidad y austeridad, honor y
ofensa; todas éstas son condiciones propias de los mortales y todos vienen
de Mí.
6. Los siete grandes
sabios videntes de tiempos ancestrales, al igual que los cuatro fundadores
de la especie humana, en Mí estaban y de mi mente surgieron. Y a su vez,
de ellos proviene la generación de la raza humana.
7. Aquél que conoce la
magnanimidad de mi poder y de mi gloria, permanece inmutable en unidad con
la Armonía. Cierto es esto que te digo.
8. Yo soy el Origen
Único de todo lo que existe. Yo soy la causa de toda evolución. Los sabios
que me conocen saben esto, y en continua alabanza me adoran con su amor.
9. Todos sus
pensamientos los dirigen a Mí y me entregan toda su vida en dedicación. De
este modo, cada uno de ellos se convierte en luz en el camino para el
otro; pues ellos sólo hablan para cantar mis glorias y en ello encuentran
paz y gozo.
10. Quienes así viven,
en continuo contacto con la armonía y adorándome con su amor, a ellos Yo
les revelo el Conocimiento de la visión espiritual, para que
reconociéndome dentro de ellos, puedan así unirse conmigo.
11. Por misericordia
infinita Yo habito dentro de sus corazones, y mediante la Luz del
Conocimiento, disipo la oscuridad de la ignorancia que mantiene a su alma
presa a la ilusión de este mundo.
Arjuna:
12. En verdad Tú eres
el Dios Supremo, Luz Divina, Pureza Inmaculada, Espíritu Eterno, Creador
sin principio ni fin, el Señor omnipresente que habita en todas las cosas.
13. Así te proclaman
en alabanzas los grandes sabios videntes, tales como el santo y sabio
Narada, Asita, Devala y Vyasa. Y ahora Tú te revelas a Ti mismo
manifestando Tu propia gloria.
14. Pongo mi fe en tus
palabras, porque tus palabras son palabras de verdad, y ni los dioses del
cielo, ni los demonios del infierno pueden abarcar la inmensidad de tu
revelación.
15. Sólo Tú te conoces
a Ti mismo: Sólo Tú Espíritu conoce su propia gloria. Tú eres la fuente
del Ser que mora en todos los seres, Dios de dioses, Rey de reyes.
16. Te ruego que, por
tu infinita misericordia, me reveles la gloria de tu Espíritu Divino, que
penetra todos los mundos que existen.
17. ¿Cómo podré
conocerte yo a través de la meditación? ¡Oh mi Señor! ¿Qué forma he de
atribuirte para poder pensar en Ti?
18. Por favor, háblame
de nuevo y hazme conocer la inmensidad de Tu poder y de Tu gloria, pues
nunca me cansaré de escuchar Tus palabras de vida.
Krishna:
19. Escucha, pues, Oh
Arjuna, pues voy a revelarte algunas de mis manifestaciones. Sólo las
principales, pues en verdad, es imposible cantar las glorias de Mi
infinita grandeza. No hay un fin para mis divinas manifestaciones en los
diferentes órdenes.
20. Yo soy el
Espíritu, principio eterno que mora en el corazón de todas las cosas. Soy
el principio, el medio, el fin de todos los seres vivos.
21. Entre los hijos de
la Luz, Yo soy Vishnu, y entre las luminarias, soy el sol radiante. Soy
Marichi, el señor de los vientos y las tempestades, y entre las estrellas
de la noche, Yo soy la Luna.
22. Entre los Vedas,
soy el Veda de la Música. Soy Indra, el gobernador de los dioses. Por
encima de los cinco sentidos del hombre, Yo soy la mente, y morando dentro
de todos los seres vivos, Yo soy la Luz de la conciencia.
23. Entre los poderes
que amedrentan al hombre, Yo soy el dios de la destrucción. Entre los
seres monstruosos y los demonios soy Vittesa, el señor de la riqueza.
Entre los espíritus radiantes, yo soy el fuego, y entre las más altas
cumbres Yo soy Meru, la montaña de los dioses.
24. Entre los
sacerdotes, Yo soy Brihaspati y entre los fornidos guerreros, Yo soy
Skanda, el dios de la guerra. Entre lagos y pantanos Yo soy el inmenso
océano.
25. Entre los más
grandes sabios videntes, Yo soy Bhrigu, y entre todas las palabras, Yo soy
la Santa Palabra, la Palabra Eterna. Entre todas las oraciones, Yo soy la
oración en silencio, y entre las cosas inmóviles, soy los Himalayas.
26. Entre todos los
árboles, soy el árbol de la vida, y entre los celestiales iluminados, Yo
soy Narada. Y Chitraratha soy, entre los Gandharvas, músicos celestiales.
Y entre los iluminados de la tierra, Yo soy Kapila.
27. Entre los
caballos, soy el caballo de Indra, y su elefante Airavata entre los
elefantes. Entre los hombres, soy el rey de la humanidad.
28. Entre las armas
destructivas soy el rayo Vajra, y entre las vacas soy la vaca de la
abundancia. Entre los creadores soy el Creador del Amor, y entre las
serpientes soy la serpiente de la eternidad, Vasuki.
29. Entre las víboras
del misterio. Yo soy Ananta, y entre los habitantes de las aguas yo soy el
dios Varuna. Entre los espíritus de los antepasados, soy el venerable
Aryaman. Y entre los jueces soy Yama, el juez de los muertos.
30. Entre los demonios
soy Prahlada, el príncipe de todos ellos, y entre todas las medidas, Yo
soy el tiempo. Entre los animales y bestias, Yo soy su rey, y entre las
aves y los pobladores del cielo, Yo soy Vainateya, el águila sagrada que
porta un dios.
31. Entre los agentes
purificadores Yo soy el viento, y entre los guerreros el héroe supremo,
Rama. Entre los peces que pueblan el mar, soy el maravilloso Makara, y
entre todos los ríos soy el sagrado Ganges.
32. Todo lo que existe
halla en Mí su principio, su medio y su fin. Entre todos los
conocimientos, Yo soy el Conocimiento del Alma. Entre los muchos caminos,
Yo soy el único que conduce a la Verdad.
33. Entre todos los
sonidos, soy el sonido primero: A. Igualmente, soy la coordinación que
regula la composición de las demás variantes. Soy el tiempo eterno, el
Creador que todo lo ve.
34. Soy la muerte que
pone fin a todas las cosas, al igual que soy el origen de todas las cosas
que han de venir. Entre las palabras femeninas soy la Fama y la
Prosperidad, la Memoria, la Inteligencia, la Elocuencia, la Constancia, y
la paciente Bondad.
35. Entre todos los
cantares de los Vedas, Yo soy el Brihat, y entre las medidas de versos,
soy el Gayatri. Entre los meses soy el primer mes del año, y entre las
estaciones del año, soy la primavera.
36. Soy la astucia en
los juegos de azar, y la belleza en todas las cosas bellas. Victoria soy,
siendo al tiempo la lucha por conseguirla. Soy la bondad en aquéllos que
son buenos.
37. Entre los
descendientes de Vrishni, Yo soy Krishna, y entre los descendientes de
Pandu, soy Arjuna. Entre los iluminados que meditan en silencio, Yo soy
Vyasa. Y Usana soy, entre los poetas más exquisitos.
38. Soy el cetro de
los gobernantes de la tierra, y la sabia estrategia entre aquéllos que
buscan la victoria. Soy el Silencio en el que se esconden los sagrados
misterios: Soy el Conocimiento de aquéllos que en verdad conocen.
39. Y has de saber, Oh
Arjuna, que soy Yo la semilla de todo y que sin Mí no existiría ninguna de
las cosas que se mueven ni tampoco aquellas que permanecen inmóviles.
40. ¡Oh Arjuna! Mi
divina grandeza no tiene fin. Estas palabras que he pronunciado
correspondiendo a tu ruego, revelan tan sólo una diminuta parte de Mi
infinita gloria.
41. No obstante, has
de saber que todo cuanto haya de bello o bueno, toda chispa de gloria o de
poder que puedas apreciar forma parte de mi naturaleza.
42. Mas, ¿para qué
abrumarte con la incontable diversidad de mis manifestaciones? Te basta
con saber que con una pequeña parte de mi Ser, Yo mantengo el universo
entero. En realidad, Yo Soy.
Capítulo 11.º
Revelación de la visión
divina
Arjuna:
1. Movido por tu
infinita misericordia, Oh Krishna, me has explicado el Supremo Secreto de
tu Espíritu Divino, y con tus palabras, has disipado la ignorancia que a
mi alma sumía en la ilusión.
2. He escuchado con
atención todo lo que me has dicho acerca de la procedencia y el destino de
todos los seres, al igual que de la infinita inmensidad de Tu gloria.
3. He oído Tus
palabras empapadas de verdad, pero aun así, mi alma anhela profundamente
poder ver; ver Tu Forma Inmanifiesta como el Dios Omnipresente que habita
en todas las cosas.
4. ¡Oh, mi Señor!, si
crees que soy digno de obtener una Visión tal, por favor, muéstrame Tu
gloria, ¡Oh Ser Supremo, Oh Dios del Yoga!
Krishna:
5. Contempla, pues, Oh
Arjuna, mis centenares y millares de formas divinas, todas variadas, y de
innumerables aspectos y colores.
6. Contempla los
dioses del sol, los del fuego y los de la luz; los dioses de la tempestad
y del relámpago, y los dos luminosos aurigas de los cielos. Contempla,
pues, Oh Arjuna, las maravillas nunca vistas hasta ahora.
Sanjaya:
9. ¡Oh rey!, después
de que Krishna, el Señor del Yoga, hablase así a Arjuna, se le manifestó
en su Suprema Forma Divina.
10. Y Arjuna, dotado
de visión divina, contemplaba, en una visión portentosa, cómo su Señor
tomaba incontables formas de impresionante aspecto, con multitud de ojos
correspondientes a innumerables caras, con gran profusión de ornamentos
divinos, y blandiendo numerosas armas celestiales.
11. Ataviado con
espléndidas guirnaldas y ostentosas vestiduras, despidiendo fragancias de
aromas celestiales y luciendo todo tipo de maravillas, resplandeciente en
su infinita divinidad, su cara miraba en todas direcciones.
12. Como si la
deslumbradora luz de mil soles juntos surgiera de repente en medio del
firmamento, tal era el refulgente esplendor que desprendía Su Espíritu
Supremo.
13. Y Arjuna vio el
universo entero en su incontable variedad, suspendido y formando una
inmensa unidad dentro del resplandor que desprendía el cuerpo del Dios de
los dioses.
Sobrecogido de estupor
y asombro, Arjuna el héroe, inclinó su cabeza juntando sus manos en acto
de adoración, y con estas palabras se dirigió a su Señor:
Arjuna:
15. En Ti, Oh Dios
mío, contemplo a todos los dioses y las innumerables variedades de seres
que habitan en Tu creación; asimismo, veo a Brahma sentado en el trono de
su flor de Loto, y a todos los grandes sabios videntes y las serpientes de
la luz.
16. Por doquier
contemplo la gloria de tu infinitud: El poder de tus innumerables brazos,
la visión de tus innumerables ojos, las palabras de tus incontables bocas,
y el fuego vital de tus innumerables cuerpos. Me resulta imposible ver tu
principio, tu medio o tu fin, ¡Oh Señor de todas las especies, Dios de la
Forma Infinita!
17. Puedo ver el
infinito resplandor de una divinidad de belleza extremada que ilumina el
universo entero: ¡Oh, eres Tú! Llevas tu corona, el cetro y el círculo.
¡Qué difícil es verte!
Cual ingente masa de
luz, desprendiendo vivísimos fulgores por doquier, no puedo abarcar tu
inmensidad ni resistir la brillantez de tu luz, pues resplandeces como el
fuego ígneo, como el sol radiante.
18. Tú eres el
Inmortal, la Meta Suprema del Conocimiento, Creador, Preservador y
Destructor de todo el universo, el eterno guardián de la ley de la
justicia, el Espíritu que estaba al principio y que, siendo imperecedero,
aún Es.
19. No tienes
principio, ni medio, ni fin. Contemplo el poder infinito de tus
incontables brazos. Tus ojos son el sol y la luna, y tu cara contemplo
cual llameante fuego de sacrificio, dando luz y vida al universo entero,
en el fulgor de una inmensa ofrenda.
20. Llenos están el
cielo y la tierra de tu Espíritu, al igual que todas las regiones del
espacio infinito, y ante la maravillosa visión de tu temible majestad, los
tres mundos tiemblan.
21. Pues hacia Ti se
dirigen las legiones de los dioses adorándote y alabándote, con las manos
unidas en maravilla y asombro. “¡Salve!”, exclaman a coro las multitudes
de sabios y santos glorificándote con sublimes cantos.
22. Los Rudras de la
destrucción, los Adityas del sol, los Vasus de fuego y los Sadhyas de las
plegarias. Los dioses menores, los Visves, dioses dévicos, los dos
Ashvins, aurigas celestiales, los Maruts, dioses de los vientos y
tempestades, y los Ushmapas, espíritus de los antepasados; así como los
Gandharvas, coros celestiales, los Yakshas, guardianes de las riquezas,
los Asuras, demonios del infierno, y los Sidhas, quienes alcanzaron la
perfección en la tierra: Todos ellos te contemplan maravillados,
absorbidos en éxtasis.
23. Pero los mundos,
contemplando tu monstruosa forma aterrorizante, con tantas bocas y ojos,
con tantas barrigas, muslos, y pies, aterrorizados por tus terribles
dientes, tiemblan de miedo, e igual me ocurre a mí.
24. Pues al verte
alzándote por los cielos y resplandeciente, con tal variedad de matices y
colores, al contemplar tus bocas desmesuradamente abiertas y tus enormes
ojos fulgurantes, mi alma se estremece, Oh Vishnú, y pierdo mi armonía y
mis fuerzas, sintiéndome desfallecer.
25. Mirando tus
enormes mandíbulas armadas de dientes amenazadores y ardientes, como el
fuego devorador del fin del mundo, mi ánimo desfallece y la dicha me
abandona. ¿Dónde estoy?, ¿dónde me refugio? ¡Apiádate de mí, Oh Señor de
los dioses, Refugio Supremo del débil y desamparado!
26. Todos los hijos de
Dhritarashtra, unidos a una pléyade de príncipes y señores de la tierra,
además de Bhishma y Drona, y el gran Karna, junto con los más grandes
guerreros de estas regiones.
27. Todos se abalanzan
atropelladamente para precipitarse dentro de tus horripilantes bocas,
dotadas de dientes aterradores; tales, que los infelices que quedan
atrapados entre ellos son triturados hasta reducirse a polvo sus cabezas.
28. Como caudalosos
ríos que, en arrebatada corriente, se abalanzaran con tremendo estruendo
hacia el océano, así, todos estos héroes de nuestro mundo mortal se
precipitan en tropel cayendo dentro del abismo de tus bocas llameantes.
29. De igual modo que
un enjambre de polillas arrojándose en raudo vuelo hacia la lumbre de una
hoguera, para encontrar allí su muerte segura, del mismo modo estos
hombres se precipitan raudos entrando en tu fuego; con ímpetu se arrojan
hacia su propia destrucción.
30. Tus lenguas
flamígeras saliendo de tus bocas devoran todos los mundos. El universo
entero se llena con tu esplendor, pero ¡terriblemente abrasador es el
fuego de tu gloria!
31. Por favor,
manifiéstate ante mí, dime quién eres Tú, que con tan aterradora forma te
presentas ante mí. ¡Ten piedad de mí! Yo te adoro como el Dios Supremo, y
anhelo conocerte, mas no logro entender tu misteriosa forma de obrar.
Krishna:
32. Yo soy el tiempo
demoledor que destruye todas las cosas, y aquí estoy dispuesto aexterminar
el linaje de estos hombres. Ni tan sólo uno de los guerreros que luchan en
el ejército enemigo escapará a la muerte.
33. ¡Levántate, pues,
Arjuna! Ve a conquistar tu gloria, vence a tus enemigos y goza del reino
que te pertenece. Debido a las condiciones de su Karma, ya los he
condenado a todos a encontrar aquí la hora de su muerte. Sé tú tan
sólo el instrumento para realizar mi trabajo.
34. La muerte de
Drona, la de Vhishma, la de Jayadratha y la de Karna, ya han sido
decretadas y consumadas por Mí. Así que, sin temor, lucha y extermínalos.
Triunfa sobre tus enemigos en esta batalla.
Sanjaya:
35. Cuando Arjuna
escuchó las palabras que Krishna le habló, con pulso tembloroso encogió
sus brazos y, con voz balbuceante, después de inclinarse en adoración, le
habló a Krishna de este modo:
Arjuna:
36. Cierto es, Oh mi
Señor, que las multitudes, cantando tus alabanzas, se regocijan con
alegría en Ti. Las turbas de espíritus malignos, aterrorizados, huyen
despavoridas endesbandada, mientras los Santos, reunidos, se postran ante
Ti en acto de adoración.
37. ¿Cómo podrían
dejar de adorarte y expresarte su amor, Oh Señor de señores, Oh Supremo
Poder? Tú creaste a Brahma, el dios de la creación, eres refugio eterno e
inagotable para este mundo. Soporte de lo que es y de lo que no es,
estando aún más allá de ambos.
38. Eres el Poder
Superior que estaba en el principio, Señor de los hombres desde que
elhombre existe; el más valioso tesoro que esconde este inmenso universo.
Tú eres el que ha de ser conocido al tiempo que el conocedor, la morada
del descanso final. Eres el Poder Omnipresente para el cual nada hay
oculto.
39. Dios del viento y
de las aguas, del fuego y la muerte, Señor de la luna solitaria, Creador,
Padre de todas las criaturas. Mil postraciones mereces en adoración a Ti,
y más aún debiera postrarme una vez tras otra ante Ti, pues eres el Poder
Superior en persona.
40. Te adoro a Ti, que
estás delante y detrás de mí. Te adoro a Ti, el que me rodea por todas
partes, pues donde quiera que mire, ante mí está tu rostro. Dios
omnipotente de poderes sin límite, todo lo que existe se dirige a Ti, como
la Meta Última: Tú eres mi Todo.
41. Si alguna vez,
considerándote como a un igual debido a nuestra relación amistosa, te
llamé Krishna o hijo de Yadú o mi amigo, te ruego que excuses mi
inconsciencia, pues desconocía la magnitud de tu grandeza.
42. Si alguna vez a
solas o en compañía de otros, te traté irrespetuosamente, con
irreverencia, o si alguna vez me burlé de Ti durante nuestros juegos en
nuestros ratos de ocio, o en alguna fiesta, implorando tu misericordia, te
pido perdón. ¡Oh Tú, Señor Todopoderoso!
43. Padre de los
mundos y de todo cuanto existe en ellos, Maestro Supremo, ¿quién puede
igualarte a Ti? ¿Cómo podría nadie superarte, cuando en ninguno de los
tres mundos existe nada comparable a tu Grandeza? Tú eres el Poder
Superior en persona.
44. Ante Ti yo me
inclino haciéndote Pranam; ante Ti yo me postro en actitud de adoración.
Te imploro tu Gracia, Oh Señor Glorioso. Mírame como mira el padre a su
hijo, como un compañero fiel mira a su amigo, como un amante mira a su
amada. ¡Oh mi Señor! ¡Bendíceme con tu Gracia!
45. Mi corazón rebosa
de gozo ante la maravillosa visión que revelas dentro de mí, permaneciendo
oculta a los ojos de todo hombre, pero aún así, mi corazón está
sobresaltado por el miedo. Ten piedad de mí, Oh Señor de los dioses. Tú
eres el refugio seguro para el universo entero. Por favor, déjame verte
otra vez en tu forma humana.
46. De todo corazón
anhelo verte de nuevo con tu corona tu cetro y tu círculo. Por favor,
adopta otra vez tu forma excelsa de cuatro brazos,¡Oh Tú, Ser Infinito,
Forma Ilimitada!
Krishna:
47. Como una gracia
singular y en virtud de mi maravilloso poder, te he revelado, Oh Arjuna,
la Luz Divina que constituye mi Forma verdadera, que, siendo infinita,
todo lo penetra: Mi forma auténtica, que ha existido desde el principio de
los tiempos, aunque ningún hombre la ha podido ver con estos ojos
mortales.
48. Ni los Vedas ni
las ofrendas de sacrificios ni el estudio de las escrituras ni las obras
de caridad ni los ritos ni las penosas austeridades pueden revelarte la
Visión Suprema de Mi Espíritu Supremo que en Ti mora. Sólo tú has podido
ver la gloria de mi Forma Verdadera, ¡Oh príncipe noble, el mejor de los
kurus!
49. No guardes recelo
alguno ni te turbes ante la estremecedora visión de mi grandeza. Libérate
de todo temor y, con el corazón henchido de júbilo, contempla ahora otra
vez mi forma natural.
Sanjaya
50. Así habló Krishna
a su amado Arjuna, al tiempo que se manifestaba en su forma humana. De
este modo, mostrándose el Señor de los mundos en su serena belleza, disipó
los temores del príncipe pandava trayendo la calma a su corazón.
Arjuna:
51. ¡Oh Krjshna!
Cuando veo la hermosura de tu cara humana, atraído por el candor de tu
belleza, mi alma se tranquiliza y mi corazón se serena.
Krishna:
52. Por mi Gracia te
ha sido posible ver, a través de la visión espiritual, mi Forma Divina, lo
cual a muy pocos les ha sido concedido. Incluso los dioses del cielo
anhelan con vehemencia ver lo que tú ahora has visto.
53. Ni la recitación
de los Vedas, ni la vida de austeridad, ni las limosnas a los pobres, ni
los rituales ni las ofrendas pueden revelar la visión de Mí, que tú por mi
infinita Gracia has tenido.
54. Sólo los hombres
que me ofrecen su amor obtienen la Gracia de poder verme a través de la
visión espiritual. Sólo por Amor pueden recibir Mi Conocimiento. Yo sólo
me revelo a aquéllos que vienen a Mí con humildad y con amor en sus
corazones, deseando sinceramente conocer la Verdad.
55. Aquél que trabaja
por y para Mí, aquél que me ama y para quien Yo soy su Meta Suprema,
liberado ya de todas las ataduras de las cosas de este mundo, y con
inmenso amor por todo lo existente, ése, en verdad viene a Mí.
Capítulo 12.°
Yoga de la devoción
Arjuna:
1. Entre todos
aquellos hombres que te adoran, Oh Krishna, dime: ¿Quiénes son los mejores
devotos: los que te adoran en tu forma física, como Dios manifestado en
forma humana, o aquéllos que te adoran como Luz Pura en tu forma
imperecedera?
Krishna:
2. Aquéllos que me
entregan las riendas de su vida, adorándome continuamente con su amor,
teniendo en Mí una Fe inamovible, éstos son los que Yo considero como los
mejores devotos.
3. Mas aquellos que
aman al Eterno, Infinito e Imperecedero, como mi forma inmanifiesta, La
Energía Omnipresente que estando más allá del pensamiento no puede ser
abarcada por la mente humana, el Constante e Inmutable.
4. Aquéllos que
llevando una vida en armonía con su mente controlada, amando por igual a
todas las cosas que existen, regocijándose en el bien de todas las
criaturas, en verdad, también vienen a Mí.
5. No obstante, ardua
es la tarea de aquéllos cuya meta a alcanzar es mi Forma Inmanifiesta.
Porque el camino que conduce a este estado es muy difícil y duro para
aquellos mortales que pretendan conseguirlo.
6. Mas aquéllos para
quienes Yo soy su Fin Supremo y me entregan las riendas de su vida,
ofreciéndome los frutos de todas sus acciones.
7. Aquéllos que, con
amor puro, meditan en Mí y me adoran, muy pronto quedan libres de las
influencias del océano de Maya. Ya no son muertos en vida, pues libres
están ya de la muerte, al entregarme su vida a Mí.
8. Pon todo tu amor
únicamente en Mí y entrégame tu mente. De este modo, en verdad,
encontrarás en Mí vida eterna.
9. Mas si no te
resulta fácil entregarme tu mente, entonces intenta entregármela mediante
la práctica del Yoga de la concentración.
10. Si no te resulta
fácil concentrarte, ofréceme todos tus trabajos a Mí. Tan sólo tratando de
servirme con todas las acciones que haces, te será posible alcanzar la
perfección.
11. Incluso, si hacer
esto te resultase difícil, haz entonces que la devoción por Mí, sea tu
refugio. Entrégame los frutos de todas tus acciones, sirviéndome con
devoción y humildad en tu corazón.
12. En verdad, la
concentración es mejor que el mero esfuerzo, y aún mejor que la
concentración es la meditación pero aún por encima de la meditación está
la entrega por amor, en servicio desinteresado, porque la consecuencia de
la entrega es Paz.
13. El hombre de buena
voluntad que muestra simpatía y compasión por todas las criaturas, que
libre de todo egoísmo, ya no concibe pensamientos como “Yo” o “Mío”,
dotado de una paz estable, permanece en armonía tanto en los momentos de
placer, como en los de desdicha, manteniendo una actitud continua de
perdón hacia toda ofensa:
14. Un Yogui de estas
cualidades, siempre esforzándose con determinación en la práctica del
Yoga, al tiempo que alegre y complacido, que concentra su mente y su
visión interior en Mí, este hombre en verdad me ama, al igual que Yo le
amo a él.
15. Aquél que nada ni
nadie le perturba, siendo a su vez fuente de paz para los otros, aquél que
está más allá de las emociones, el odio y el miedo, éste es también Mi
amado.
16. Aquél que está
libre de las atracciones y promesas del mundo, que es puro y sabio, siendo
consciente de todo lo que hace, sin verse afectado por la naturaleza
cambiante de la dualidad, y que, dejándose llevar y confiando, ofrece
todos sus trabajos a Dios y no a él, en verdad, este hombre a Mí me ama y
Yo le amo también.
17. Aquél que no
siente atracción ni repulsión, que ha renunciado a los logros personales y
la obtención de bienes, que, estando más allá del bien y del mal, ya no se
queja por nada, agradeciéndome todo con su amor, a este hombre Yo le amo
en verdad.
18. El hombre que, sin
hacer diferencias entre sus amigos y sus enemigos, los ama a todos por
igual, cuya alma permanece inalterable tanto en el éxito como en la
desgracia, habiendo superado ya todas las experiencias sensoriales de frío
y calor, placer y dolor, libre ya de las ataduras de los apegos.
19. Que permanece
inalterable tanto en la infamia como en los halagos, sumergiendo su alma
en el silencio, cuyas riquezas no son de este mundo, y siendo feliz con lo
que tiene, agradeciéndomelo con su amor, en verdad, este hombre gana Mi
amor, y así lo obtiene.
20. Pero aún mucho más
queridos para Mi son aquellos que, teniendo Fe y Amor, me consideran como
su Fin Último. En verdad, aquellos que escuchan mis palabras de verdad,
con el corazón abierto, y beben de las Aguas de la Vida Eterna, me son
entrañablemente queridos.
Capítulo 13.°
Conocimiento, campo y
conocedor
Krishna:
1. A este cuerpo, Oh
Arjuna, se le llama el Campo. Y aquél que lo conoce se le llama el
conocedor.
2. Has de saber que Yo
soy el conocedor de todos los campos de Mi creación pues, de la
consciencia que puede ver el Campo y el conocedor del Campo, es de donde
se origina el verdadero Conocimiento.
3. Ahora te voy a
explicar brevemente qué es el Campo y qué cualidades posee, cómo se
modifica y cuándo se produce cada modificación, quién es el conocedor y
cuál es su poder.
4. Los grandes sabios
preservadores de los Vedas han cantado estas verdades en diferentes versos
y en muchas medidas musicales, elogiando a Brahman con grandes palabras,
empapadas de fe y llenas de verdad.
5. Los cinco
elementos, el sentido del “Yo” individual, la consciencia, el
subconsciente, los cinco órganos de los sentidos y los otros cinco de la
acción y por encima de ellos, la mente y los cinco campos de la percepción
sensible:
6. Deseo, placer,
sufrimiento, capacidad de asociación, inteligencia, búsqueda, esto es en
suma lo que se llama el Campo y sus modificaciones:
7. Sinceridad,
humildad, mansedumbre, benevolencia, rectitud, devoción al Maestro,
firmeza, autocontrol.
8. Ausencia de deseos
de placeres sensoriales, ausencia del sentido del “Yo” individual,
inmutabilidad ante los sufrimientos del nacimiento y de la muerte, al
igual que ante la vejez, la enfermedad y el sufrimiento en general.
9. Libre de la
esclavitud a los apegos, libre incluso de la atadura al afecto familiar,
esposa o hijos, con la mente en constante sosiego, tanto en el gozo como
en la desdicha.
10. Con inalterable,
asidua y exclusiva devoción por Mí, frecuentando parajes solitarios y
evitando el bullicio de las multitudes.
11. Con constante
anhelo por disolverse en el Espíritu Interior y firme determinación en el
Conocimiento de la Verdad que nos lleva a la liberación: en verdad, esto
es el auténtico Conocimiento que nos conduce a la Visión Espiritual. Todo
lo que se oponga a esto es ignorancia.
12. Ahora te hablaré
del propósito del Conocimiento, tal que una vez conocido éste, el hombre
trasciende la muerte: Brahman es lo que debe ser conocido, carece de
principio y de fin, es el Supremo, está más allá de lo que es y de lo que
no es.
13. No hay lugar fuera
del alcance de sus manos y sus pies, tiene cabezas y bocas en todas
partes: Lo ve todo y lo oye todo, pues Él está en todas partes; realmente
Él Es.
14. Todo lo que sucede
llega hasta Él a través de la Luz de la consciencia, que Él percibe a
través de sus infinitos poderes. Más aún así, Él está por encima de todos
estos poderes. Él es el soporte de todo, pero Él está más allá de este
mundo material. No obstante, Él disfruta de todas las cosas de este mundo.
15. No puede ser visto
con estos ojos mortales. Aunque está lejos, también está cerca, aunque se
mueve, Él es inmóvil; está dentro y fuera de todo, pues todo lo penetra.
16. Aunque invisible,
Él es uno con todo, a pesar de que aparentemente cada ser es una parte
separada, originándose así la percepción ilusoria de diversidad. Él es el
sustento de todas las criaturas: Él las crea y las destruye.
17. Él es la Luz de
todas las luces que brillan, disipando todo vestigio de oscuridad. Él es
el Conocimiento y la meta del Conocimiento que mediante el Conocimiento se
alcanza. Él mora en el corazón de todos los hombres.
18. Te acabo de
explicar en pocas palabras qué es el Campo, qué es el Conocimiento, y cuál
es la Meta del Conocimiento del hombre. Cuando un hombre realiza esto, se
disuelve en Mi Ser.
19. Has de saber que
tanto Prakriti, la Naturaleza, como Purusha, el Espíritu, ambos carecen de
principio. Y que todas las modificaciones, las diferentes condiciones de
los Gunas, nacen de Prakriti.
20. De la Naturaleza
surgen todas las cosas materiales: Es la hacedora, los instrumentos para
hacerlas, y también las cosas una vez hechas. Del Espíritu surge la
consciencia que es capaz de sentir placer y sentir dolor.
21. Cuando el espíritu
se reviste con esta naturaleza mortal, comienza a verse afectado por los
continuos cambios de estado de la naturaleza, y cuando cae bajo la atadura
de los apegos a las cosas cambiantes, se condena a padecer en el ciclo
interminable de las reencarnaciones, de acuerdo con su buen o su mal
karma.
22. Pero el Espíritu
Supremo del hombre permanece intacto más allá de su Sino, es un mero
observador, todo lo percibe, todo lo padece, da inspiración: Se le conoce
como el Señor Supremo, Soberano del Alma.
23. En verdad, quien
conoce su espíritu a través de su visión espiritual, al tiempo que sabe
que la naturaleza de este mundo es cambiante, sea cual fuera la condición
de este hombre, ya cesa de ser arrastrado reencarnación tras reencarnación
por la fuerza de su destino.
24. Por la Gracia del
Señor y a través de la práctica de la meditación, algunos logran ver su
propio Espíritu, otros lo logran mediante el Yoga Sankhyaya, mientras que
otros lo consiguen mediante el Yoga de la acción.
25. Y es más aún, hay
otros que sin tener el Conocimiento, tan solo por escuchar las palabras de
otros ya iniciados y poner fe en ellas, logran trascender la muerte,
debido a su devoción por el Satsang y la compañía de los devotos.
26. ¡Oh Arjuna!
Cualquier cosa que tome existencia en este mundo, ya sea inmóvil o
capacitado de movimiento, has de saber que es el resultado de la unión del
Campo y del conocedor del Campo.
27. Aquél que reconoce
en todo cuanto sus ojos ven al Inmutable Señor de todas las cosas,
reconoce lo único inmortal en el Campo mortal. Éste conoce la Verdad.
28. Quién reconoce
como idénticos al Dios existente en sí mismo y al Dios que late en todo lo
creado, no hiere a otros, porque en ellos se ve a sí mismo, y de este
modo, con seguridad alcanza la Meta Suprema.
29. Aquél que reconoce
que es tan sólo la naturaleza la que realiza todas las acciones que se
realizan por doquier, en este mundo cambiante, mientras que el Espíritu
meramente observa su trabajo, éste en verdad discrimina con acierto.
30. Cuando un hombre
puede ver que toda la infinita variedad de seres es una manifestación del
Uno, y que todos son uno en El, éste se hace Uno con Brahman.
31. Carente de
principio y libre de la naturaleza cambiante, al igual que imperecedero,
es el Espíritu Supremo; aunque Él mora dentro de este cuerpo, no
interviene en las acciones del cuerpo y libre está de las imperfecciones
de cualquier acción.
32. Del mismo modo que
el Éter omnipresente es inafectable, por ser de naturaleza intangible,
igualmente el Espíritu que habita en la materia permanece puro, estando
fuera del alcance de la materia.
33. Del mismo modo que
el sol proyecta su luz sobre todas las cosas de este mundo, igualmente el
Señor del Campo llena con su Luz todas las cosas del Campo.
Capítulo 14.°
Los tres gunas
Krishna:
1. Te explicaré más
sobre el Conocimiento Supremo: el Conocimiento de todos los conocimientos.
Los sabios que en él fueron iniciados alcanzaron mediante él la suprema
perfección.
2. Encontrando su
refugio en este Conocimiento, llegaron a hacerse uno conmigo. Ya no tienen
que volver a nacer cuando de nuevo la creación se manifieste otra vez, ni
tampoco son destruidos cuando llega el tiempo de la reabsorción en la
forma inmanifiesta.
3. Yo siembro la
semilla de todas las cosas que han de acontecer en la inmensidad de mi
propia Naturaleza; y de esta unión surgen todas las cosas.
4. ¡Oh Arjuna! Yo soy
el Padre que da la vida a todas las cosas que toman existencia en este
mundo, y mi Naturaleza es la madre.
5. SATTVA, RAJAS y
TAMAS, son las tres fuerzas de la naturaleza: luz, fuego y oscuridad. Su
poder es el de limitar en cuerpos finitos la infinita libertad del
Espíritu Infinito.
6. De estos tres,
SATTVA debido a su pureza, da inteligencia y conduce a la vida pulcra,
apegando al hombre al bienestar material y al conocimiento intelectual y
la filosofía, tratando de encontrar en ello la felicidad terrena.
7. RAJAS, cuya
naturaleza es la pasión, produce en el hombre la ansiedad, la persecución
de logros y los apegos. Esta cualidad de la naturaleza empuja al hombre a
la acción, apegándolo a sus resultados.
8. TAMAS, nacido de la
ignorancia, debilita al alma, sumergiéndola en la oscuridad de la
confusión. Produce en los hombres estados de apatía y abulia, haciéndoles
perder su vigor y su iniciativa, hasta el punto de caer en la total
negligencia.
9. SATTVA nos apega a
la felicidad y la comodidad; RAJAS nos apega a la acción, y TAMAS,
haciéndonos olvidar todo conocimiento, nos apega a la vagancia y a la
pereza.
10. En ocasiones el
poder de Sattva predomina sobre el de Rajas y Tamas, mientras que otras
veces es el poder de la acción de Rajas el que predomina sobre Tamas y
Sattva, e incluso en otras, es la abulia de Tamas la que prevalece sobre
la inteligencia de Sattva y el poder de Rajas.
11. Cuando la luz
sofisticada del intelecto brilla a través de las potencias del cuerpo,
para expresar lo que en él mora, esto constituye un síntoma de que Sattva
está en su apogeo, sometiendo al hombre dentro de su campo de acción.
12. Ambición,
actividad frenética, búsqueda de aventuras y logros, desasosiego, codicia
y deseos, todos estos síntomas surgen en el hombre cuando Rajas está en
auge.
13. Ignorancia,
negligencia, demencia, confusión, éstos son los síntomas que aparecen
cuando Tamas predomina sobre los otros dos poderes.
14. Aquélla alma que
le llega la hora de la muerte, encontrándose en un estado en el que Sattva
estaba en su apogeo, esta alma va a las regiones puras, donde moran
aquellos que buscan la Verdad.
15. Si a un hombre le
sobreviene la muerte en un estado en el que la influencia de Rajas
predominaba sobre los otros dos, su alma se ve obligada a renacer entre
aquéllos cuyas vidas se desarrollan en medio de una actividad frenética.
En el caso de que la muerte sobreviniese en un estado en que la influencia
de Tamas fuese lo predominante, esta alma se ve obligada a renacer en el
seno de las criaturas irracionales.
16. Sattva es lo que
produce el sentimiento de armonía pura, cuando alguien realiza una buena
acción. Mientras que las acciones hechas bajo la influencia de Rajas
producen intranquilidad y desasosiego. Y así mismo, las acciones
realizadas en estado tamásico traen como única consecuencia la ignorancia.
17. Sattva es lo que
produce el deseo de sabiduría, Rajas, la codicia y la ambición, mientras
que Tamas trae consigo la negligencia, la ilusión y la ignorancia.
18. Aquéllos que viven
bajo la influencia de Sattva recorren el camino que conduce hacia lo alto.
Aquéllos que actúan bajo la influencia de Rajas, andan por un camino que
les conduce a un estado medio. Mas aquéllos que están sometidos a la
influencia de Tamas degradan hacia estados inferiores siguiendo un camino
descendente.
19. Una vez que el
hombre dotado de Conocimiento comprende que los actores de este inmenso
drama son únicamente los tres poderes de la naturaleza, entonces,
concentrando su mente en Aquello que está más allá de estos tres poderes,
con seguridad alcanzará su fin disolviéndose en mi Ser.
20. Una vez que han
trascendido las influencias de las tres cualidades de la naturaleza, que
son los constitutivos de este cuerpo mortal, libre ya del nacimiento, la
vejez, la muerte, y el sufrimiento, alcanzan en vida la inmortalidad sin
necesidad de conocer la muerte.
Arjuna:
21. ¿Cómo se puede
reconocer al hombre que ha trascendido el poder de los tres Gunas de la
naturaleza? ¿Cuál es el camino que este hombre anda? Y ¿de qué modo se
logra trascender estas tres fuerzas?
Krishna:
22. Aquél que
apartándose del intelecto, busca la Luz y no se ofusca en el frenesí de la
actividad, apartándose así de la ignorancia, pero aún así, no siente
aversión por ninguna de estas tres potencias.
23. Quien permanece
impertérrito ante los continuos cambios de este mundo, manteniendo la
postura de perfecto observador mientras para sí piensa: “ésta es la
actividad de los tres poderes de la naturaleza”. Y permaneciendo firme en
su paz interior ni se inmuta por ello.
24. Aquél que
sumergiendo su conciencia en la paz interior vive en su Espíritu, no
viéndose afectado ni por el placer ni por el sufrimiento, para quien el
oro no es mejor que las piedras de la tierra, permaneciendo su paz
inalterable tanto en lo agradable como en lo desagradable. Aquél que no le
afectan ni los halagos ni la infamia, y cuya mente firme en su propósito
permanece siempre en calma.
25. Aquél que sin
preferencias, acepta tanto el honor como la desgracia, mostrando hacia sus
enemigos el mismo amor que tiene por sus amigos, y renuncia a toda empresa
egoísta: éste es el hombre que ha superado la influencia de los tres
Gunas.
26. Aquél que Me ama y
Me adora, y trabaja para Mí como una muestra de su devoción incondicional:
éste va más allá de los tres poderes y se hace uno con Brahman, el UNO.
27. Siendo Yo la
Suprema Morada de Brahman, soy la Fuente inagotable de vida eterna. La ley
de la justicia es mi ley, y el gozo que se obtiene de Mí, es un gozo
infinito.
Capítulo 15.°
El señor y su devoto
Krishna:
1. Eterno es Asvatta,
el árbol de la Transmigración. En la Morada Suprema están sus raíces, y
sus ramas descienden hacia aquí abajo. Cada hoja de este árbol es un himno
sagrado, y aquél que los conoce, conoce los Vedas.
2. Sus ramas se
extienden en el cielo, recibiendo la vida de las fuerzas de la naturaleza.
Sus yemas son los placeres sensuales. Y sus raíces se prolongan
introduciéndose en el mundo de los hombres, atrayendo a los mortales
debido a sus acciones egoístas.
3. Los hombres no
logran entender la naturaleza cambiante de este árbol, ni saben donde
comienza ni donde acaba, ni donde están sus raíces. Mas el sabio que puede
ver, blandiendo con fuerza la espada de la templanza, va y corta este
árbol de fuertes y profundas raíces, encaminándose así hacia ese sendero,
que recorren aquéllos que nunca han de volver.
4. Sólo un hombre tal,
puede decir: “Refugio busco en el Espíritu Eterno, del cual surgió la
creación al principio de los tiempos.”
5. Pues el hombre
humilde, dotado de visión espiritual y libre de toda ilusión y de la
esclavitud a los apegos, sumerge su alma en su Espíritu Interior,
erradicando así todo deseo egoísta, trascendiendo también la dualidad
producida por todos los pares de contrarios como; placer y dolor, bueno y
malo. Éste en verdad alcanzará la Morada Eterna.
6. Allí no existe la
luz del sol, ni tampoco la luna brilla, ni siquiera la luz del fuego, ni
ninguna otra luz conocida, pues allí sólo brilla la Luz de mi Gloria. Los
que llegan a esta morada ya nunca han de regresar.
7. Una chispa emanada
de Mi Espíritu Eterno es un alma que en este mundo nace a la vida,
generando alrededor de su centro los cinco sentidos y la mente, teniendo
como soporte esta naturaleza material.
8. Estas potencias
aparecen cuando el Señor del cuerpo se manifiesta; igualmente, cuando lo
abandona y transmigra, se las lleva todas con Él, del mismo modo que el
viento recoge la fragancia de las flores aromáticas, llenándola con él,
transportada por el aire.
9. A través de la
mente y los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto, el Señor del
cuerpo observa este mundo, y su conciencia goza de él.
10. Aquéllos que viven
en la confusión, engañados por la ilusión del mundo, no pueden ver que es
el Señor quien mora en el cuerpo, y que, mediante los poderes de su
naturaleza, goza de esta vida hasta que por fin se va. Mas esto sólo lo
entienden aquéllos a quienes les ha sido abierto el ojo de la sabiduría.
11. Aquéllos que
practican la meditación y se esfuerzan con determinación, ven como Él mora
en su interior. Mas aquéllos que no son puros de corazón y carecen de
Conocimiento, aunque se esfuerzan, nunca logran verlo.
12. Has de saber, Oh
Arjuna, que esa luz esplendorosa que el sol esparce iluminando el universo
entero, al igual que el tenue resplandor de la luna y el brillante fulgor
del fuego, todos vienen de Mí.
13. Yo soy el soporte
de todas las cosas de esta tierra, y a ella Yo vengo dando mi amor
revitalizador a todo. Yo soy la fragancia y el sabor del Néctar Sagrado.
14. Yo soy la Fuerza
Vital que mora en todos los seres que respiran, y en unión al flujo
continuo del aliento, hacia adentro y hacia afuera, consumo los cuatro
tipos de alimentos.
15. Yo estoy en el
corazón de todo lo que existe. Conmigo traigo la memoria y la sabiduría, y
conmigo me las llevo. Yo soy el conocedor y el Conocimiento de los Vedas.
De Mí surgió la sabiduría que ellos contienen, y soy la meta a la que
ellos apuntan: el Vedanta.
16. En este mundo hay
dos principios fundamentales; uno es el perecedero, y el otro el
imperecedero. El perecedero es la creación y todo lo que ella contiene,
mientras que lo imperecedero es lo que no cambia, lo Inmutable.
17. Pero aún hay otro
Principio que se le da el nombre de Espíritu Supremo, el más alto sin
igual: éste es el Eterno Señor que penetrándolo todo, mantiene al universo
entero.
18. En este mundo, y
en los Vedas, soy proclamado como el Espíritu Supremo, pues estoy más allá
de lo perecedero, e incluso de lo imperecedero.
19. Aquél que,
habiendo conocido la Verdad, Me vea a través de su ojo espiritual como el
Espíritu Supremo, ya ha conocido todo lo que hay que conocer, y por esto,
Me adora y Me ama con toda su alma.
20. ¡Oh Arjuna! Te
acabo de revelar la más secreta de todas las doctrinas. Aquél que recibe
este Conocimiento ha visto la Luz, con lo cual ha realizado el propósito
de su vida en este mundo.
Capítulo 16.°
Lo divino y lo
demoníaco
Krishna:
1. Valentía, pureza de
corazón, constancia en la meditación y en la compañía de los santos,
generosidad, autodominio, veneración, austeridad y rectitud.
2. Mansedumbre,
sinceridad, renuncia, ecuanimidad, serenidad, simpatía por todos los seres
sin reparar en sus faltas, desapego, amabilidad, humildad y firmeza.
3. Energía, fortaleza,
magnanimidad, pureza, modestia y buena voluntad: éstas son las cualidades
de aquél que ya ha nacido al camino espiritual y por él ya anda.
4. Hipocresía,
insolencia, presunción, ira, despotismo e ignorancia: éstas son las
cualidades del hombre que vive en el infierno.
5. A la liberación
conducen las virtudes espirituales que al principio te he enumerado, mas
todo lo contrario he de decirte de los pecados del infierno que luego te
cité, pues encadenan el alma. Mas no has de preocuparte, Oh Arjuna, pues
tú has nacido ya al camino espiritual, y el cielo es la meta a la que te
diriges.
6. En este mundo hay
dos tipos de naturaleza: la naturaleza divina y la naturaleza demoníaca.
Ya antes te he explicado acerca de la naturaleza divina, más escucha
ahora, pues voy a hablarte acerca de la naturaleza demoníaca.
7. El hombre de
naturaleza demoníaca, careciendo de principios, ignora qué es lo que se
debe hacer y qué es lo que no se debe hacer; su corazón está empocilgado
con todo tipo de impurezas, su conducta es irreverente y miente sin
reparo.
8. Dice cosas como:
“En este mundo no existe la Verdad, ni tampoco la moral, ni tampoco Dios.
La causa del nacimiento no es más que la voluptuosidad sexual de los
predecesores: ¡No hay ley que gobierne esta creación!”
9. Cientos de
incontenibles e insaciables deseos torturan su alma, llena de hipocresía,
arrogancia e insolencia. Se aferra firmemente a sus confusas ideas, y
prosigue con indolencia por el camino de la iniquidad.
10. Debido a esto, el
temor y la preocupación acosan durante toda su vida a los hombres de esta
naturaleza, no abandonándoles hasta el momento de su muerte. Su única meta
es gozar de los placeres sensuales, firmemente convencidos de que esto es
todo lo que hay, al carecer de otras miras superiores.
11. Acuciados por
cientos de deseos y vanas esperanzas, se esfuerzan denodadamente por
acumular riquezas y bienes. Viven con el único propósito de satisfacer sus
deseos egoístas, siendo el odio y la lujuria su único refugio.
12.“Esto es lo que he
conseguido hoy —dicen ellos—, y con esto podré realizar tal deseo. Esto es
cuanto ahora poseo, pero quiero poseer más.”
13. “He aniquilado a
tal enemigo —dicen ellos—, y a otros más he de aniquilar también. Soy un
hombre poderoso y gozo de cuanto quiero en esta vida: tengo éxito, poder y
felicidad.” 14. “Soy rico y he nacido en familia noble —dicen ellos—,
¿quién se podría comparar a mí? Con mi dinero costearé ceremonias
religiosas para obtener bendiciones y viviré dichoso.” Viven engañados en
la oscuridad de la ignorancia.
15. Acosados por
millares de pensamientos impuros, descarrían apresándose en las redes de
la ilusión; entregados por completo a los placeres de los sentidos, se
esclavizan a ellos, cayendo en el más inmundo de los infiernos.
16. Engreídos en su
vanagloria, con el juicio alterado por el poder, el orgullo y la riqueza,
ofrecen con hipocresía vanos sacrificios por pura ostentación, pues no
tienen ya respeto alguno por la ley divina.
17. Violentos,
iracundos, lascivos y sumidos ya en la más insolente arrogancia, estos
hombres malvados llegan a odiarme: Me odian en ellos mismos y en otros
igualmente.
18. Estos seres
malvados, crueles y llenos de odio, son los hombres en el estado más bajo.
En el inacabable ciclo de las reencarnaciones, inexorablemente Yo condeno
a estos hombres a la destrucción.
19. Haciéndoles
reencarnar en una forma de vida inferior, permaneciendo en la oscuridad
vida tras vida, en ese estado no pueden llegar a Mí, al contrario,
continúan descendiendo en el camino del infierno.
20. Tres son las
puertas que conducen a ese infierno, condenando al alma a la oscuridad y
la muerte: la lujuria, la ira y la codicia. De estas tres puertas el
hombre debe apartarse.
21. Cuando un hombre
se aleja de estas tres puertas que conducen su alma a la oscuridad,
comienza a labrarse su propia salvación, encaminándose así hacia el
Sendero Supremo.
22. Pero el hombre
irreflexivo que rechaza las palabras de la Sabiduría y sigue el impulso
del deseo, jamás encontrará el Camino Supremo ni la dicha interior, ni
mucho menos la perfección.
23. Deja que la
Sabiduría y las Santas Escrituras marquen tu pauta, en cuanto a lo que es
correcto y lo que no lo es. Lee las Santas Escrituras y vive una vida de
armonía haciendo el bien.
Capítulo 17.°
Las tres clases de fe
Arjuna:
1. Dime, Oh Krishna,
¿cuál es la condición de aquéllos que no siguen los preceptos de las
escrituras, mas realizan sus ofrendas con sincera y fervorosa fe? ¿Cuál es
su condición: sáttvica, rayásica o amásica (de luz, de fuego o de
oscuridad)?
Krishna:
2. Entre los hombres
mortales hay tres clases de fe, de acuerdo con su propia naturaleza, que
son: de luz, de fuego y de oscuridad. Te explicaré esto.
3. La fe que tiene
cada persona va siempre de acuerdo a su propia naturaleza; esta fe es lo
que configura a cada hombre: según su fe, así es el hombre.
4. Aquellos hombres en
los que predominan las cualidades sáttvicas adoran a los dioses de la luz.
Del mismo modo, los hombres de naturaleza rajásíca, adoran a los dioses
del poder y la riqueza. E igualmente, aquéllos cuya naturaleza es
preponderantemente tamásica adoran a los espíritus nocturnos, fantasmas y
fuerzas elementales.
5. Debido a esto, hay
farsantes ostentosos que, motivados por el deseo de poder y sus pasiones,
se someten a terribles austeridades que no vienen prescritas por los
libros sagrados, y se apartan de la actitud piadosa:
6. En su locura,
torturan sus cuerpos y las energías vitales que en él residen, por lo
tanto a Mí, que moro en ellos. Has de saber, Oh Arjuna, que sus mentes
tienen tendencias demoníacas.
7. Ahora te voy a
hablar de los tres tipos de alimentos, de las tres clases de sacrificios,
de los tres estados de armonía, y de las tres formas de hacer caridad.
8. Los alimentos puros
dan salud, equilibrio mental, vitalidad y vigor para vivir una larga vida;
son sabrosos, nutritivos, y dan armonía al cuerpo. El hombre puro sólo
come alimentos puros, encontrando su paladar deleite en ellos, y alegría
su corazón.
9. Los hombres de
naturaleza rajásica prefieren los alimentos rajásicos: agrios, picantes,
salados y ardientes. Mas esto les produce pesadez, molestias y
enfermedades.
10. Los hombres de
naturaleza tamásica, que viven aturdidos por la ignorancia, sienten
predilección por los alimentos rancios, desabridos, guardados y viejos,
sobras de comida de días anteriores y, en general, alimentos impuros no
dignos de ser ofrecidos al Señor.
11. Se puede decir que
un sacrificio es puro cuando se hace como una ofrenda de adoración y de
acuerdo siempre con la Ley Eterna. Sin apego a sus frutos, cobijando en el
corazón el sentimiento de “es mi deber”. Esto es propio de los hombres de
naturaleza sáttvica.
12. Mas aquellos
sacrificios que se ofrecen solamente para ganar bendiciones materiales, o
con expectativas de cualquier tipo de recompensa, como puede ser la
egolatría o la ostentación, son sacrificios impuros. Esto es propio de los
hombres de naturaleza rajásica.
13. Aquellos
sacrificios que van en contra de la Ley Eterna, ofrecidos sin fe ni
respeto por las enseñanzas sagradas, en los que no se ofrecen alimentos ni
se recitan los cantos debidamente: éste es un sacrificio propio de los
hombres de naturaleza tamásica.
14. Veneración por los
dioses de la luz, y reverencia hacía los dos veces nacidos, los Maestros y
los sabios, al tiempo que pureza, rectitud, castidad y mansedumbre: todos
éstos, son atributos que reflejan la armonía en las acciones.
15. Romper el silencio
tan sólo para dar Satsang, con palabras nobles, comedidas y hermosas, que
traen la paz al Espíritu, al igual que la lectura de los libros sagrados:
esto es lo que se puede llamar armonía en las palabras.
16. Paz mental,
silencio, autocontrol, trato amable y pureza de corazón: éstos son los
atributos de una mente en armonía.
17. A esta Armonía, en
sus tres facetas, puede llamársele Pura cuando se conserva permanentemente
mediante una fe inamovible, una vez superado el deseo de recompensa y con
el alma totalmente sumergida en la Unidad.
18. Mas hay hipócritas
que se someten a austeridades por razones egoístas, como el deseo de
reputación, fama y honores: estos actos impuros son propios de la
naturaleza rajásica. Los resultados así obtenidos, son efímeros y vanos.
19. Cuando debido a la
estupidez de una mente ignorante, el autocontrol se confunde con la
autotortura, o cuando los poderes con ellos obtenidos se utilizan para
herir a otros, ese autocontrol es de naturaleza demoníaca.
20. Una limosna es
pura cuando se da por amor y de todo corazón a la persona adecuada en el
momento correcto y en el lugar apropiado, al tiempo que, desapegado de
toda posible recompensa por esa acción: ésta es la caridad sáttvica.
21. Mas cuando se da
una limosna esperando algo a cambio, en forma de recompensa inmediata o
bien futura, o simplemente, cuando se da sin sentirlo en el corazón, sino
por mera prodigalidad: esta caridad es impura y es propia de la naturaleza
rajásica.
22. Cuando se da una
limosna para que otros lo vean o como arrogante autohalago, o en un lugar
inadecuado, en un momento inapropiado y a una persona que no lo va a usar
debidamente: esta caridad es deleznable y propia de la naturaleza
tamásica.
23. OM, TAT, SAT, cada
una de estas tres palabras expresan el Absoluto, Brahma, del cual
surgieron en el principio de los tiempos los Brahmanes, los Vedas y los
Sacrificios.
24. Con lo cual, los
amantes de Brahman siempre antes de comenzar sus tareas y sacrificios, dar
donativos o cumplir con los preceptos ordenados por las escrituras,
recuerdan el Santo Nombre (OM).
25. Del mismo modo,
los buscadores de la Total Liberación, antes de emprender sus tareas,
comienzan recordando la palabra TAT, durante el cumplimiento de sus
preceptos o la donación de limosnas, siempre desapegados de los frutos de
sus acciones.
26. SAT es Verdad y es
bondad. Así pues, toda acción bien hecha nos lleva a SAT como meta única.
27. Todo sacrificio
ofrecido con fe constante y fervorosa, toda limosna, o cumplimiento del
deber es también SAT. Y lo mismo se puede decir de toda acción dedicada
con veneración a Brahman.
28. Mas toda ofrenda,
toda limosna, toda disciplina, o toda acción realizada sin fe es ASAT, o
sea, nada. Has de saber que todo lo que se hace sin fe es inútil, tanto en
este mundo como en el que ha de venir.
Capítulo 18.º
Liberación mediante la
devoción
Arjuna:
1. ¡Oh Krishna! Por
favor, háblame de la esencia de la renuncia y de la esencia de la
rendición.
Krishna:
2. Renuncia es la
abstención a la acción, para evitar el apego egoísta a los frutos de las
acciones. Mas la renuncia a los frutos de las acciones es lo que se llama
la Rendición.
3. Algunos, creyendo
que la acción es un estorbo para la vida contemplativa, defienden la
renuncia a la acción. Mientras que otros dicen que la adoración mediante
las acciones, caridades y autodisciplina, no es algo a lo que se debería
renunciar.
4. Mas ahora, Oh
Arjuna, escucha con atención, pues te diré la verdad acerca de la
rendición mediante las acciones. La Rendición, Oh tú el mejor de los
hombres, puede ser de tres clases.
5. El servicio
desinteresado, los donativos, y la autodisciplina, jamás se deben
abandonar. Por el contrario, han de practicarse, pues son medios de
purificación.
6. Pero incluso estas
acciones, Oh Arjuna, han de realizarse con la misma disposición que si
fueran una ofrenda directa al Señor, y sin esperar recompensa alguna. Ésta
es mi firme determinación al respecto.
7. No está bien dejar
inacabada o abandonar la tarea que, como tu deber, tienes encomendada,
pues es tu servicio por Mí. Tal renuncia a la acción sería un engaño de tu
ignorancia.
8. Y aquél que
abandona su servicio por miedo al padecimiento físico, pensando para sí:
“esto es desagradable”, tal renuncia a la acción es un acto impuro propio
de la naturaleza rajásica y, en verdad, tal actitud no se ve recompensada.
9. Mas, Oh Arjuna,
aquél que pensando para sí: “éste es mi servicio”, me adora realizando
aquellas acciones que son su deber, renunciando a todas las expectativas
de goces y recompensas, sus acciones son puras y la paz mora en su
corazón.
10. Este hombre está
claro y no duda en entregarse, pues de este modo se purifica y la paz está
con él. Ya no ve diferencias entre tareas agradables y desagradables, pues
para él el servicio es siempre una fuente de dicha.
11. Para los hombres
que viven en este mundo físico, es completamente imposible la total
renuncia a la acción, mas aquél que es capaz de renunciar al fruto de su
acción, en verdad, ese hombre hace vida de renuncia.
12. El hombre que
realiza sus acciones con egoísmo buscando su recompensa, a su debido
tiempo obtendrá los frutos en forma de placer, o dolor, o ambos al tiempo
quizá. Mas aquél que actúa con desapego renunciando a la recompensa,
acumula riquezas para la Eternidad.
13. Ahora quiero que
conozcas, Oh Arjuna, las cinco causas primarias de toda acción, que
necesariamente intervienen en la realización de cualquier acto: tal cual
lo explica la sabiduría Sankhya.
14. Estos son: el
cuerpo, el yo inferior, los poderes de percepción, los poderes de la
acción, y, finalmente, el Designio Divino.
15. Cualquier acción
que el hombre realiza, ya sea buena o mala, mediante el pensamiento,
palabra, u obra, es producida por estas cinco causas primarias de la
acción.
16. Quien sin
discriminar, o bien por falta de discernimiento, sin reparar en que es su
naturaleza la que realiza todas las acciones, cae en el error de
considerar que es su Espíritu Infinito el que lo hace, con seguridad este
hombre tiene nublada su visión espiritual, por lo cual, no puede ver la
Verdad.
17. Aquél que ya se ha
liberado de todo vestigio de egoísmo, y cuya mente ya sólo concibe el
bien, incluso aunque exterminase a todos estos guerreros, no sería él el
ejecutor, por lo cual, no queda ligado a semejante acción.
18. Mientras que la
acción permanece en estado de idea, tan sólo hay un conocedor, un
conocimiento, y lo conocido. Mas cuando de la idea se pasa a la acción y
ésta se realiza, lo que hay entonces es un ejecutor, la acción, y lo
ejecutado.
19. El conocimiento,
el ejecutor, y lo ejecutado pueden ser de tres clases según sus cualidades
y de acuerdo a la ciencia de los Gunas. Te explicaré ahora acerca de esto.
20. Una vez obtenido
aquel Conocimiento, mediante el cual se puede ver que todas las cosas
están mantenidas por la misma Esencia Única, ves lo infinito en todas las
cosas finitas. Llegado este estado, se puede decir que se ha alcanzado el
Conocimiento Puro.
21. Mas aquél que vive
en la ignorancia, ve todas las cosas como entidades separadas en su
infinita diversidad y diferenciadas por sus propias limitaciones: este
conocimiento es impuro.
22. Y si alguien
egoístamente considera algo como lo más importante para él,
diferenciándolo del todo, prefiriéndolo como algo aparte de la Unidad y la
multiplicidad, este hombre vive en la oscuridad, engañado por la ilusión y
la ignorancia.
23. Cuando se realiza
una acción como servicio desinteresado y acto de adoración, en paz mental
y sin apegos, libre ya de la esclavitud a su ego, capacitado de constancia
y determinación, que no se inmuta ante la derrota ni la victoria,
conservando siempre su paz interior: pura es la naturaleza sáttvica de
este hombre.
27. Mas el hombre que,
sometido a la esclavitud de los instintos de sus pasiones, trabaja
únicamente con fines egoístas, por demás ambicioso, agresivo y vicioso, y
cuyos únicos estímulos son el placer y el dolor: este hombre posee la
naturaleza impura de los Rajas.
28. Y un hombre
carente de disciplina y con modales groseros, al tiempo que orgulloso e
hipócrita, sucio y malicioso, indolente e irresponsable, torpe en sus
movimientos y moroso en sus citas: la naturaleza de un hombre tal está
impregnada de la oscuridad y la ignorancia de Tamas.
29. Escucha ahora, Oh
Arjuna, pues voy a hablarte de las tres clases de sabiduría y las tres
clases de concentración, según el estado de preponderancia de cada uno de
los tres Gunas.
30. Hay un tipo de
sabiduría que sabe lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer, sabe a
qué hora partir y a qué hora regresar, que discierne con claridad
distinguiendo qué es el miedo y qué es la audacia, qué es la esclavitud y
qué es la liberación: a esto se le llama sabiduría pura y corresponde a la
naturaleza sáttvica.
31. La segunda clase
de sabiduría es la impura; ésta no distingue entre lo que es correcto y lo
que no lo es, lo que es justo y lo que es injusto, lo que se debe hacer y
lo que no se debe hacer. Esta segunda clase corresponde a la naturaleza
rajásica.
32. La tercera es la
sabiduría que ha sido oscurecida por las tinieblas del olvido y la pérdida
de Conocimiento; de tal modo que se llega a considerar lo incorrecto como
correcto, y con el pensamiento crear cosas que no existen, considerándolas
como reales.
33. Cuando se medita
en el Yoga del Eterno Conocimiento, el movimiento de la mente y del
aliento vital están en armonía, trayendo como consecuencia paz interior y
concentración: esa concentración es pura.
34. Mas esa
concentración que se produce cuando seguimos un deseo egoísta en busca de
recompensas, nos apega a las riquezas, los placeres, e incluso a las
ceremonias religiosas, si en ellas buscamos la realización de deseos
egoístas: ésta es la concentración impura que produce la pasión.
35. Y esta misma
concentración es la que mantiene al insensato en la inercia de su pereza
recalcitrante, en su miedo, su autocompasión, su depresión y sus vicios
inveterados. A decir verdad, esta concentración es de naturaleza tenebrosa
y demoníaca.
36. Abre tus oídos, Oh
Arjuna, pues te voy a hablar de las tres clases de placer. El placer que
se obtiene siguiendo el camino de la Verdad es el que definitivamente
acaba con todos nuestros sufrimientos y amarguras.
37.Lo que en un
principio nos parece como un cáliz de sufrimiento termina convirtiéndose
en el vino de la inmortalidad. Y a esto se le llama placer puro: es la
dicha que resurge cuando se obtiene la visión clara del Espíritu.
38. Mientras que el
placer que produce el apetito de las pasiones es impuro, porque, aunque al
principio su sabor sea como el de un licor dulce, el sabor final es el de
un brebaje venenoso. Así de ilusorio es el placer que se obtiene de la
relación entre los sentidos y los objetos que despiertan nuestro apetito
sensual.
39. Y la tercera clase
de placer es aquél que, siendo falso desde el principio hasta el final, no
sólo nos priva de satisfacción sino que aumenta nuestros deseos, siendo un
engaño para el alma. El deseo por este tipo de placer sólo surge de la
abulia y la idiotez, la pereza y la depresión: este placer es propio de la
naturaleza tenebrosa de Tamas.
40. Entre el cielo y
la tierra no existe nada que esté libre de las influencias de estos tres
poderes de la Naturaleza: los Gunas.
41. Los trabajos que
realizan los Brahmanes, los Kshatryas, los Vaisyas y los Sudras, son
peculiares y específicos para cada una de estas castas, según la
preponderancia que en cada uno de ellos ejercen los tres poderes de la
naturaleza, armonizados de acuerdo a la condición kármica de su
nacimiento.
42. Las acciones que
ejecuta un Brahman tienen como propósito alcanzar la paz interior. Éstas
son: dominio de sí mismo, pureza y austeridad, rectitud y tierna
mansedumbre. Meditación, Conocimiento y fe.
43. Mientras que
heroísmo, audacia, firmeza, resistencia y coraje en la batalla,
generosidad y dotes de mando, son las cualidades que un Kshathrya
desarrolla en su vida, de acuerdo a su naturaleza.
44. Así mismo, la
agricultura, la cría de animales y el comercio, caracterizan el tipo de
trabajo que desarrolla un Vaisya por su condición natural. Y las labores
domésticas y la servidumbre en general es el condicionamiento kármico que
hace que un hombre pertenezca a la casta de los Sudras.
45. El hombre que, sea
cual fuere su condición kármica, realiza su trabajo con gozo, con
seguridad alcanza la perfección. Ahora te voy a explicar cómo un hombre
encuentra gozo en su trabajo, alcanzando por esta vía la perfección.
46. La perfección está
al alcance de aquel hombre que realiza su trabajo como un acto de
adoración a Dios, de quien surgieron todas las cosas y a todas Él las
mantiene, pues todo lo penetra.
47. Es mejor hacer tu
propio servicio, aunque sea una tarea humilde, que envidiar el servicio
del otro, por más importante que sea aparentemente: “Dios ayuda a aquéllos
que se ayudan a sí mismos.” A un hombre que realiza su tarea, sea cual sea
su karma, nada puede reprobársele.
48. Jamás debería un
hombre abandonar su servicio, aunque no pudiera acometerlo en su
totalidad, o no pudiera acabarlo a la perfección. Pues en toda obra humana
hay imperfecciones, del mismo modo que el humo acompaña siempre al fuego.
49. Cuando un hombre,
a través del Conocimiento, se ha liberado de toda ignorancia, no quedando
en él vestigio alguno de atadura, teniendo su alma en paz una vez
transcendidos todos los deseos, entonces, mediante la renuncia, puede
alcanzar un estado supremo, que está más allá de las acciones terrenas.
50. Te contaré ahora
cómo un hombre alcanza la morada de Brahman, la visión de la Luz Divina y
el más alto estado de contemplación.
51. Cuando el ojo
espiritual y la razón están limpios y en profunda concentración, el alma
encuentra la armonía, cerrando las puertas al mundo del sonido exterior y
recogiendo igualmente los otros sentidos, una vez que su conciencia ha
trascendido la pasión y el odio.
52. Cuando un hombre
sentado en la soledad del silencio, sumerge su conciencia en la meditación
y la contemplación, procurando cuidar su salud y no comer demasiado,
deteniendo sus pensamientos y palabras y con su cuerpo relajado, cuando
tiene la firme determinación de superar toda tentación y deseo.
53. Libre ya de
egoísmos, violencia y orgullo, al igual que de la concupiscencia, ira, y
ambición, una vez que ha superado su ego y su personalidad, y el
sentimiento de “lo mío”: este hombre ya ha escalado las cumbres más altas,
haciéndose merecedor de la unión total con Brahman, Dios.
54. Una vez que se ha
unido a Dios, su alma está más allá de las penas y los deseos, descansando
por fin en la paz interior. Imparcialmente da su amor a todos los seres de
la creación, pues debido a su ferviente devoción Yo le lleno con mi amor
incesantemente.
55. Por el amor, él ha
podido conocerme: Quién soy Yo y Qué soy Yo. Y una vez que ha recibido el
Conocimiento, tiene abierta ya la puerta de regreso a Mi Ser.
56. Con seguridad
puede buscar refugio en Mí, no importa cuál sea su karma o el tipo de
trabajo al que se esté dedicando. De este modo, por mi Gracia, puede
alcanzar la Eterna Morada de la Dicha.
57. Desde lo más
profundo de tu corazón ofréceme todas las cosas que haces, considerándome
como el último depositario de tu amor, tu Único Fin. Descansa tu mente en
el refugio de la meditación, y entrégame tu vida.
58. Si Me entregas tu
vida, por mi Gracia, estarás a salvo de todos los peligros de este mundo,
al igual que un loto flota sobre las aguas mugrientas. Pero si no te
entregas a Mí y desprecias mis consejos creyéndote capaz por ti solo, con
certeza te digo que te perderás irremisiblemente.
59. Si motivado por el
miedo y tu egoísmo, piensas renunciar a la lucha en la batalla de tu vida,
vana es tu decisión, pues definitivamente la naturaleza te empujará a
luchar de un modo o de otro.
60. Debido a que te
encuentras sometido a las influencias del karma creado por tus acciones en
tu vida anterior, a pesar de que engañado por la ilusión y conmovido por
tus buenos sentimientos no quieras luchar, aun en contra de tu voluntad,
tendrás que hacerlo.
61. ¡Oh Arjuna! Dios
mora en el corazón de todos los seres, y en el tuyo propio. Y este
maravilloso Poder controla a todas las cosas como si fueran sus
marionetas, haciéndolas girar sobre la línea del tiempo.
62. ¡Oh guerrero
victorioso! Ve a Él y ofrécele tu vida entera si quieres encontrar la
salvación. Por Su Gracia, conseguirás la paz suprema, regresando así a tu
hogar, la Morada Eterna.
63. Te he revelado la
sabiduría de la visión espiritual, y también el Conocimiento que es el
secreto más alto de todos los misterios ocultos. Medita en ello
sumergiendo tu alma en el más profundo silencio, y permaneciendo en esta
condición, haz lo que quieras con plena libertad.
64. Escucha: Mi
Palabra Suprema es el más profundo secreto del silencio. Y porque te amo,
te hablaré ahora de la salvación.
65. Entrégame tu mente
y tu corazón, dedícame todas tus ofrendas y adórame; si haces esto, te
prometo que vendrás a Mí y te harás uno conmigo, pues en verdad te amo.
66. Deja atrás todas
las cosas que te atan y ven a Mí en busca de tu salvación. Yo te libraré
de todo apego y destruiré la atadura que te une al karma creado por tus
acciones. Ya no hay por qué temer.
67. Jamás se han de
revelar estos secretos a alguien que no ofrezca su amor, o que no esté
autodisciplinado, o alguien que no quiere oír o que tan solo pretende
discutir.
68. Mas aquél que,
unido a Mí por un estrecho lazo de amor y devoción, le hable de esta
Suprema Doctrina a aquéllos que buscan el amor y la Verdad, éste en verdad
viene a Mí.
69. Pues éste es el
servicio más alto que un hombre puede hacer por Mí. Entre toda la especie
humana que puebla la tierra, éstos son los hombres que Yo más amo.
70. La contemplación
de la Luz interior a través del ojo espiritual es la adoración de aquél
que habla de Mí en discursos espirituales y cuyas palabras surgen de la
meditación. Lo afirmo con certeza.
71. Y aquél que tan
sólo escucha, mas con ferviente fe, limpiando así su corazón de toda duda
y desconfianza, también se libera de sus sufrimientos y alcanza el estado
de dicha que corresponde a los hombres que actúan con rectitud.
72. ¡Oh Arjuna! ¿Has
escuchado mis palabras con atención y en comunión silenciosa con tu alma?
¿Se ha desvanecido ya la ilusión producida por tu ignorancia, arrasada por
el brillo de la Luz interior de tu Espíritu?
Arjuna:
73. Por tu Gracia he
podido ver mi Luz interior, que ha disipado toda mi ignorancia, librándome
así de la angustia que en mí producía la ilusión. En mi mente ya no queda
duda alguna y mi fe en Ti es firme: Ahora puedo decir: “¡Que se haga tu
voluntad!”
Sanjaya:
74. Éstas fueron las
palabras de gloria que escuché en el diálogo entre Arjuna y el Señor de
los señores, lo cual arrebató mi alma, dejándome maravillado y en continuo
éxtasis.
75. Mediante un don
especial que me fue concedido por Vyasa, he podido escuchar la revelación
del Silencio Secreto. He podido oír los secretos del Yoga tal y como
fueron enseñados por Krishna, el Maestro Manifestado.
76. ¡Oh gran rey! Aún
recuerdo las palabras de sagrado éxtasis que surgieron en la conversación
entre Krishna y Arjuna, y mi alma siente un regocijo incontenible.
77. Y aún recuerdo, y
por siempre recordaré, la gloriosa visión del Dios de los dioses,
desbordándose mi alma en gozo una y otra vez.
78. Dondequiera que
esté Krishna, la Meta Ultima del Yoga, y dondequiera que esté Arjuna, el
Maestro del arco: allí reina la belleza y la victoria, y el gozo que se
experimenta una vez alcanzadas todas las virtudes. Tal es mi fe. |