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Bhagavad Gita

Canto del Señor

Circulo danza de Krishna - India XVIII

 

Capítulo 1. º

El desaliento de Arjuna

Dhritarashtra:

1. ¡Oh Sanjaya! Dime, ¿Qué han hecho mis hijos y los hijos de Pandu, reunidos en el campo? ¿Santo de Kurushetra, ansiosos por luchar?

Sanjaya:

2. Viendo las huestes de los hijos de Pandu listas para luchar, el rey Duryodhana se acercó a su maestro Drona y le habló así:

3. Contempla, Oh maestro, el aguerrido ejército de los pandavas, dispuesto en formación de combate por tu antiguo discípulo, el inteligente hijo de Drupada.

4. En este ejército podemos ver a nobles guerreros y héroes, tan grandes como Bhima y Arjuna; mira a Yuyudhana y Virata y el rey Drupada, el del poderoso carro.

5. Y Dhristhaketu y Chekitana, el rey de los chedis, y el valiente rey de Kashi, y Punejit, Kuntibhoja, y Saibya, el mejor de los hombres.

6. Y Yudhamanyu, el victorioso, y el poderoso Uttamaujas, y Saubhadra, el hijo de Arjuna, y los cinco príncipes de la reina Draupadi; todos ellos en sus carros de guerra.

7. Mas también escucha, ¡Oh tú, el mejor de los dos veces nacido!, los nombres de los principales guerreros de mi ejército. Los traeré a tu memoria.

8. Tú mismo, mi maestro de guerra, y. también el sabio y viejo Bhishma. Está Karna, el enemigo de Arjuna y Kripa el victorioso en muchas batallas, tu hijo Ashvatthaman, Vikarna y el hijo de Gonadatta.

9. Y muchos otros héroes, bien conocidos por su habilidad en el uso de las varias armas y su maestría en la guerra, todos listos para dar su vida por mí.

10. Nuestro ejército, encabezado y protegido por Bhishma, es inconquistable; mientras sus ejércitos, dirigidos por Bhima, fáciles son de conquistar.

11. Así pues, firmes todos en vuestras posiciones, protegiendo los diferentes frentes de batalla. ¡Defended a nuestro jefe Bhishma!

12. Bishma, el viejo y glorioso guerrero de los Kurus, al oír esto, con la intención de enaltecer el desfallecido ánimo de Duryodhana, lanzó un grito de guerra como el rugido de un león, soplando luego con fuerza sus potentes caracolas.

13. Y en respuesta, el cielo se llenó con un pavoroso estruendo de redobles de tambores de guerra, címbalos y trompetas. El clamor que juntos elevaron fue como el trallido de un trueno terrible.

14. Con lo cual, Krishna y Arjuna el hijo de Pandu, de pie sobre un carro de guerra tirado por caballos blancos, respondieron al reto haciendo sonar sus divinas caracolas.

15. Krishna, el Señor del alma, sopló su caracola Pandrajanya, y Arjuna la suya Devadhata. Su hermano Bhima, el de tremendas hazañas, sopló su gran caracola Paundra.

16. El rey Yudhishtriya, el hermano mayor de los cinco príncipes pandavas, sopló su caracola Anantavijaya (eterna victoria); y Nakula y Sahadheva la Sughosha (dulce sonido) y Manipushpaka (joya incrustada), respectivamente.

17. Y también el rey Kashi, de poderoso arco, y Sikhaudi el del gran carro, Drishtadyumna, Virata y Satyaki, el nunca vencido.

18. Y el rey Drupada, señor de la tierra, y los cinco descendientes de su hija Draupadi, y Subhadra, el hijo de Arjuna, de poderoso brazo; todos hicieron sonar sus caracolas de guerra por doquier.

19. Con el sonido de tan aterrante clamor, temblaron el cielo y la tierra; al igual que los corazones de los hijos de Dhritarashtra, Duryodhana y sus guerreros.

20. Entonces Arjuna el hijo de Pandu, cuyo emblema simbólico era un mono, al ver a los hijos de Dhritarashtra en formación de combate y dispuestos a lanzar al vuelo sus primeras flechas, tomó su arco Gandiva y así habló a Krishna, el Señor de los hombres.

Arjuna:

21. ¡Oh Krishna inmortal! Te ruego que conduzcas mi carro y lo pongas en medio de los dos ejércitos.

22. De este modo podré ver a los guerreros Kurus tan deseosos de lucha, con quienes me tengo que enfrentar ahora, al comienzo de esta batalla. 23. Así podré contemplar a aquéllos que aquí han venido preparados y ansiosos de lucha, para combatir por los perversos deseos del hijo de Dhritarashtra.

Sanjaya:

24. Cuando Krishna escuchó las palabras de Arjuna, condujo su glorioso carro hasta colocarlo en medio de los dos ejércitos.

25. Y situándose enfrente de Bhishma, Drona y otros príncipes, habló así el Señor de los hombres: contempla, Oh Arjuna, los ejércitos de los Kurus reunidos en el campo de batalla.

26. Entonces Arjuna vio en ambos ejércitos a padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos, tíos, suegros, maestros y amigos.

27. Cuando Arjuna vio a sus seres queridos encarados unos a otros en líneas de combate, se le inundó el corazón de tristeza, y con desaliento y pesar dijo estas palabras.

Arjuna:

28. ¡Oh, Krishna! viendo a mis familiares preparados para la batalla, mis párpados desfallecen y se cierran; y mi boca se seca y queda amarga, temblores recorren mi cuerpo y mi cabello se eriza con horror.

29. Mi arco Gandiva cae de mis manos, el pecho me arde, y mis músculos desfallecen pudiendo apenas mantenerme en pie, pues mi mente vaga en todas las direcciones. Presiento malos augurios.

30. ¡Oh, Krishna! ¿Por qué matar a mis propios familiares en el fragor de la batalla?

31. No veo ninguna gloria en ello. No tengo deseos de victoria.

32. ¡Oh, Krishna! Ni siquiera por el reino y todos sus placeres. ¿Cómo podemos querer un reino, o sus placeres o incluso la vida?

33. Cuando aquéllos para los que desearíamos ese reino y esos placeres, y los goces de la vida, están aquí en este campo de batalla, a punto de perder su vida y sus riquezas.

34. Listos, y dispuestos a exponer su vida en esta batalla, se encuentran: maestros, padres, hijos, abuelos, nietos, padres, yernos y esposos de esposas que solas quedan.

35. De ningún modo quiero dañarles, Oh Krishna. Incluso aunque deseasen matarme. No los dañaría ni por el imperio de los tres mundos; menos aún, por un reino en esta tierra.

36. La desgracia recaería sobre nosotros, si matamos a estos hombres; aunque sean malos. ¿Qué gozo encontraríamos en su muerte, Oh Krishna, liberador de las almas?

37. ¿Acaso puedo matar a mis familiares, los hijos del rey Dhritarashtra, hermano de mi propio padre? ¿Qué felicidad obtendríamos matando a nuestros seres queridos en la batalla?

38. Aunque ellos, con sus mentes obcecadas por la codicia, no tengan ningún reparo en destruir una familia, ni en traicionar a sus propios amigos.

39. Nosotros no deberíamos hacer esto, ya que vemos maldad en la destrucción. ¿No crees que deberíamos cuidarnos de cometer semejante fechoría?

40. Con la destrucción de una familia desaparecen sus virtudes y tradiciones, y al faltar estas virtudes, la iniquidad corroe el seno de la familia.

41. Cuando esto sucede, Oh Krishna, las mujeres de esa familia se corrompen, y su corrupción origina gran confusión en las castas y en el orden social.

42. Este desmán llevará a la familia y a los destructores de la familia a un destino fatal. Los espíritus de sus muertos sufrirán en el infierno al verse privados de las ofrendas y los ritos funerarios.

43. El delito de los destructores de la familia, cuyo resultado es el desorden social, destruye la nobleza del nacimiento, los antiguos ritos y los altos valores.

44. Y, Oh Krishna, los hombres cuyas virtudes familiares están corrompidas, son condenados al infierno. Así nos ha sido dicho.

45. ¡Oh mal día! Qué espíritu maligno ha poseído nuestras mentes, cuando aquí estamos, dispuestos a matar a nuestra propia gente en el campo de batalla por un reino terrenal.

46. Más me valdría que los hijos de Dhritarashtra, encontrándome desarmado y sin ofrecer resistencia, me aniquilasen en medio de la lucha.

Sanjaya:

47. Así habló Arjuna en el campo de batalla; y dejando a un lado su arco y sus flechas, con su alma inundada por la desesperación y la pena, se desplomó abatido sobre el asiento de su carro.

 

Capítulo 2. °

Mundo Ilusión y mente.

Sanjaya:

1. Elevose el espíritu de Krishna, y así habló a aquél cuyos ojos estaban llenos de lágrimas, sumido en la desesperación y la pena, su amigo Arjuna.

Krishna:

2. Es indigno de un noble como tú dejarse atrapar por el desaliento en el momento de la lucha. ¿Cómo es posible? Esto no te hará ganar ni el cielo ni la tierra.

3. ¡No desfallezcas Arjuna! Esto no es propio de un hombre como tú. Sobreponte a ese mediocre desaliento y levántate como el fuego que quema todo lo que encuentra a su paso.

Arjuna:

4. ¿Deberé disparar mis flechas contra el hermano de mi abuelo, el grande y venerable Bhishma? ¿Deberé matar con mis flechas a mi maestro Drona, por quien siento veneración?

5. Preferiría antes vivir de la mendicidad que alimentarme con comida real sabiendo a sangre. No puedo matar a mis maestros, aunque ahora estén turbados por la codicia; aún son mis sagrados maestros.

6. No sé cuál de los dos bandos sería mejor que ganase. No sé si desearía vivir después de ver muertos a los hijos de mi tío el rey Dhritarashtra.

7. En lo más profundo de mi alma, siento desolación. Mi mente no puede discernir cuál es mi deber. Como tu discípulo, vengo a Ti en súplica, en Ti busco refugio; por favor, sé la luz que aparte la oscuridad de mi confusión.

8. Ni el reino de este mundo entero, ni el reino de los dioses en el cielo, pueden apaciguar el fuego de la pena que quema mis entrañas.

Sanjaya:

9. Así habló Arjuna, completamente abatido, al ecuánime Krishna: “¡No lucharé!”, dijo, y quedó en silencio.

10. Krishna sonrió a Arjuna con ternura. Y allí, entre los dos ejércitos, la voz de Dios se manifestó con estas palabras: Krishna:

11. Te afliges por quienes no lo merecen, y tus palabras no son palabras de sabiduría. Un sabio no siente lástima por los que viven, ni tampoco por los que mueren. La vida y la muerte no son diferentes.

12. Siempre hemos existido: tanto yo, como tú, como esos reyes. Y existiremos por siempre y para siempre.

13. Al igual que el alma experimenta la infancia, la juventud y la vejez, sin verse afectada por las mutaciones de este cuerpo; así también tomará otro cuerpo después de la muerte. En un sabio no cabe duda acerca de esto.

14. ¡Oh, Arjuna! El mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van; son transitorias. ¡Elévate sobre ellas, alma vigorosa!

15. El hombre que no es afectado por los sentidos; ni por el placer ni por el dolor, éste es merecedor de vida eterna. 16. Lo irreal nunca ha existido; lo Real nunca ha dejado de existir. Con certeza, esta verdad sólo la han podido entender los auténticos buscadores de la verdad.

17. El Espíritu es indestructible e imperecedero; todo lo penetra. Nadie puede destruir ese Ser Inmutable.

18. A pesar de que estos cuerpos tendrán un fin, habita en todos estos cuerpos, mas está más allá del tiempo: el Espíritu es inmortal e infinito. Así pues, ¡Participa en la lucha, noble guerrero!

19. Tanto el que piensa que el alma mata, como el que cree que puede ser muerta, ambos son ignorantes. Ni puede matar ni puede ser muerta.

20. El Espíritu nunca nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha nacido, está más allá del tiempo; del que ha pasado y el que ha de venir. No muere cuando el cuerpo muere.

21. Cuando un hombre reconoce el Espíritu como no nacido, imperecedero, inmutable e indestructible, ¿cómo podría este hombre matar o ser muerto?

22. Al igual que un hombre se quita un vestido viejo y se pone otro nuevo, el Espíritu abandona su cuerpo mortal para tomar otro nuevo.

23. Ningún arma puede herir al Espíritu, ni el fuego puede quemarlo, ni el agua puede mojarlo, ni el viento puede arrastrarlo.

24. Más allá del poder del fuego, de la espada, del agua y del viento, el Espíritu es eterno, inmutable, omnipresente, inamovible, y siempre uno.

25. El Espíritu está más allá del cambio y del pensamiento; los ojos mortales no pueden verlo. Reconoce que el Espíritu es lo único que permanece y cesa de sollozar.

26. Aunque el alma estuviese destinada irremisiblemente al ciclo de nacimientos y muertes una y otra vez, no deberías, aún así, sentirte turbado por la tristeza.

27. Ciertamente, todo lo que tiene un principio ha de tener un fin. La muerte es el final seguro para quien ha nacido. Pero es igualmente seguro que quien ha muerto ha de renacer. Así pues, no deberías afligirte por lo inevitable.

28. Invisibles son todos los seres antes de su nacimiento, e invisibles volverán a ser después de su muerte. Sólo en el transcurso entre estos dos estados invisibles, resulta posible que los podamos ver. Siendo esto verdad, ¿por qué afligirse?

29. Alguien puede creer en el Espíritu, como la visión de una maravilla, y nos lo describe como tal. Mientras que otros tan sólo han oído que es maravilloso; pero aún habiéndolo oído, ninguno de los dos lo conoce en verdad.

30. El Espíritu inmortal mora en todos los seres y la muerte no puede afectarlo. Reponte, pues, de tu tristeza.

31. Por esto, piensa en tu deber y no dudes. No hay mayor honor para un guerrero que participar en una lucha por el restablecimiento de la virtud.

32. ¡Oh, Arjuna! Hay una batalla que ganar antes de que nos sean abiertas las puertas del cielo. ¡Felices son aquéllos guerreros cuya actitud es participar en esa guerra!

33. Y no luchar por la justicia es traicionar tu deber y tu honor; es despreciar la virtud.

34. Los hombres hablarán de tu deshonor, tanto ahora como en tiempos venideros. Y para un hombre noble, el deshonor es peor que la muerte.

35. Los guerreros dirán que por miedo desertaste del campo de batalla. Y todos aquéllos que antes te hacían alabanzas, ahora te harán escarnio.

36. Tus enemigos te llevarán al descrédito poniéndote en ridículo, olvidando tus proezas y diciendo cosas indignas de ti. ¿Puede haber, para un guerrero, mayor vergüenza que ésta?

37. Si mueres, obtendrás gloria en el cielo. Y si sales victorioso, obtendrás tu gloria en la tierra. Así pues, ¡levántate, Arjuna, con tu ánimo listo para la lucha!

38. Permanece en paz, tanto en el placer como en el dolor; en la victoria, tanto como en la derrota; tanto si ganas como si pierdes. Prepárate para la guerra con tu alma tranquila; si estás en paz, no hay pecado.

39. Así pues, escucha la sabiduría del Yoga: camino de la libertad de ataduras y de lo eterno. Ésta es la sabiduría Sankhya: la visión de lo eterno.

40. En este camino, ningún esfuerzo es baldío, ni existe posibilidad de desgracia. Hasta el más mínimo progreso supone liberación de tus miedos.

41. El único pensamiento que debe ocupar la mente de quien anda este camino es determinación. La mente de aquéllos que no tienen determinación desvaría perturbada por un aluvión de pensamientos.

42. Hay hombres que, aun careciendo de visión espiritual, hablan ostentosamente con versatilidad y usando muchas palabras; siguen los Vedas al pie de la letra y afirman que eso es todo lo que hay que saber.

43. Sus almas están embadurnadas con deseos mundanos y sólo buscan la satisfacción de deseos materiales. La recompensa para éstos es nacer una y otra vez.

44. Aquéllos que aman el poder y el placer, se entregan a esas experiencias, carecen de la firme determinación, necesaria para hacerse uno con el Uno. Ejecutan ceremonias que les prometen poder y placeres.

45. El mundo de los Vedas está sometido a las influencias de los tres Gunas. ¡Oh, Arjuna! Elévate y líbrate de ellos; permanece en la Verdad que está más allá de todos los pares de opuestos. Ve más allá de las posesiones y las ganancias. ¡Recupera tu propia alma!

46. Para un sabio dotado de visión espiritual, los Vedas tienen tanta utilidad como un pozo que ha sido cubierto por una inundación.

47. Concentra tu mente en tu trabajo, pero nunca permitas que tu corazón se apegue a los resultados. Nunca trabajes por amor a la recompensa, y realiza tu trabajo con constancia y regularidad.

48. Realiza tu trabajo en la paz del Yoga, lejos de todo deseo egoísta; desapegado del éxito, tanto como del fracaso. La paz del Yoga es estable y permanente, pues trae equilibrio a tu mente.

49. La acción realizada en la sabiduría del Yoga es muy superior a cualquiera otra realizada con fines interesados. Tu salvación está en la sabiduría. ¡Qué desgraciados son aquéllos que trabajan por una recompensa!

50. La sabiduría lleva al hombre más allá de lo bueno y lo malo. Encuentra pues la sabiduría: el Yoga es la sabiduría en acción.

51. Los sabios conocedores de la auténtica sabiduría ejecutan su trabajo desapegados de su recompensa. Y libres así de la esclavitud al nacimiento, obtienen con seguridad la salvación.

52. Una vez que hayas cruzado el profundo océano de Maya estarás aún más allá de lo que hay escrito en cualquier escritura; ya sea de tiempos pasados o los que han de venir.

53. Cuando tu mente esté confusa por la controversia de tantas escrituras contradictorias, deberás concentrarla en la contemplación divina: así alcanzarás la Meta Suprema del Yoga.

Arjuna:

54. ¡Oh, Krishna! ¿Cuáles son los síntomas que permiten reconocer a un hombre sabio, dotado de visión divina? ¿De qué modo habla? ¿Cuál es su silencio? ¿Cómo actúa?

Krishna:

55. Cuando un hombre se libera de todos los deseos que anidaban en su corazón, y por la gracia de Dios encuentra la dicha divina, entonces su alma descansa definitivamente en paz.

56. El que no es perturbado por las penas ni anhela las alegrías, ya desapegado de los placeres y estando más allá de la pasión: éste es un sabio de mente equilibrada.

57. Quien no se regocija en la fortuna y los bienes, ni se apenas en el infortunio o la enfermedad; aquél que donde quiera que esté está libre de ataduras, sin duda posee suprema sabiduría.

58. Quien, al igual que la tortuga, vierte su conciencia hacia dentro, replegando sus sentidos de atracción que ofrecen los placeres externos, éste posee ecuánime sabiduría.

59. Cuando un hombre repliega sus sentidos, los placeres desaparecen, pero no el deseo de tenerlos. Éste sólo desaparece cuando el alma ha obtenido visión de lo supremo.

60. La impetuosa voluptuosidad de los sentidos arrastra a la mente hacia las cosas externas, perturbando así a los hombres sabios, buscadores de la perfección.

61. Hay que retraer la conciencia de los sentidos y verterla en la armonía interior sentándose pues en meditación y con devoción, el alma encuentra descanso en Mí. Cuando los sentidos están en armonía, se obtiene serena sabiduría.

62. El apego surge del deleite en los placeres de los sentidos; del apego surge el deseo y del deseo, la lujuria y el ansia de posesión; y esto conduce a la pasión y a la ira.

63. La pasión turba a la mente y merma la memoria, haciéndonos olvidar nuestro deber. Esto acarrea la insensatez, y la insensatez lleva al hombre a la destrucción.

64. Pero el alma que a pesar de estar en el mundo de los sentidos, mantiene sus sentidos bajo control está libre de apego y descansa serena.

65. En esta paz mental, toda tristeza o sufrimiento desaparecen, pues esa paz es sabiduría y en ella el corazón encuentra sosiego.

66. Un hombre sin disciplina, jamás obtendrá sabiduría, ni tampoco contemplación. Sin contemplación no puede haber paz, y sin paz, ¿cómo puede haber gozo?

67. Pues cuando la mente vaga tras los placeres de los sentidos, la pasión perturba su sabiduría, igual que el viento empuja un cascarón sobre las aguas.

68. El hombre que aparta sus sentidos de los placeres externos obtiene serena sabiduría.

69. Cuando es noche para los demás seres, el hombre disciplinado despierta a la Luz. Y lo que es día para los demás seres, para el sabio que puede ver, es noche.

70. Al igual que todas las aguas fluyen hacia el océano, y no por eso el océano se desborda, el sabio, aunque le surjan deseos, permanece en unidad inquebrantable con su paz interior.

71. El hombre que abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de “lo mío”, alcanza la paz suprema.

72. Este es, Oh Arjuna, el hombre que descansa en Brahman. Al reconocerle desaparece toda ilusión. Aunque esto ocurriese en el último momento de la vida de un hombre sobre esta tierra, éste puede alcanzar el Nirvana Supremo: este hombre encontrará paz en la unión con Dios.

 

Capítulo 3. °

La acción.

Arjuna:

1. ¡Oh, Krishna! Si tu enseñanza es que el desapego es superior a la acción, ¿cómo entonces me pides que ejecute la terrible acción de la guerra?

2. En esta contradicción de tus palabras, mi mente encuentra confusión. Aclárame, te lo ruego, ¿Por qué camino puedo alcanzar lo Supremo?

Krishna:

3. Antes te he hablado, Oh príncipe sin mácula, de dos caminos que conducen a la perfección, el de la sabiduría de los Sankhyas, Jñana Yoga, y el camino de la acción de los yoghis, el Karma Yoga.

4. El desapego en la acción no es alcanzable mediante la pasiva inactividad. Ni la suprema perfección es alcanzable por la mera renuncia.

5. Pues el hombre no puede estar inactivo ni por un momento. Todo es impulsado a la acción irremediablemente por las tres fuerzas de la naturaleza: los tres Gunas.

6. Aquél que se abstiene de la acción, mas no aparta su mente de los placeres de los sentidos, vive en la ilusión y es un falso seguidor del Camino.

7. Pero aquél que, manteniendo todos sus sentidos bajo control y libre de apego, se entrega al camino del Karma Yoga, de la acción sin apego, éste es un gran hombre en verdad.

8. Haz tu tarea en la vida, porque la acción es superior a Ja inacción. Ni siquiera el cuerpo podría subsistir, si no hubiese actividad vital en él.

9. En este mundo somos esclavos de la acción, a menos que ésta se convierta en adoración. Realiza tus acciones con pureza, libres de la esclavitud al deseo.

10. Así lo hizo saber el Creador cuando hizo al hombre y sus obras como adoración: “Adorándole con tus obras multiplicarás y colmarán todos tus deseos”, dijo.

11. Así complacerás a los Dioses y ellos te complacerán a ti. Y en esta armonía con ellos, podrás alcanzar el bien supremo.

12. Satisfechos los Dioses por tu sacrificio, te colmarán todos los deseos. Sólo un ladrón goza de sus dones y nos los ofrece en sacrificio.

13. Los santos que comen de los alimentos que son ofrecidos al Señor, quedan libre de pecado. Mas la gente mundana que hacen fiestas para gozar de la comida, de este modo pecan.

14. El alimento da vida a los seres, y éste proviene de la lluvia caída del cielo. El sacrificio atrae la lluvia del cielo; es una acción sagrada.

15. La acción sagrada, tal y como describen los Vedas, se ofrece a lo Eterno. Y lo Eterno es Brahman, el que todo lo penetra; por lo cual, está siempre presente en todo sacrificio.

16. Éste es el ciclo de la Rueda de la Ley en continuo movimiento, y en vano vive el hombre que, malgastando su vida en placeres, no ayuda a este ciclo.

17. Pero el hombre que se deleita en el Espíritu, y en Él encuentra su satisfacción y su paz, ese hombre está más allá de las leyes de la acción.

18. En verdad, está más allá de lo que se ha de hacer y de lo que no se ha de hacer, y para realizar su trabajo ya no necesita depender de la ayuda de los seres mortales.

19. Por lo cual, actúa sin apegos y realiza el trabajo que debas hacer, pues el hombre cuyo trabajo es puro obtiene sin duda lo Supremo.

20. El rey Janaka y otros guerreros alcanzaron la perfección siguiendo el camino de la acción. Considera siempre el bien como tu meta y realiza tu tarea en esta vida.

21. En las obras de los mejores hombres, los demás encuentran su ejemplo a seguir. El sendero por donde anda un gran hombre se convierte en una guía para el resto de la humanidad.

22. ¡Oh, Arjuna! no hay nada que Yo deba hacer en ninguno de los tres mundos, pues míos son. No hay nada que tenga que conseguir, porque lo tengo todo. Sin embargo, aún actúo.

23. Pues si Yo no estuviese en continua acción de un modo incansable, los hombres que ahora viven siguiendo los muchos y diversos caminos adoptarían la pasiva inacción.

24. Si yo no hiciera Mi trabajo, estos mundos serían destruidos. Se originaría un gran caos y todos los seres se extinguirían.

25. Al igual que el ignorante ejecuta sus acciones apegado al resultado de ellas, el sabio trabaja desinteresadamente para el bien de toda la humanidad.

26. El sabio no debe confundir la mente de los ignorantes que actúan apegados al resultado de sus acciones; más bien, debe ejecutar sus acciones con desapego y devoción y así estimularlos a que hagan lo mismo.

27. En este mundo temporal todas las acciones suceden por intervención de los tres Gunas,  fuerzas de la naturaleza. Mas el hombre, engañado por la ilusión del “Yo”, piensa: “Yo soy el hacedor.”

28. Pero el conocedor de la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones manifiestas, sabe que algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre otras. Libre entonces de su esclavitud, ya no pretende ser el hacedor.

29. Aquéllos que viven sometidos a la ilusión de los tres Cunas, se ven afectados por sus influencias. Más no perturbe el sabio, que conoce el Todo, al ignorante que aún no puede verlo.

30. Ofréceme todas tus acciones, y no hagas caso a tu mente, depositándola en lo Supremo. Libre de pensamientos egoístas y esperanzas banales, lucha, sintiendo la paz en tu interior.

31. Todos aquéllos que sigan mi doctrina y tengan fe en Mí, realizando su trabajo con pureza y buena voluntad, definitivamente encuentran libertad.

32. Pero todos aquellos hombres ciegos que no siguen mi doctrina y actúan con maldad, guiados por su mente confusa, perdidos están.

33. Al igual que todos los seres siguen el orden de la naturaleza, también el sabio actúa de acuerdo con los impulsos de su propia naturaleza. ¿Qué necesidad hay de desobedecerla?

34. El odio y la ansiedad por las cosas de este mundo provienen de la naturaleza inferior del hombre. Malo es caer bajo estas dos influencias, pues son los dos enemigos del que recorre este camino.

35. Aunque tu trabajo sea humilde, realízalo sin sentir preferencia por otros más importantes. Morir cumpliendo nuestro deber es la vida, mientras que vivir envidiando el de otros es la muerte.

Arjuna:

36. ¡Oh, Krishna! ¿Qué misterioso poder empuja al hombre a actuar pecaminosamente, incluso sin quererlo, como si no tuviese voluntad?

Krishna:

37. La ansiedad y la ira, que surgen de la pasión, son la fuente de maldad y el foco de destrucción: reconócelas como enemigas del alma.

38. El deseo lo oscurece todo, al igual que el humo oscurece el fuego y el polvo impide que el espejo refleje la imagen, al igual que el feto está cubierto por su envoltorio.

39. El deseo enturbia la sabiduría; es el eterno enemigo del sabio. Al igual que el fuego toma infinitas formas, lo mismo hace el deseo; y aún así, no puede encontrar satisfacción.

40. El deseo encuentra cobijo en los sentidos y la mente del hombre. Tras lo cual enturbia la sabiduría, produciendo así la ceguera del alma.

41. ¡Oh, Arjuna! Controla tus sentidos, eliminando tus deseos impuros; pues son los destructores de la sabiduría y la visión espiritual.

42. Enorme se dice ser el poder de los sentidos. Pero aún más poderosa que los sentidos es la mente. Y aún más poderosa que la mente es Buddhi, la razón. Pero aún más grande que la razón es el Espíritu, que habita en todos los hombres y en todo lo que existe.

43. Conoce pues a Aquél que está por encima de la razón, y deja que Su paz te dé paz. Sé un auténtico guerrero y mata el deseo, que es el más poderoso de los enemigos del alma.

 

Capítulo 4. °

La sabiduría

Krishna:

1. Yo revelé este eterno Yoga a Vivasvan, el sol, padre de la luz. Y éste a su vez se lo reveló a Manu, el padre del hombre e hijo de Vivasvan. Y Manu a su vez lo reveló a su hijo, el rey Ikshvaku, el santo.

2. Y así sucesivamente fue revelado de padres a hijos, siguiendo la dinastía de los Rajarsis (reyes santos). Pero sobreviniendo la decadencia, los hombres olvidaron este Conocimiento, hace ya muchísimo tiempo.

3. Más hoy, este Conocimiento eterno te está siendo revelado por Mí. Por tu amor por Mí, y porque soy tu amigo, te revelo este Secreto Supremo.

Arjuna:

4. Tú naciste después que el sol; el sol ya existía antes que Tú. Por esto, no entiendo que quieres decirme cuando proclamas: “Yo revelé este Yoga a Vivasvan.”

Krishna:

5. ¡Oh, Arjuna! Yo he nacido muchas veces y lo mismo tú, Arjuna. Pero Yo recuerdo todas mis vidas pasadas, mientras que tú las has olvidado.

6. A pesar de que nunca nací, pues soy eterno e imperecedero, soy el Señor de todo; por medio de mi maravilloso poder, vengo a este mundo manifiesto.

7. Siempre que el bien decae extinguiéndose poco a poco, predominando en su lugar la maldad y el orgullo, Mi Espíritu se manifiesta en forma humana sobre esta tierra.

8. Para salvar a aquéllos que hacen el bien y destruir a aquéllos que actúan con maldad, para así restablecer el reino de la Verdad, Yo vengo a este mundo era tras era.

9. Aquél que me reconoce como Dios y me adora con sus obras, se liberará del ciclo de nacimientos y muertes después que abandone su cuerpo físico; pues ciertamente viene a Mí.

10. Todos aquéllos que han venido a Mí con confianza, han quedado llenos de mi Espíritu. Y mi paz les ha librado de la esclavitud a las pasiones, los miedos y la ira; purificándose así en el fuego de la sabiduría.

11. Según la manera en que los hombres se abren a Mí, así yo me muestro a ellos. Tal y como me aman, yo les amo. Pues, aunque muchos son los senderos del hombre, finalmente todos llegan a Mí.

12. Aquéllos que buscan placeres y poderes en esta tierra ofrecen sus obras a los dioses de la tierra. Pues las obras que los hombres hacen en este mundo traen rápidamente éxito y poder.

13. El orden de las cuatro castas surgió de Mí, en concordancia a la naturaleza de sus acciones y la condición de su Karma. Pero has de saber que, aunque soy el autor, Yo estoy más allá de las acciones; soy eterno e inmutable.

14. La naturaleza de las acciones no me afectan ni siento preferencia por sus frutos, pues libre estoy de deseos. El que así me reconoce, sabiendo que es verdad, encuentra libertad en su trabajo.

15. Conocedores de estas verdades eran antiguamente los hombres, por lo cual, a través de su trabajo hallaban liberación. Haz tú lo mismo; realiza tu trabajo en esta vida, con el mismo espíritu que aquéllos realizaron el suyo.

16. ¿Qué es la acción? ¿Qué es la inacción? Incluso algunos sabios no ven diferencia entre ambas. Te enseñaré la Verdad que hace que una acción sea pura, y esta Verdad te hará libre.

17. Así sabrás qué es la acción, al tiempo que reconocerás qué es una acción mala. Y también aprenderás una acción que se realiza en silencio: misterioso es el sendero de la acción.

18. El hombre que trabaja en silencio, y que sabe que el silencio es trabajo, sin duda es un iluminado y en su trabajo encuentra paz en verdad.

19. Aquél cuyas intenciones están libres del deseo y la codicia, y que ha quemado ya todo su karma en el fuego del Conocimiento: a tal hombre llaman sabio aquéllos que pueden ver.

20. Un hombre tal, que ha renunciado al fruto de sus acciones, está siempre contento y libre de toda dependencia; y aunque interviene en la acción, él no actúa.

21. Sin esperar nada a cambio, él actúa solamente con su cuerpo, manteniendo su mente bajo control, entregando todo lo que tiene: de este modo, él queda libre de pecado.

22. Él se contenta con cualquier cosa que el destino le depara, pues está más allá de la dualidad de este mundo. Se muestra íntegro tanto en el éxito como en el fracaso, sin ningún síntoma de celos. Sus acciones no le atan.

23. Esto es liberación: Su mente ha encontrado paz en la sabiduría y está libre de toda atadura, sus obras son actos de amor devocional. Las acciones de un hombre así son puras.

24. Quien ve a Dios en todo lo que hace, en verdad llega a Dios. A Dios dirige su adoración, y a Él ofrece su ofrenda: que es Dios mismo, ofrecido en el fuego de Dios.

25. Hay yoghis que ofrecen sus sacrificios a los dioses, pero no hay más alto sacrificio en este mundo, que aquél que ofrece su propia alma para ser consumida en el fuego de Dios.

26. Para experimentar el fuego de la armonía interior, algunos recogen sus sentidos exteriores, valiéndose de la oscuridad. Mientras que otros se valen de la oscuridad para entregarse al fuego de los sentidos externos.

27. Otros incluso entregan su aliento de vida, al igual que sus poderes y capacidades, en el fuego de la unión interna, iluminada por una visión deslumbrante.

28. Otros, fieles a votos austeros, ofrecen sus posesiones y riquezas o mortificaciones o prácticas de yogas, o estudios de las sagradas escrituras, o sus propias capacidades y conocimientos.

29. Algunos ofrecen el aliento de exhalación dentro del aliento de inhalación, y a su vez, el aliento de inhalación dentro del aliento de exhalación, buscando la armonía, y el flujo de su aliento es calmo y transcurre en paz.

30. Y hay otros que regulan su alimento y ofrecen su vida a la vida. Todos ellos saben lo que es el sacrificio, y por medio de él se libran de sus impurezas.

31. A aquéllos que no ofrecen su vida en sacrificio, no les pertenece ni este mundo ni el que haya de venir. Mientras que aquéllos que comen de lo que queda después de las ofrendas,  llegan a Brahman.

32. El hombre se entrega en muchas formas de sacrificio y de muchos modos ellos llegan a Brahman. Has de saber que todo sacrificio es una acción santa; sabiendo esto puedes ser libre.

33. El sacrificio del Conocimiento es el más alto de todos los sacrificios materiales. Pues el Conocimiento es la meta a la que conducen todas las acciones santas.

34. Todo aquél que haya visto la Verdad puede ser tu maestro en el Conocimiento. Póstrate ante él y pídeselo. Sé su sirviente.

35. ¡Oh, Arjuna! Cuando lo recibas, este Conocimiento te sacará del mundo de la confusión, dándote clara visión. Verás que todo está en tu corazón, y que tu corazón está en Mí.

36. Aunque fueses el pecador más recalcitrante, si te subes a la barca del Conocimiento, con toda seguridad podrás cruzar el océano de la ilusión y la maldad.

37. Al igual que el fuego reduce todo combustible a cenizas, el fuego del Conocimiento eterno aniquila todo apego a la acción.

38. Porque no hay nada más puro que este Conocimiento. Poniéndonos en contacto con él, también nos haremos puros. El hombre que vive en armonía interior realiza que la Verdad está dentro de él, y ahí la encuentra.

39. Sólo el hombre de fe es el que alcanza el Conocimiento. Pues vive en armonía y su fe es u vida. Quien recibe el Conocimiento y practica este Yoga Supremo, pronto alcanza la paz suprema.

40. Pero el hombre que vive en la duda, careciendo de fe y de Conocimiento, está perdido, pues su mente está confusa. El hombre que vive en la duda no encontrará gozo ni en este mundo ni en el que haya de venir.

41. Aquél que cuida con amor su experiencia interior, que hace que sus acciones sean puras por la práctica del Yoga, y que mediante el Conocimiento destruye sus dudas, estará siempre libre de las ataduras que crean la acción egoísta.

42. Así pues, Oh Arjuna, destruye con la espada del Conocimiento las dudas que nacen de la ignorancia que habita en tu corazón. Mediante el Yoga, hazte uno con esta armonía que hay en tu interior. ¡Levántate, gran guerrero, levántate!

 

Capítulo 5. ° 

La renuncia

Arjuna:

1. Del mismo modo como elogias la vida de renuncia, también alabas el Yoga de la adoración mediante la acción desinteresada. Dime, Oh Krishna, en verdad ¿cuál de los dos caminos es el mejor?

Krishna:

2. Tanto el camino de la renuncia, como el camino de la acción desinteresada, nos llevan al estado de la Dicha Suprema. Sin embargo, de los dos, es mejor el camino de la acción con desapego que el de la mera renuncia.

3. Como auténtico renunciante, se considera a aquél que nada desea y que nada aborrece. Pues aquél que no se ve afectado por los paros de opuestos, pronto ha de encontrar su liberación.

4. Sólo el ignorante, y nunca el sabio, considera que la renuncia a la acción y la adoración mediante las obras puras son dos cosas diferentes. Cuando uno se entrega con toda su alma a uno de estos dos caminos, con seguridad alcanza la meta a la que ambos conducen.

5. Aquéllos que hacen vida de renuncia logran la misma victoria que los que actúan con desapego. Entiende, pues, que el sabio es aquél que no hace diferencias entre la renuncia a la acción y la acción con desapego. Ambas coexisten, pues tienen la misma esencia.

6. Pero sin practicar el Yoga de la acción pura, muy difícil es, Oh Arjuna, hacer vida de renuncia. Cuando un sabio logra entregarse a la acción libre de apego, pronto ha de alcanzar la unión con Dios.

7. Las acciones no pueden atar al hombre de corazón puro, que tiene sus sentidos en armonía y ha entregado su voluntad a la fuerza que le da vida. Su alma vive en la conciencia de unidad con todo lo que existe.

8. El hombre que está en armonía y que ha sido iniciado en la visión interior de la verdad, con certeza piensa: “Yo no hago riada.” Pues cuando ve, o huele, o toca, u oye, o come, o duerme, o anda, o respira.

9. O cuando habla o toca cosas, o las suelta, incluso cuando abre o cierra sus ojos, él siempre recuerda: “Son tan sólo los sirvientes de mi alma que, siguiendo sus órdenes, ejecutan acciones”.

10. Ofrece a Dios todas sus acciones, y realiza tu trabajo libre de todo deseo egoísta. Así, libre estarás del alcance del pecado; al igual que las aguas mugrientas no pueden alcanzar las hojas del loto, pues siempre flotará sobre ellas.

11. Las acciones de un auténtico yogui buscan únicamente la purificación de su alma; él aparta de sí todo deseo egoísta. Tan sólo es su cuerpo, o sus sentidos, o su mente, o su razón, lo que ejecuta las acciones.

12. El devoto que renuncia al fruto de sus acciones, consigue la paz eterna. Por el contrario, el hombre que, acuciado por sus deseos y carente de devoción, busca la recompensa de sus acciones, de este modo se encadena a la esclavitud del apego a los resultados.

13. Aquella alma realizada que ha entregado su mente, desapegándola de todo resultado, y que descansa en la dicha de la paz que encuentra dentro del castillo de nueve puertas (que es su cuerpo), jamás actuará por egoísmo, ni inducirá a otros a actuar así.

14. El Señor del Universo está más allá de las acciones de este mundo y la actividad que éste genera. Está más allá del resultado de las acciones. Sin embargo, la naturaleza continúa su trabajo con admirable perfección.

15. Las malas o buenas acciones de los hombres no son obra Suya. Cuando la sabiduría es oscurecida por la ignorancia, ésta les hace descarriar.

16. Pero la sabiduría del Espíritu interior puede descorrer los velos de la ignorancia de los hombres que, debido a la carencia del Conocimiento, se hallan sumidos en la oscuridad. La sabiduría del Conocimiento se revelará dentro de ellos como un sol radiante y, en su refulgencia, ellos podrán ver lo Supremo.

17. Concentrando sus pensamientos en Él y haciéndose uno con Él, encontrarán su morada en Él. Él será así el final de su viaje. Arribando a aquella orilla de la que nunca se vuelve, pues han sido purificados por la sabiduría y están libres de pecado.

18. El amor que siente un iluminado es ecuánime y universal, no hace diferencias entre un Brahmin austero y sabio y una vaca o un elefante, o un perro, o incluso el bruto que come carne de perro.

19. Aquéllos cuyas mentes están siempre en serena concentración ya han hecho de su vida un triunfo en esta tierra. Dado que Dios es uno y siempre puro, al hacerse uno con Él alcanza todos sus divinos atributos.

20. El iluminado que ve a Brahman mora en Brahman. Habiendo apartado de sí toda ilusión, su mente está en perfecta calma. Una vez alcanzado este estado, ni el placer ni el dolor puede estremecerlos.

21. Ya no está apegado a las cosas exteriores, pues dentro de sí, él encuentra toda la alegría. Su gozo es constante y eterno, pues su alma ya ha alcanzado la unión con Brahman.

22. El sabio nunca buscará el gozo en las cosas de este mundo, pues los placeres que ellas reportan, son tan sólo el presagio de los sufrimientos que luego han de venir. Todo es transitorio, igual que viene se va.

23. Pero aquél que antes de abandonar este mundo, estando aún en este cuerpo físico, consigue superar los impulsos del deseo y la pasión: éste hombre es un auténtico Yogui y su dicha es permanente.

24. Una vez que le ha sido revelada la Luz interior, su alegría y su dicha provienen de su interior. Con seguridad este Yogui alcanza el Nirvana, y haciéndose uno con Dios, en él ha de morar para siempre.

25. Aquellos santos ya libres de pecado, cuyas almas han superado toda duda y se encuentran en armonía, pronto alcanzan el Nirvana; y su gozo es tal, que se hace incomparable.

26. Porque a aquéllos cuyas mentes están en calma, y cuyas almas han encontrado la armonía, les espera la paz de Dios como regalo. Una vez que han conocido su propia alma, ya están libres del deseo y la pasión.

27. El sabio que en silencio y en un lugar recogido y oscuro revierte su conciencia, aislando sus sentidos del mundo exterior, y reposando su vista interior en medio de sus cejas, deja que  su aliento entre y salga de su cuerpo de un modo uniforme; calmándose de este modo, pone en armonía su mente con su fuerza vital.

28. Apartando de sí el miedo, el deseo y la pasión, mantiene su alma en silencio, antes de alcanzar la libertad final.

29. Él Me reconoce come el Gozador de las ofrendas y sacrificios. Como el Soberano Señor de todos los mundos y el Amigo de todos los seres creados. Reconociéndome así, él obtiene la paz.

 

Capítulo 6. °

La meditación

Krishna:

1.Aquél que realiza sus deberes sin apego a su fruto, es un renunciante al tiempo que un auténtico sirviente. Más no se puede decir lo mismo de aquél que no enciende el fuego sagrado o no realiza sus obras ofreciéndolas como santo sacrificio.

2.Porque el Sanyasi renunciante es al tiempo el Yoghi de la acción pura. Y a menos que se entregue la voluntad terrena, nadie podrá jamás ser un Yogui.

3.Cuando un sabio alcanza los estados más altos del Yoga, sabe que el camino a seguir es el de la acción. Más cuando ya llega a su destino, llega a la tierra del reposo y la paz. Entonces ya renuncia a la acción.

4.Sólo cuando él ha entregado su voluntad alcanza las alturas del Yoga. Desapegado así de la actividad de sus sentidos, libre se encuentra ya de la atadura a sus acciones mundanas.

5. Así pues, ¡levántate Arjuna! y, beneficiándote de la ayuda de tu Espíritu, ¡eleva tu alma! No seas un alma caída pues al igual que tu alma puede ser tu amigo, igualmente puede ser tu enemigo.

6. El alma es fiel amiga del hombre, sólo cuando ha sido conquistada por el Espíritu. Para un hombre carente de voluntad que aún no ha conquistado su alma, ésta puede convertirse en su propio enemigo.

7. Sólo cuando el alma encuentre la paz, él estará en paz: entonces su alma se ha unido a Dios. Tanto si hace frío como calor, en el placer tanto como en el dolor, tanto en la gloria como en la desgracia, él siempre permanece unido a Él.

8. Aquél que halla su felicidad en la visión interior del Conocimiento, tiene sujetos sus sentidos y gozoso el corazón, debido a la experiencia de su propia vida interior. Sólo entonces puede reconocérsele come un Yogui en armonía. Una vez alcanzado este estado, para él, el oro no tiene más valor que las piedras de la tierra.

9. Él ha escalado las alturas de su alma y con ecuanimidad contempla a sus parientes, amigos y compañeros, al igual que a los desconocidos, los que te muestran indiferencia, e incluso a aquéllos que le odian. Él ve a todos iguales desde ese estado de paz interior.

10. El Yogui debe dedicarse con anhelo al recogimiento espiritual, viviendo aislado en su solitario retiro interior, en su lugar secreto. Teniendo su mente bajo control, ni espera nada ni  desea nada.

11. Ha de encontrar un lugar puro y calmo, procurándose un asiento cómodo, ni muy alto ni muy bajo, teniendo como firme de apoyo un terreno con hierba, o bien una piel, o si no, algún tipo de tejido para poner debajo.

12. Una vez preparado así el asiento, en total reposo ha de practicar el Yoga, para la purificación de su alma, uniendo su mente con la fuerza vital que habita en su cuerpo hasta poner su mente en paz. En este silencio, el alma se encuentra en presencia del Uno.

13. Con el cuerpo recto, al igual que el cuello y la cabeza, relajado y quieto, sin moverse;  reposando la vista interior, que vaga en varias direcciones, y reposándola con calma y concentración en medio de las cejas.

14. Con ánimo sereno y libre de temor, con firme determinación en su voto de entrega a la santidad, dejando a un lado todo pensamiento, ha de descansar su alma en Mí, su Dios Supremo.

15. El Yogui que tiene su mente bajo control y vive de esta suerte, dueño de su inteligencia y constantemente unido a su yo superior, obtiene la paz del supremo Nirvana que reside en Mí.

16. Pero la práctica del Yoga, Oh Arjuna, es armonía; no da sus frutos a aquéllos que comen con exceso o ayunan en demasía, ni tampoco a los que apenas duermen, ni a los que duermen demasiado.

17. Esta armonía ha de encontrarse tanto en la comida como en el descanso, en el sueño tanto como en la vigilia. La conciencia de perfección ha de empapar todos nuestros actos. De este modo, el Yoga se convierte en un bálsamo que nos trae la paz, en medio de cualquier tipo de sufrimiento.

18. Cuando la mente del Yogui está en silencio, descansándola en reposo adentro, en comunión con el Espíritu, éste queda inmediatamente libre de los insaciables deseos. Sólo entonces se goza de la unión con Dios.

19. El Yogui que, recogido en sí mismo, se haya absorto en la contemplación de la Luz interior, ha hecho de su alma una lámpara cuya luz, al abrigo del viento, permanece inalterable sin la mínima oscilación.

20. Cuando la mente descansa con sosiego en la inalterable contemplación del Yoga, cuando por la gracia del Señor del Espíritu, obtiene la visión del Espíritu: entonces experimenta dicha plena.

21. De este modo conoce el auténtico buscador la dicha de la eternidad que está fuera del alcance de los sentidos. Ahí se queda y ya jamás se aparta de la Verdad. Esta visión interior está más allá de la razón.

22. De este modo se experimenta la dicha y la Verdad, como una visión suprema. No hay nada más valioso que esto, y firme y constante él permanece, tal que ni aún el dolor más intenso podría hacerlo vacilar.

23. La libertad se consigue en esta unión del Yoga: Libertad de la esclavitud al sufrimiento. Para tener éxito en la práctica de este Yoga, hace falta tener fe, y una fuerte y entusiástica determinación en el corazón.

24. Después de rechazar con determinación todo anhelo y deseo engendrado por la fantasía, y controlar con firme estado de ánimo todos los sentidos y los órganos de la acción, libre de sus múltiples atracciones, así recogido.

25. El buscador, usando su fuerza de voluntad con firmeza, llegará poco a poco a la paz de espíritu, disolviendo todos sus pensamientos en el silencio interior.

26. Y cada vez que la mente, en su continua divagación se aparte del Espíritu, una y otra vez tráela de vuelta y repósala sobre el Espíritu.

27. Sólo de este modo llega el Yogui al gozo supremo que habita en su corazón cuando éste está en calma, en paz y carente de pasiones, limpio de pecado y en unión absoluta con Brahman, Dios.

28. De este modo, consagrándose sin pausa a la unión interior con Dios, el Yogui obtiene con toda seguridad el infinito goce de la comunión con Dios.

29. Él reconoce en su corazón que su esencia es común a la de todas las criaturas, y que la vida que mora en todas las criaturas habita también en su corazón. Ésta es la consciencia en la que vive el Yogui iluminado: una visión de total unidad.

30. Y cuando él Me ve en todo y ve todo en Mí, Yo ya nunca le abandono y él nunca Me abandona a Mí.

31. Aquél que en su amor universal, logra amarme en todo lo que ve, donde quiera que este hombre viva, este hombre vive en Mí constantemente, sea cual fuere la condición de su vida.

32. Quien, reconociendo la unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma esencia en todo los seres, solidarizándose con ellos tanto en lo placentero como en lo doloroso; en verdad, éste es el más grande de los yoghis.

Arjuna:

33. Siendo la mente tan voluble e incontenible, debido a su actividad sin descanso, yo no puedo encontrar paz. Tú me has hablado del Yoga, de la constante Unidad, pero Krishna, la mente es inconstante.

34. ¡Oh Krishna!, la mente nunca se para, impetuosa, autodecidida, difícil de domar. Tomar control sobre mi mente me parece tan difícil como apaciguar lo s poderosos vientos.

Krishna:

35. ¡Oh, Arjuna! Con certeza la mente es inagotable, es difícil de contener. Pero mediante tu práctica constante te puedes liberar de las pasiones, después de lo cual, con toda certeza la mente puede ser controlada.

36. Mientras la mente no está en armonía, esta comunión divina es muy difícil de alcanzar. Pero aquel hombre que ha recibido el Conocimiento y lo practica con regularidad y determinación, logra controlar su mente y alcanzar la Unidad.

Arjuna:

37. ¡Oh Krishna! Y si un hombre lo intenta firmemente y no logra alcanzar la meta del Yoga, debido a que no recibió el Conocimiento, pero, no obstante, este hombre tiene fe, ¿qué final le esperaría a un hombre tal?

38. Privado del cielo y de la tierra, vagabundo en medio de los vientos sin rumbo, ¿se perdería acaso, igual que una nube se disipa en el aire, por no haber encontrado el camino de Dios?

39. Aclara mi mente confusa, Oh Krishna, apartando con tu luz la oscuridad de mi ignorancia. Se Tú mi Guía ¿Quién si no podría resolver mi duda?

Krishna:

40. Ni en este mundo, ni en el que haya de venir, puede perderse un hombre tal. Pues un hombre que obra el bien, Oh hijo mío, nunca ha de conocer el sendero de la muerte.

41. Irá al cielo en donde moran los que hacen el bien, y allí vivirá por muchos años. Después de lo cual, este hombre que no obtuvo el Conocimiento del Espíritu, ha de nacer de nuevo en un hogar venturoso en el que habite el bien.

42. Incluso puede nacer en una familia de yoghis, donde ya brille la sabiduría del Yoga. Pero nacer en una familia tal es algo muy raro en este mundo.

43. Y comienza su nueva vida, recobrando entonces el mismo nivel de sabiduría que él había adquirido en su vida anterior, y desde ese nivel continúa esforzándose, mas siempre yendo hacia adelante, apuntando a la perfección.

44. Porque su antiguo anhelo y su búsqueda vehemente le empujan siempre hacia adelante: aquél que en verdad desea conocer el Yoga va más allá de las palabras de los libros.

45. Y de este modo, el Yogui, esforzándose sin prisa pero sin pausa, con su alma limpia de pecado, después de muchas vidas alcanza la perfección, el Fin Supremo.

46. ¡Oh, Arjuna, sé tú un Yogui! Porque el auténtico Yogui va más allá que aquéllos que sólo siguen el sendero de la austeridad, o de la mera sabiduría o de la mera acción.

47. Y el más grande de todos los yoghis es aquél que tiene una fe total e incondicional y que con toda su alma me ama a Mí.

 

Capítulo 7.°

El discernimiento

Krishna:

1. Mas ahora escúchame, Oh Arjuna, si me entregas tu corazón con un deseo ferviente de practicar el Conocimiento, podrás tener una visión total de Mí. Así me reconocerás: Yo soy tu Refugio Supremo.

2. Voy a revelarte el Conocimiento: Esa visión que, una vez conocida, ya nada más en este mundo te queda por conocer.

3. Entre millares de hombres quizás uno busca la perfección. Y entre millares de estos que buscan la perfección, quizás uno me conoce en verdad.

4. Ocho son las formas visibles de mi naturaleza: Tierra, agua, fuego, aire, éter, mente, razón y conciencia del “yo”

5. Pero aún mucho más allá de mi naturaleza visible, está mi Espíritu invisible. Este Espíritu es el fundamento de la vida, y gracias a Él, este universo tiene existencia.

6. Todas las cosas capacitadas de vida obtienen su vida de esta vida. Yo soy el principio y el final de todas las cosas que existen.

7. En todo este inmenso universo no hay nada que sea superior a Mí. Soy el soporte de todos los mundos, del mismo modo que el hilo mantiene juntas todas las perlas del collar.

8. Soy el sabor de las Aguas Vivas, soy la Luz de la Luna y el Sol. Soy el Santo Nombre, la palabra sagrada de los Vedas. Soy el sonido del silencio; la fortaleza de los hombres.

9. Soy la fragancia pura que desprende la tierra. Soy el resplandor del fuego. Soy la vida de todas las criaturas vivas, y la austeridad en aquéllos que fortalecen sus almas.

10. Soy, y desde siempre he sido, la semilla de la vida eterna. Soy la inteligencia del inteligente. Soy lo bello de la belleza.

11. Soy la fuerza de los vigorosos, cuando esta fuerza está libre de la pasión y los deseos egoístas. Soy el deseo, siempre que éste es puro: Siempre que no va en contra de la armonía y el orden de la naturaleza.

12. Has de saber que de Mí proceden los tres Gunas, los tres estados del alma: Sattva, Rajas y Tamas. Pero no es que Yo esté en ellos, sino que ellos están en Mí.

13. El mundo entero, confundido por los diferentes estados que producen estas tres cualidades, ignora que Yo estoy por encima de ellos, y que soy y seré siempre imperecedero e inmutable.

14. En verdad difícil es no verse afectado por este divino poder mío de ilusión, creado por estas tres cualidades. Únicamente aquéllos que buscan refugio en Mí consiguen librarse de ese poder y superar el engañoso atractivo de la ilusión.

15. Los malvados y los insensatos no recurren a Mí, pues sus almas viven en la oscuridad de la ilusión. Su visión está nublada por el velo de la ilusoria apariencia, y engañados así,  escogen el camino del mal.

16. Hay cuatro clases de hombres que actúan con justicia, y los cuatro en verdad me aman: El afligido, el que busca algo a lo que se entrega con sinceridad, el auténtico buscador del Conocimiento, y el hombre iluminado dotado de visión.

17. De estos cuatro, el hombre iluminado dotado de visión es superior a todos, pues vive en la unidad y siempre ama al Uno. Así pues, mi amor está siempre en aquellos que, dotados de visión, pueden verme. Y aquéllos que pueden verme en verdad me aman.

18. Estas cuatro clases de hombres en verdad son buenos, mas el hombre dotado de visión divina y Yo somos uno. Su alma entera está unida a Mí y Yo soy su Camino Supremo.

19. Después de muchas vidas, el hombre dotado de visión regresa a Mí, pues en su corazón él reconoce: “Dios es todo.” Oh Arjuna, un espíritu tan sublime es muy raro de encontrar.

20. Aquellos hombres cuya visión les ha sido velada por el deseo y la concupiscencia,  entregan su amor a otros dioses y, guiados por su naturaleza inferior, se pierden por otros muchos caminos.

21. Cualquiera que sea la divinidad a la cual un devoto pretende rendir culto con verdadera fe, a ese hombre Yo le otorgo fe, una fe firme e inamovible.

22. Así pues, este hombre con toda su fe, adora a ese dios y de este modo ve realizado sus deseos. Pero cualquier bien que obtenga proviene de Mí.

23. Pero así y todo, eso sólo lo hacen los hombres de escasa inteligencia, y muy limitadas son las recompensas que obtienen por este medio. Quienes adoran a los dioses van a los dioses; más quienes me adoran a Mí, vienen a Mí.

24. El ignorante piensa que Yo soy esta forma de naturaleza inferior que Yo adopto y aquellos pueden ver con sus ojos mortales. Ellos no conocen mi naturaleza superior. Ésta es imperecedera y suprema.

25. Mi gloria no la ven todos, pues estoy escondido detrás de mi misterioso velo. Engañados por mi apariencia, la gente no me reconoce. Yo soy el que no tuvo principio y nunca ha de tener fin.

26. ¡Oh Arjuna! Yo conozco todo el pasado, el presente y el futuro. Pero en verdad nadie me conoce a Mí.

27. Todos los seres nacen ya en la ilusión, engañados por la división dual que produce el sentimiento de deseo y repulsa frente a las cosas de este mundo.

28. Pero hay hombres que sólo hacen lo que es debido, y ya no cometen pecado alguno; ya están libres del engaño que produce la dualidad, y Me adoran con toda su alma.

29. Aquéllos que buscan refugio en Mí y se esfuerzan, en verdad se liberan del tiempo y la muerte: Reconocen a Brahman, como su Atman y saben qué es el Karma.

30. Aquéllos que concentran su mente en Mí, me conocen en la tierra y en el cielo como el Supremo Ser. Sus almas son puras y permanecen en armonía, e incluso cuando les llega la hora de su muerte, también Me ven.

 

Capítulo 8.°

Lo supremo

Arjuna:

1. Dime, Oh Tú, Señor, ¿quién es Brahman?, ¿quién es Atman?, ¿qué es el karma?, ¿qué es el Espíritu Supremo?, ¿qué es el reino terrenal?, ¿qué es el reino de la Luz?

2. ¿Qué dios rige la vida del cuerpo, y cómo ésta toma lugar? Y dime, Oh Tú, cuando llega el momento de la muerte, ¿cómo Te reconocen aquéllos que han vivido en consciencia de la Armonía?

Krishna:

3. Brahman es el Principio Indestructible, lo Supremo y lo Eterno. Atman es el Espíritu en el hombre. Karma es la fuerza de la creación a partir de la cual toma vida todo lo que existe.

4. La materia es el reino terrenal, que, llegada su hora, lo perdemos. Pero el Espíritu es el reino de la Luz, energía que da la vida a este cuerpo, y en este cuerpo se produce el más excelso de los sacrificios.

5. Y aquél que, llegada la hora de su muerte, abandona su cuerpo con su pensamiento puesto en Mí, en verdad viene a Mí y se hace uno en Mí.

6. Porque aquello en lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada naturaleza.

7. Así pues, pon tu mente en Mí todo el tiempo: Recuérdame y lucha. Teniendo tu corazón y tu mente puestos en Mí, en verdad vendrás a Mí.

8. Sólo alcanza el Espíritu de la Luz aquél que, habiendo sido iniciado en el Conocimiento, concentra su mente en el Espíritu Supremo, con constancia, sin divagar.

9. Aquél que medita en el Creador: Gobernador Supremo de todo lo creado desde tiempo inmemorial, más pequeño que el más pequeñito de los átomos y, aun así, abarcando y manteniendo este inmenso universo entero; Aquél que brilla como un sol que destruye la oscuridad, y se encuentra mucho más allá del pensamiento humano.

10. Tal hombre que, llegando la hora de abandonar su cuerpo, está en unión con el Amor y el Poder que le da vida, con su mente en perfecta concentración, manteniendo su fuerza vital en medio de sus cejas, en verdad va al Espíritu Supremo: el Espíritu Supremo de la Luz.

11. Ahora escucha con atención, Oh Arjuna, pues te hablaré de ese camino que los sabios versados en los Vedas llaman el Eterno. Y que sólo es alcanzado por aquellos que, en paz y libres de todas las pasiones terrenales, llevan una vida de santidad esforzándose en la búsqueda de la perfección.

12. Si cuando a un hombre le sobreviene la muerte, está sumergido en el silencio del Yoga y, recogiendo sus sentidos del mundo, concentra su mente en su corazón, dejando que el aliento vital ocupe su cabeza.

13. Y me recuerda manifestando la Santa Palabra: La Eterna Palabra de Brahman, con seguridad se dirige a la Morada Suprema.

14. Aquéllos que mediante el Yoga de la Devoción me entregan toda su alma para siempre, muy pronto llegan a Mí.

15. Y una vez que estas grandes almas llegan a Mí, la Morada del Gozo Supremo, ya nunca han de volver a este mundo humano de penas y sufrimientos.

16. Todos los mundos, incluso el mundo de Brahma, el Creador, están sujetos al cambio, pues son transitorios: Pues tienen un principio y un fin. Pero aquellos que llegan a Mí se liberan del continuo ciclo de nacimientos y muertes.

17. Aquéllos que saben que el día de Brahma, el dios de la creación, tiene una duración de mil eras, y que su noche dura otras mil, sólo éstos saben en verdad qué es el Día y la Noche.

18. Con la llegada del día, todo el universo visible surge de lo invisible; del mismo modo que cuando llega la noche, toda la creación entera desaparece disolviéndose en lo invisible.

19. Del mismo modo que las criaturas vivas, en número incontables, vuelven a la vida una y otra vez, inevitablemente todas desaparecen cuando llega su noche de oscuridad, para resurgir otra vez cuando llegue su nuevo día.

20. Pero más, más allá, por encima de esta creación visible e invisible, hay un Principio Inmanifiesto, Superior y Eterno. Éste permanece y permanecerá por los siglos de los siglos, incluso cuando todo haya desaparecido.

21. A esta esencia inmanifiesta se le llama “el Imperecedero”. Es lo más alto, el Fin Supremo. Ésta es Mi Suprema Morada, aquéllos que llegan a Ella nunca regresan.

22. ¡Oh, Arjuna! Este Espíritu Supremo es sólo alcanzable mediante el éxtasis de amor. En Él todas las cosas tienen vida, pues Él ha creado todas las cosas.

23. Te hablaré ahora, Oh Arjuna, acerca del tiempo durante el cual los yoghis que abandonan este mundo van a la Morada Eterna de la que no regresan. Y también te hablaré del tiempo durante el cual regresan aquéllos que aún han de volver a esta tierra.

24. Si abandonan este mundo durante la llama, la luz, el día, las luminosas semanas de la luna, durante los meses en que la luz solar es creciente (solsticio Norte), aquéllos que conocen a Brahman, van a Brahman.

25. Pero si ellos abandonan este mundo durante el humo, la noche, las semanas oscuras de la luna, durante los meses de luz solar decreciente (solsticio Sur), entran en la luz de la luna y regresan al mundo, sujetos al nacimiento y la muerte.

26. Éstos son los dos caminos que por siempre ahí estarán: el camino de la luz y el camino de la oscuridad. El primero conduce a un lugar del que no se regresa, mientras que el otro te obliga a regresar a esta existencia de tristeza y sufrimiento.

27. Para el Yogui que ya ha conocido estos dos senderos, la ilusión de este mundo deja de ser ya una trampa. Así pues, Oh Arjuna, practica con constancia y regularidad este Yoga. Hay una recompensa que se obtiene de la lectura de los Vedas, o de la ofrenda de sacrificios, o de la vida austera, o de la caridad. Pero incomparablemente más alta, es la recompensa que obtiene el Yogui que, conociendo la Verdad, ve la Luz que disipa sus tinieblas: de este modo él regresa a su Hogar Eterno.

 

Capítulo 9.º

Entrega y dedicación

Krishna:

1. A ti, porque tienes fe, te voy a revelar el más alto de los misterios: el Conocimiento y la visión espiritual interior. Una vez alcanzado esto, tu alma estará libre de pecado.

2. Es el Augusto Misterio, el Eterno Conocimiento, purificador por excelencia. Una vez abierto el tercer ojo, capacitado de visión divina, comienza a andar el camino del recto obrar. Es muy fácil de seguir y conduce a la más alta Morada.

3. Pero aquéllos que no tienen fe en esta Verdad, no recurren a Mí aunque en verdad soy su único refugio. Debido a esto, regresan sin cesar al ciclo de la vida y la muerte.

4. Todo este universo visible ha salido de Mi Forma Invisible. Soy el soporte de todos los seres, y aún así, no dependo de ellos.

5. Y en verdad, tampoco ellos están en Mí: tal es el misterio de mi condición sublime. Soy la Fuente de todos los seres vivos, soy el soporte de todos ellos; mas, aún así, no dependo de ellos.

6. Del mismo modo que los vientos llenan todo el inmenso espacio etérico, igualmente Yo soy el sustento de todos los seres. Acepta esto como una verdad.

7. Cuando el Día de Brahma llega a su fin, Oh Arjuna, todo lo creado es reabsorbido en Mi naturaleza inmanifiesta. Mas cuando, una vez transcurrida la Noche, el nuevo Día alborea, de Mí emanan otra vez.

8. Así pues, partiendo de mi Ser, Yo manifiesto la creación entera, y a Mí la hago regresar de nuevo, y este ciclo se repite una y otra vez, siguiendo los círculos del tiempo.

9. No obstante así, mi Naturaleza no sufre alteración ni se ve atada por el vastísimo desenvolvimiento de la creación. Yo soy el que soy, tan sólo observo el drama de todo el proceso.

10. Yo observo cómo, en el desarrollo de la creación, la naturaleza produce todo aquello que puede moverse al igual que lo inmóvil, mientras el mundo da vueltas y vueltas sin cesar.

11. Los ignorantes y los locos de este mundo al yerme en cuerpo humano, no reconocen mi Naturaleza Superior y me desprecian. Ellos no conocen Mi Espíritu Supremo, la Forma Infinita del Dios que ha creado todas las cosas.

12. Vanas son sus esperanzas, e igualmente vanas sus acciones, vano es todo lo que han aprendido, siendo igualmente vanos todos sus pensamientos. En su locura descienden a la naturaleza de demonios, cayendo en la oscuridad y el engaño del infierno.

13. Pero hay hombres de grandes almas que sí Me reconocen. Así pues, buscan su refugio en Mi Naturaleza Divina. Me aman con todo su corazón, dedicándome todo su ser. En verdad ellos saben que Yo soy la fuente de donde surge todo.

14. Me adoran con devoción y me hacen ofrendas, una tras otra, sin encontrar límite en su cuantía ni en el valor de las mismas. Su determinación es fuerte. Siendo armonía el estado habitual de sus almas: con su amor, ellos Me adoran.

15. Otros trabajan para Mí y así me adoran, al tiempo que practican el Yoga de la visión espiritual. Me adoran en mi unidad y en mi multiplicidad, pues ya no ven diferencias entre ambas.

16. Dado que soy el sacrificio y también la ofrenda, soy igualmente el sacrificio por los antepasados y la hierba bendita. Soy las palabras santas, el santo alimento, el fuego santo, y también la ofrenda que consume el fuego en el holocausto.

17. Soy el Padre de este universo. Es más, soy la Fuente de el Padre. También soy la Madre de este universo y el creador de todo lo existente. Soy lo más alto que se puede conocer: el Camino de la Perfección, la Santa Palabra, los Tres Vedas, (Rig, Sama y Yajur-Veda).

18. Yo soy el Camino, y el Maestro que en silencio observa: tu amigo, tu refugio, y tu morada de paz. Soy el principio, el medio y el fin de todas las cosas que existen. Soy la semilla de eternidad, el Supremo Tesoro.

19. De Mí obtiene el sol el calor que él emite, y del mismo modo retengo y rocío la lluvia sobre la superficie de la tierra. Soy vida inmortal para el sabio y muerte para el ignorante, soy lo que es y lo que no es.

20. Hay quienes conocen la esencia de los Tres Vedas y beben el Néctar: éstos están libres de pecado. Ellos rezan y me adoran continuamente, lográndose así el cielo. Estos en verdad alcanzan el cielo de Indra, el rey de los dioses, y allí gozan de todo tipo de inigualables placeres.

21. Después de gozar allí de las delicias del vasto mundo celestial, una vez agotados sus méritos, retornan a este mundo de mortales. Y de este modo se cumple lo prescrito por los Vedas; como cobijaron en su corazón deseos por placeres transitorios, en verdad los consiguieron, pero esta felicidad es tan sólo transitoria.

22. Pero a quienes me aman y me adoran con pureza en su alma, viviendo siempre en armonía, a aquéllos cuyas almas están siempre en unidad con la Armonía interior, Yo les incremento lo que quiera que tengan, y aún es más, les doy aquello que todavía no tienen.

23. Incluso aquéllos que con fe y ferviente devoción adoran a otros dioses, con el amor que ellos ofrecen, me adoran a Mí. Aunque no es ésta la forma correcta.

24. Porque Yo soy su Señor Supremo, y acepto complaciente todo sacrificio. Pero esos adoradores, en verdad no conocen mi Esencia Pura, por lo tanto, fracasan en el propósito último. 25. Pero aquéllos que adoran a los dioses, a los dioses van, y aquéllos que adoran a los antepasados, a los antepasados van. Aquéllos que rinden culto a los espíritus inferiores, hacia ellos se dirigen. Mas aquéllos que me adoran a Mí, con seguridad vienen a Mí.

26. Yo acepto cualquier ofrenda que un alma de ferviente amor me haga con devoción. Ya sea una hoja, o una flor, o una fruta, o incluso un poco de agua fresca: todo lo acepto, porque con corazón puro me ha sido ofrecido por amor.

27. Cualquier cosa que hagas, o comas, o des, u ofrezcas en adoración, ofrécemelo a Mí. Del mismo modo, cualquier tipo de sufrimiento que venga a tu vida, también ofrécemelo a Mí.

28. De este modo te habrás desligado de las ataduras del Karma, tanto si los frutos son buenos como si son malos. Perseverando así en la renuncia a los frutos de la acción, serás libre y vendrás a Mí.

29. Yo me doy por igual a todos los seres, y Mi Amor por todos es el mismo. Mas aquéllos que me adoran con devoción están en Mí y Yo estoy en ellos.

30. Incluso el pecador más depravado, si me adora con toda su alma, con toda su mente, y con todas sus fuerzas, ha de ser considerado como un justo obrador del bien; pues su voluntad ha escogido el camino correcto.

31. Y pronto se purificará y alcanzará la paz eterna. De este modo Yo prometo que aquél que en verdad me ama, no perecerá.

32. Porque aquéllos que buscan en Mí su refugio, sin importar lo débiles o pecadores que sean, sean mujeres, o Vaisyas, o Sudras, con seguridad todos ellos conocerán el Camino Supremo.

33. ¡Con cuánta mayor razón no lo han de lograr los santos Brahmanes y los nobles santos que en verdad me aman! Ya que has venido a este transitorio mundo de amargura, ¡ámame, Oh Arjuna!

34. Entrégame tu mente y entrégame tu corazón, dedícame tus ofrendas y también tu adoración. De este modo, uniendo tu alma a Mí, considerándome como lo principal en tu vida, tu Meta Suprema, en verdad vendrás a Mí.

 

Capítulo 10.º

Las glorias del Señor

Krishna:

1. Escucha, pues, vigoroso Arjuna, de nuevo te hablaré de la gloria de Mi Palabra. Lo haré por tu propio bien, dado que tu corazón encuentra su gozo en Mí.

2. Ni entre las legiones de los dioses, ni entre los santos videntes de la tierra, existe alguien que conozca Mi origen, pues tanto los dioses como los grandes sabios videntes, todos han nacido de Mí.

3. Aquél que sabe que no tuve principio, que soy “el No-Nacido”: el Señor de todos los mundos, este mortal está libre de la confusión y a salvo de toda ignorancia.

4. Inteligencia, Conocimiento espiritual, claridad y entendimiento, paciencia y benevolencia, sinceridad, autodominio y paz interior, dicha y tristeza, prosperidad y miseria, miedo y audacia.

5. Inmutabilidad, no violencia, mansedumbre, satisfacción, generosidad y austeridad, honor y ofensa; todas éstas son condiciones propias de los mortales y todos vienen de Mí.

6. Los siete grandes sabios videntes de tiempos ancestrales, al igual que los cuatro fundadores de la especie humana, en Mí estaban y de mi mente surgieron. Y a su vez, de ellos proviene la generación de la raza humana.

7. Aquél que conoce la magnanimidad de mi poder y de mi gloria, permanece inmutable en unidad con la Armonía. Cierto es esto que te digo.

8. Yo soy el Origen Único de todo lo que existe. Yo soy la causa de toda evolución. Los sabios que me conocen saben esto, y en continua alabanza me adoran con su amor.

9. Todos sus pensamientos los dirigen a Mí y me entregan toda su vida en dedicación. De este modo, cada uno de ellos se convierte en luz en el camino para el otro; pues ellos sólo hablan para cantar mis glorias y en ello encuentran paz y gozo.

10. Quienes así viven, en continuo contacto con la armonía y adorándome con su amor, a ellos Yo les revelo el Conocimiento de la visión espiritual, para que reconociéndome dentro de ellos, puedan así unirse conmigo.

11. Por misericordia infinita Yo habito dentro de sus corazones, y mediante la Luz del Conocimiento, disipo la oscuridad de la ignorancia que mantiene a su alma presa a la ilusión de este mundo.

Arjuna:

12. En verdad Tú eres el Dios Supremo, Luz Divina, Pureza Inmaculada, Espíritu Eterno, Creador sin principio ni fin, el Señor omnipresente que habita en todas las cosas.

13. Así te proclaman en alabanzas los grandes sabios videntes, tales como el santo y sabio Narada, Asita, Devala y Vyasa. Y ahora Tú te revelas a Ti mismo manifestando Tu propia gloria.

14. Pongo mi fe en tus palabras, porque tus palabras son palabras de verdad, y ni los dioses del cielo, ni los demonios del infierno pueden abarcar la inmensidad de tu revelación.

15. Sólo Tú te conoces a Ti mismo: Sólo Tú Espíritu conoce su propia gloria. Tú eres la fuente del Ser que mora en todos los seres, Dios de dioses, Rey de reyes.

16. Te ruego que, por tu infinita misericordia, me reveles la gloria de tu Espíritu Divino, que penetra todos los mundos que existen.

17. ¿Cómo podré conocerte yo a través de la meditación? ¡Oh mi Señor! ¿Qué forma he de atribuirte para poder pensar en Ti?

18. Por favor, háblame de nuevo y hazme conocer la inmensidad de Tu poder y de Tu gloria, pues nunca me cansaré de escuchar Tus palabras de vida.

Krishna:

19. Escucha, pues, Oh Arjuna, pues voy a revelarte algunas de mis manifestaciones. Sólo las principales, pues en verdad, es imposible cantar las glorias de Mi infinita grandeza. No hay un fin para mis divinas manifestaciones en los diferentes órdenes.

20. Yo soy el Espíritu, principio eterno que mora en el corazón de todas las cosas. Soy el principio, el medio, el fin de todos los seres vivos.

21. Entre los hijos de la Luz, Yo soy Vishnu, y entre las luminarias, soy el sol radiante. Soy Marichi, el señor de los vientos y las tempestades, y entre las estrellas de la noche, Yo soy la Luna.

22. Entre los Vedas, soy el Veda de la Música. Soy Indra, el gobernador de los dioses. Por encima de los cinco sentidos del hombre, Yo soy la mente, y morando dentro de todos los seres vivos, Yo soy la Luz de la conciencia.

23. Entre los poderes que amedrentan al hombre, Yo soy el dios de la destrucción. Entre los seres monstruosos y los demonios soy Vittesa, el señor de la riqueza. Entre los espíritus radiantes, yo soy el fuego, y entre las más altas cumbres Yo soy Meru, la montaña de los dioses.

24. Entre los sacerdotes, Yo soy Brihaspati y entre los fornidos guerreros, Yo soy Skanda, el dios de la guerra. Entre lagos y pantanos Yo soy el inmenso océano.

25. Entre los más grandes sabios videntes, Yo soy Bhrigu, y entre todas las palabras, Yo soy la Santa Palabra, la Palabra Eterna. Entre todas las oraciones, Yo soy la oración en silencio, y entre las cosas inmóviles, soy los Himalayas.

26. Entre todos los árboles, soy el árbol de la vida, y entre los celestiales iluminados, Yo soy Narada. Y Chitraratha soy, entre los Gandharvas, músicos celestiales. Y entre los iluminados de la tierra, Yo soy Kapila.

27. Entre los caballos, soy el caballo de Indra, y su elefante Airavata entre los elefantes. Entre los hombres, soy el rey de la humanidad.

28. Entre las armas destructivas soy el rayo Vajra, y entre las vacas soy la vaca de la abundancia. Entre los creadores soy el Creador del Amor, y entre las serpientes soy la serpiente de la eternidad, Vasuki.

29. Entre las víboras del misterio. Yo soy Ananta, y entre los habitantes de las aguas yo soy el dios Varuna. Entre los espíritus de los antepasados, soy el venerable Aryaman. Y entre los jueces soy Yama, el juez de los muertos.

30. Entre los demonios soy Prahlada, el príncipe de todos ellos, y entre todas las medidas, Yo soy el tiempo. Entre los animales y bestias, Yo soy su rey, y entre las aves y los pobladores del cielo, Yo soy Vainateya, el águila sagrada que porta un dios.

31. Entre los agentes purificadores Yo soy el viento, y entre los guerreros el héroe supremo, Rama. Entre los peces que pueblan el mar, soy el maravilloso Makara, y entre todos los ríos soy el sagrado Ganges.

32. Todo lo que existe halla en Mí su principio, su medio y su fin. Entre todos los conocimientos, Yo soy el Conocimiento del Alma. Entre los muchos caminos, Yo soy el único que conduce a la Verdad.

33. Entre todos los sonidos, soy el sonido primero: A. Igualmente, soy la coordinación que regula la composición de las demás variantes. Soy el tiempo eterno, el Creador que todo lo ve.

34. Soy la muerte que pone fin a todas las cosas, al igual que soy el origen de todas las cosas que han de venir. Entre las palabras femeninas soy la Fama y la Prosperidad, la Memoria, la Inteligencia, la Elocuencia, la Constancia, y la paciente Bondad.

35. Entre todos los cantares de los Vedas, Yo soy el Brihat, y entre las medidas de versos, soy el Gayatri. Entre los meses soy el primer mes del año, y entre las estaciones del año, soy la primavera.

36. Soy la astucia en los juegos de azar, y la belleza en todas las cosas bellas. Victoria soy, siendo al tiempo la lucha por conseguirla. Soy la bondad en aquéllos que son buenos.

37. Entre los descendientes de Vrishni, Yo soy Krishna, y entre los descendientes de Pandu, soy Arjuna. Entre los iluminados que meditan en silencio, Yo soy Vyasa. Y Usana soy, entre los poetas más exquisitos.

38. Soy el cetro de los gobernantes de la tierra, y la sabia estrategia entre aquéllos que buscan la victoria. Soy el Silencio en el que se esconden los sagrados misterios: Soy el Conocimiento de aquéllos que en verdad conocen.

39. Y has de saber, Oh Arjuna, que soy Yo la semilla de todo y que sin Mí no existiría ninguna de las cosas que se mueven ni tampoco aquellas que permanecen inmóviles.

40. ¡Oh Arjuna! Mi divina grandeza no tiene fin. Estas palabras que he pronunciado correspondiendo a tu ruego, revelan tan sólo una diminuta parte de Mi infinita gloria.

41. No obstante, has de saber que todo cuanto haya de bello o bueno, toda chispa de gloria o de poder que puedas apreciar forma parte de mi naturaleza.

42. Mas, ¿para qué abrumarte con la incontable diversidad de mis manifestaciones? Te basta con saber que con una pequeña parte de mi Ser, Yo mantengo el universo entero. En realidad, Yo Soy.

 

Capítulo 11.º

Revelación de la visión divina

Arjuna:

1. Movido por tu infinita misericordia, Oh Krishna, me has explicado el Supremo Secreto de tu Espíritu Divino, y con tus palabras, has disipado la ignorancia que a mi alma sumía en la ilusión.

2. He escuchado con atención todo lo que me has dicho acerca de la procedencia y el destino de todos los seres, al igual que de la infinita inmensidad de Tu gloria.

3. He oído Tus palabras empapadas de verdad, pero aun así, mi alma anhela profundamente poder ver; ver Tu Forma Inmanifiesta como el Dios Omnipresente que habita en todas las cosas.

4. ¡Oh, mi Señor!, si crees que soy digno de obtener una Visión tal, por favor, muéstrame Tu gloria, ¡Oh Ser Supremo, Oh Dios del Yoga!

Krishna:

5. Contempla, pues, Oh Arjuna, mis centenares y millares de formas divinas, todas variadas, y de innumerables aspectos y colores.

6. Contempla los dioses del sol, los del fuego y los de la luz; los dioses de la tempestad y del relámpago, y los dos luminosos aurigas de los cielos. Contempla, pues, Oh Arjuna, las maravillas nunca vistas hasta ahora.

Sanjaya:

9. ¡Oh rey!, después de que Krishna, el Señor del Yoga, hablase así a Arjuna, se le manifestó en su Suprema Forma Divina.

10. Y Arjuna, dotado de visión divina, contemplaba, en una visión portentosa, cómo su Señor tomaba incontables formas de impresionante aspecto, con multitud de ojos correspondientes a innumerables caras, con gran profusión de ornamentos divinos, y blandiendo numerosas armas celestiales.

11. Ataviado con espléndidas guirnaldas y ostentosas vestiduras, despidiendo fragancias de aromas celestiales y luciendo todo tipo de maravillas, resplandeciente en su infinita divinidad, su cara miraba en todas direcciones.

12. Como si la deslumbradora luz de mil soles juntos surgiera de repente en medio del firmamento, tal era el refulgente esplendor que desprendía Su Espíritu Supremo.

13. Y Arjuna vio el universo entero en su incontable variedad, suspendido y formando una inmensa unidad dentro del resplandor que desprendía el cuerpo del Dios de los dioses.

Sobrecogido de estupor y asombro, Arjuna el héroe, inclinó su cabeza juntando sus manos en acto de adoración, y con estas palabras se dirigió a su Señor:

Arjuna:

15. En Ti, Oh Dios mío, contemplo a todos los dioses y las innumerables variedades de seres que habitan en Tu creación; asimismo, veo a Brahma sentado en el trono de su flor de Loto, y a todos los grandes sabios videntes y las serpientes de la luz.

16. Por doquier contemplo la gloria de tu infinitud: El poder de tus innumerables brazos, la visión de tus innumerables ojos, las palabras de tus incontables bocas, y el fuego vital de tus innumerables cuerpos. Me resulta imposible ver tu principio, tu medio o tu fin, ¡Oh Señor de todas las especies, Dios de la Forma Infinita!

17. Puedo ver el infinito resplandor de una divinidad de belleza extremada que ilumina el universo entero: ¡Oh, eres Tú! Llevas tu corona, el cetro y el círculo. ¡Qué difícil es verte!

Cual ingente masa de luz, desprendiendo vivísimos fulgores por doquier, no puedo abarcar tu inmensidad ni resistir la brillantez de tu luz, pues resplandeces como el fuego ígneo, como el sol radiante.

18. Tú eres el Inmortal, la Meta Suprema del Conocimiento, Creador, Preservador y Destructor de todo el universo, el eterno guardián de la ley de la justicia, el Espíritu que estaba al principio y que, siendo imperecedero, aún Es.

19. No tienes principio, ni medio, ni fin. Contemplo el poder infinito de tus incontables brazos. Tus ojos son el sol y la luna, y tu cara contemplo cual llameante fuego de sacrificio, dando luz y vida al universo entero, en el fulgor de una inmensa ofrenda.

20. Llenos están el cielo y la tierra de tu Espíritu, al igual que todas las regiones del espacio infinito, y ante la maravillosa visión de tu temible majestad, los tres mundos tiemblan.

21. Pues hacia Ti se dirigen las legiones de los dioses adorándote y alabándote, con las manos unidas en maravilla y asombro. “¡Salve!”, exclaman a coro las multitudes de sabios y santos glorificándote con sublimes cantos.

22. Los Rudras de la destrucción, los Adityas del sol, los Vasus de fuego y los Sadhyas de las plegarias. Los dioses menores, los Visves, dioses dévicos, los dos Ashvins, aurigas celestiales, los Maruts, dioses de los vientos y tempestades, y los Ushmapas, espíritus de los antepasados; así como los Gandharvas, coros celestiales, los Yakshas, guardianes de las riquezas, los Asuras, demonios del infierno, y los Sidhas, quienes alcanzaron la perfección en la tierra: Todos ellos te contemplan maravillados, absorbidos en éxtasis.

23. Pero los mundos, contemplando tu monstruosa forma aterrorizante, con tantas bocas y ojos, con tantas barrigas, muslos, y pies, aterrorizados por tus terribles dientes, tiemblan de miedo, e igual me ocurre a mí.

24. Pues al verte alzándote por los cielos y resplandeciente, con tal variedad de matices y colores, al contemplar tus bocas desmesuradamente abiertas y tus enormes ojos fulgurantes, mi alma se estremece, Oh Vishnú, y pierdo mi armonía y mis fuerzas, sintiéndome desfallecer.

25. Mirando tus enormes mandíbulas armadas de dientes amenazadores y ardientes, como el fuego devorador del fin del mundo, mi ánimo desfallece y la dicha me abandona. ¿Dónde estoy?, ¿dónde me refugio? ¡Apiádate de mí, Oh Señor de los dioses, Refugio Supremo del débil y desamparado!

26. Todos los hijos de Dhritarashtra, unidos a una pléyade de príncipes y señores de la tierra, además de Bhishma y Drona, y el gran Karna, junto con los más grandes guerreros de estas regiones.

27. Todos se abalanzan atropelladamente para precipitarse dentro de tus horripilantes bocas, dotadas de dientes aterradores; tales, que los infelices que quedan atrapados entre ellos son triturados hasta reducirse a polvo sus cabezas.

28. Como caudalosos ríos que, en arrebatada corriente, se abalanzaran con tremendo estruendo hacia el océano, así, todos estos héroes de nuestro mundo mortal se precipitan en tropel cayendo dentro del abismo de tus bocas llameantes.

29. De igual modo que un enjambre de polillas arrojándose en raudo vuelo hacia la lumbre de una hoguera, para encontrar allí su muerte segura, del mismo modo estos hombres se precipitan raudos entrando en tu fuego; con ímpetu se arrojan hacia su propia destrucción.

30. Tus lenguas flamígeras saliendo de tus bocas devoran todos los mundos. El universo entero se llena con tu esplendor, pero ¡terriblemente abrasador es el fuego de tu gloria!

31. Por favor, manifiéstate ante mí, dime quién eres Tú, que con tan aterradora forma te presentas ante mí. ¡Ten piedad de mí! Yo te adoro como el Dios Supremo, y anhelo conocerte, mas no logro entender tu misteriosa forma de obrar.

Krishna:

32. Yo soy el tiempo demoledor que destruye todas las cosas, y aquí estoy dispuesto aexterminar el linaje de estos hombres. Ni tan sólo uno de los guerreros que luchan en el ejército enemigo escapará a la muerte.

33. ¡Levántate, pues, Arjuna! Ve a conquistar tu gloria, vence a tus enemigos y goza del reino que te pertenece. Debido a las condiciones de su Karma, ya los he condenado a todos a  encontrar aquí la hora de su muerte. Sé tú tan sólo el instrumento para realizar mi trabajo.

34. La muerte de Drona, la de Vhishma, la de Jayadratha y la de Karna, ya han sido decretadas y consumadas por Mí. Así que, sin temor, lucha y extermínalos. Triunfa sobre tus enemigos en esta batalla.

Sanjaya:

35. Cuando Arjuna escuchó las palabras que Krishna le habló, con pulso tembloroso encogió sus brazos y, con voz balbuceante, después de inclinarse en adoración, le habló a Krishna de este modo:

Arjuna:

36. Cierto es, Oh mi Señor, que las multitudes, cantando tus alabanzas, se regocijan con alegría en Ti. Las turbas de espíritus malignos, aterrorizados, huyen despavoridas endesbandada, mientras los Santos, reunidos, se postran ante Ti en acto de adoración.

37. ¿Cómo podrían dejar de adorarte y expresarte su amor, Oh Señor de señores, Oh Supremo Poder? Tú creaste a Brahma, el dios de la creación, eres refugio eterno e inagotable para este mundo. Soporte de lo que es y de lo que no es, estando aún más allá de ambos.

38. Eres el Poder Superior que estaba en el principio, Señor de los hombres desde que elhombre existe; el más valioso tesoro que esconde este inmenso universo. Tú eres el que ha de ser conocido al tiempo que el conocedor, la morada del descanso final. Eres el Poder Omnipresente para el cual nada hay oculto.

39. Dios del viento y de las aguas, del fuego y la muerte, Señor de la luna solitaria, Creador, Padre de todas las criaturas. Mil postraciones mereces en adoración a Ti, y más aún debiera postrarme una vez tras otra ante Ti, pues eres el Poder Superior en persona.

40. Te adoro a Ti, que estás delante y detrás de mí. Te adoro a Ti, el que me rodea por todas partes, pues donde quiera que mire, ante mí está tu rostro. Dios omnipotente de poderes sin límite, todo lo que existe se dirige a Ti, como la Meta Última: Tú eres mi Todo.

41. Si alguna vez, considerándote como a un igual debido a nuestra relación amistosa, te llamé Krishna o hijo de Yadú o mi amigo, te ruego que excuses mi inconsciencia, pues desconocía la magnitud de tu grandeza.

42. Si alguna vez a solas o en compañía de otros, te traté irrespetuosamente, con irreverencia, o si alguna vez me burlé de Ti durante nuestros juegos en nuestros ratos de ocio, o en alguna fiesta, implorando tu misericordia, te pido perdón. ¡Oh Tú, Señor Todopoderoso!

43. Padre de los mundos y de todo cuanto existe en ellos, Maestro Supremo, ¿quién puede igualarte a Ti? ¿Cómo podría nadie superarte, cuando en ninguno de los tres mundos existe nada comparable a tu Grandeza? Tú eres el Poder Superior en persona.

44. Ante Ti yo me inclino haciéndote Pranam; ante Ti yo me postro en actitud de adoración. Te imploro tu Gracia, Oh Señor Glorioso. Mírame como mira el padre a su hijo, como un compañero fiel mira a su amigo, como un amante mira a su amada. ¡Oh mi Señor! ¡Bendíceme con tu Gracia!

45. Mi corazón rebosa de gozo ante la maravillosa visión que revelas dentro de mí, permaneciendo oculta a los ojos de todo hombre, pero aún así, mi corazón está sobresaltado por el miedo. Ten piedad de mí, Oh Señor de los dioses. Tú eres el refugio seguro para el universo entero. Por favor, déjame verte otra vez en tu forma humana.

46. De todo corazón anhelo verte de nuevo con tu corona tu cetro y tu círculo. Por favor, adopta otra vez tu forma excelsa de cuatro brazos,¡Oh Tú, Ser Infinito, Forma Ilimitada!

Krishna:

47. Como una gracia singular y en virtud de mi maravilloso poder, te he revelado, Oh Arjuna, la Luz Divina que constituye mi Forma verdadera, que, siendo infinita, todo lo penetra: Mi forma auténtica, que ha existido desde el principio de los tiempos, aunque ningún hombre la ha podido ver con estos ojos mortales.

48. Ni los Vedas ni las ofrendas de sacrificios ni el estudio de las escrituras ni las obras de caridad ni los ritos ni las penosas austeridades pueden revelarte la Visión Suprema de Mi Espíritu Supremo que en Ti mora. Sólo tú has podido ver la gloria de mi Forma Verdadera, ¡Oh príncipe noble, el mejor de los kurus!

49. No guardes recelo alguno ni te turbes ante la estremecedora visión de mi grandeza. Libérate de todo temor y, con el corazón henchido de júbilo, contempla ahora otra vez mi forma natural.

Sanjaya

50. Así habló Krishna a su amado Arjuna, al tiempo que se manifestaba en su forma humana. De este modo, mostrándose el Señor de los mundos en su serena belleza, disipó los temores del príncipe pandava trayendo la calma a su corazón.

Arjuna:

51. ¡Oh Krjshna! Cuando veo la hermosura de tu cara humana, atraído por el candor de tu belleza, mi alma se tranquiliza y mi corazón se serena.

Krishna:

52. Por mi Gracia te ha sido posible ver, a través de la visión espiritual, mi Forma Divina, lo cual a muy pocos les ha sido concedido. Incluso los dioses del cielo anhelan con vehemencia ver lo que tú ahora has visto.

53. Ni la recitación de los Vedas, ni la vida de austeridad, ni las limosnas a los pobres, ni los rituales ni las ofrendas pueden revelar la visión de Mí, que tú por mi infinita Gracia has tenido.

54. Sólo los hombres que me ofrecen su amor obtienen la Gracia de poder verme a través de la visión espiritual. Sólo por Amor pueden recibir Mi Conocimiento. Yo sólo me revelo a aquéllos que vienen a Mí con humildad y con amor en sus corazones, deseando sinceramente conocer la Verdad.

55. Aquél que trabaja por y para Mí, aquél que me ama y para quien Yo soy su Meta Suprema, liberado ya de todas las ataduras de las cosas de este mundo, y con inmenso amor por todo lo existente, ése, en verdad viene a Mí.

 

Capítulo 12.°

Yoga de la devoción

Arjuna:

1. Entre todos aquellos hombres que te adoran, Oh Krishna, dime: ¿Quiénes son los mejores devotos: los que te adoran en tu forma física, como Dios manifestado en forma humana, o aquéllos que te adoran como Luz Pura en tu forma imperecedera?

Krishna:

2. Aquéllos que me entregan las riendas de su vida, adorándome continuamente con su amor, teniendo en Mí una Fe inamovible, éstos son los que Yo considero como los mejores devotos.

3. Mas aquellos que aman al Eterno, Infinito e Imperecedero, como mi forma inmanifiesta, La Energía Omnipresente que estando más allá del pensamiento no puede ser abarcada por la mente humana, el Constante e Inmutable.

4. Aquéllos que llevando una vida en armonía con su mente controlada, amando por igual a todas las cosas que existen, regocijándose en el bien de todas las criaturas, en verdad, también vienen a Mí.

5. No obstante, ardua es la tarea de aquéllos cuya meta a alcanzar es mi Forma Inmanifiesta. Porque el camino que conduce a este estado es muy difícil y duro para aquellos mortales que pretendan conseguirlo.

6. Mas aquéllos para quienes Yo soy su Fin Supremo y me entregan las riendas de su vida, ofreciéndome los frutos de todas sus acciones.

7. Aquéllos que, con amor puro, meditan en Mí y me adoran, muy pronto quedan libres de las influencias del océano de Maya. Ya no son muertos en vida, pues libres están ya de la muerte, al entregarme su vida a Mí.

8. Pon todo tu amor únicamente en Mí y entrégame tu mente. De este modo, en verdad, encontrarás en Mí vida eterna.

9. Mas si no te resulta fácil entregarme tu mente, entonces intenta entregármela mediante la práctica del Yoga de la concentración.

10. Si no te resulta fácil concentrarte, ofréceme todos tus trabajos a Mí. Tan sólo tratando de servirme con todas las acciones que haces, te será posible alcanzar la perfección.

11. Incluso, si hacer esto te resultase difícil, haz entonces que la devoción por Mí, sea tu refugio. Entrégame los frutos de todas tus acciones, sirviéndome con devoción y humildad en tu corazón.

12. En verdad, la concentración es mejor que el mero esfuerzo, y aún mejor que la concentración es la meditación pero aún por encima de la meditación está la entrega por amor, en servicio desinteresado, porque la consecuencia de la entrega es Paz.

13. El hombre de buena voluntad que muestra simpatía y compasión por todas las criaturas, que libre de todo egoísmo, ya no concibe pensamientos como “Yo” o “Mío”, dotado de una paz estable, permanece en armonía tanto en los momentos de placer, como en los de desdicha, manteniendo una actitud continua de perdón hacia toda ofensa:

14. Un Yogui de estas cualidades, siempre esforzándose con determinación en la práctica del Yoga, al tiempo que alegre y complacido, que concentra su mente y su visión interior en Mí, este hombre en verdad me ama, al igual que Yo le amo a él.

15. Aquél que nada ni nadie le perturba, siendo a su vez fuente de paz para los otros, aquél que está más allá de las emociones, el odio y el miedo, éste es también Mi amado.

16. Aquél que está libre de las atracciones y promesas del mundo, que es puro y sabio, siendo consciente de todo lo que hace, sin verse afectado por la naturaleza cambiante de la dualidad, y que, dejándose llevar y confiando, ofrece todos sus trabajos a Dios y no a él, en verdad, este hombre a Mí me ama y Yo le amo también.

17. Aquél que no siente atracción ni repulsión, que ha renunciado a los logros personales y la obtención de bienes, que, estando más allá del bien y del mal, ya no se queja por nada, agradeciéndome todo con su amor, a este hombre Yo le amo en verdad.

18. El hombre que, sin hacer diferencias entre sus amigos y sus enemigos, los ama a todos por igual, cuya alma permanece inalterable tanto en el éxito como en la desgracia, habiendo superado ya todas las experiencias sensoriales de frío y calor, placer y dolor, libre ya de las ataduras de los apegos.

19. Que permanece inalterable tanto en la infamia como en los halagos, sumergiendo su alma en el silencio, cuyas riquezas no son de este mundo, y siendo feliz con lo que tiene, agradeciéndomelo con su amor, en verdad, este hombre gana Mi amor, y así lo obtiene.

20. Pero aún mucho más queridos para Mi son aquellos que, teniendo Fe y Amor, me consideran como su Fin Último. En verdad, aquellos que escuchan mis palabras de verdad, con el corazón abierto, y beben de las Aguas de la Vida Eterna, me son entrañablemente queridos.

 

Capítulo 13.°

Conocimiento, campo y conocedor

Krishna:

1. A este cuerpo, Oh Arjuna, se le llama el Campo. Y aquél que lo conoce se le llama el conocedor.

2. Has de saber que Yo soy el conocedor de todos los campos de Mi creación pues, de la consciencia que puede ver el Campo y el conocedor del Campo, es de donde se origina el verdadero Conocimiento.

3. Ahora te voy a explicar brevemente qué es el Campo y qué cualidades posee, cómo se modifica y cuándo se produce cada modificación, quién es el conocedor y cuál es su poder.

4. Los grandes sabios preservadores de los Vedas han cantado estas verdades en diferentes versos y en muchas medidas musicales, elogiando a Brahman con grandes palabras, empapadas de fe y llenas de verdad.

5. Los cinco elementos, el sentido del “Yo” individual, la consciencia, el subconsciente, los cinco órganos de los sentidos y los otros cinco de la acción y por encima de ellos, la mente y los cinco campos de la percepción sensible:

6. Deseo, placer, sufrimiento, capacidad de asociación, inteligencia, búsqueda, esto es en suma lo que se llama el Campo y sus modificaciones:

7. Sinceridad, humildad, mansedumbre, benevolencia, rectitud, devoción al Maestro, firmeza, autocontrol.

8. Ausencia de deseos de placeres sensoriales, ausencia del sentido del “Yo” individual, inmutabilidad ante los sufrimientos del nacimiento y de la muerte, al igual que ante la vejez, la enfermedad y el sufrimiento en general.

9. Libre de la esclavitud a los apegos, libre incluso de la atadura al afecto familiar, esposa o hijos, con la mente en constante sosiego, tanto en el gozo como en la desdicha.

10. Con inalterable, asidua y exclusiva devoción por Mí, frecuentando parajes solitarios y evitando el bullicio de las multitudes.

11. Con constante anhelo por disolverse en el Espíritu Interior y firme determinación en el Conocimiento de la Verdad que nos lleva a la liberación: en verdad, esto es el auténtico Conocimiento que nos conduce a la Visión Espiritual. Todo lo que se oponga a esto es ignorancia.

12. Ahora te hablaré del propósito del Conocimiento, tal que una vez conocido éste, el hombre trasciende la muerte: Brahman es lo que debe ser conocido, carece de principio y de fin, es el Supremo, está más allá de lo que es y de lo que no es.

13. No hay lugar fuera del alcance de sus manos y sus pies, tiene cabezas y bocas en todas partes: Lo ve todo y lo oye todo, pues Él está en todas partes; realmente Él Es.

14. Todo lo que sucede llega hasta Él a través de la Luz de la consciencia, que Él percibe a través de sus infinitos poderes. Más aún así, Él está por encima de todos estos poderes. Él es el soporte de todo, pero Él está más allá de este mundo material. No obstante, Él disfruta de todas las cosas de este mundo.

15. No puede ser visto con estos ojos mortales. Aunque está lejos, también está cerca, aunque se mueve, Él es inmóvil; está dentro y fuera de todo, pues todo lo penetra.

16. Aunque invisible, Él es uno con todo, a pesar de que aparentemente cada ser es una parte separada, originándose así la percepción ilusoria de diversidad. Él es el sustento de todas las criaturas: Él las crea y las destruye.

17. Él es la Luz de todas las luces que brillan, disipando todo vestigio de oscuridad. Él es el Conocimiento y la meta del Conocimiento que mediante el Conocimiento se alcanza. Él mora en el corazón de todos los hombres.

18. Te acabo de explicar en pocas palabras qué es el Campo, qué es el Conocimiento, y cuál es la Meta del Conocimiento del hombre. Cuando un hombre realiza esto, se disuelve en Mi Ser.

19. Has de saber que tanto Prakriti, la Naturaleza, como Purusha, el Espíritu, ambos carecen de principio. Y que todas las modificaciones, las diferentes condiciones de los Gunas, nacen de Prakriti.

20. De la Naturaleza surgen todas las cosas materiales: Es la hacedora, los instrumentos para hacerlas, y también las cosas una vez hechas. Del Espíritu surge la consciencia que es capaz de sentir placer y sentir dolor.

21. Cuando el espíritu se reviste con esta naturaleza mortal, comienza a verse afectado por los continuos cambios de estado de la naturaleza, y cuando cae bajo la atadura de los apegos a las cosas cambiantes, se condena a padecer en el ciclo interminable de las reencarnaciones, de acuerdo con su buen o su mal karma.

22. Pero el Espíritu Supremo del hombre permanece intacto más allá de su Sino, es un mero observador, todo lo percibe, todo lo padece, da inspiración: Se le conoce como el Señor Supremo, Soberano del Alma.

23. En verdad, quien conoce su espíritu a través de su visión espiritual, al tiempo que sabe que la naturaleza de este mundo es cambiante, sea cual fuera la condición de este hombre, ya cesa de ser arrastrado reencarnación tras reencarnación por la fuerza de su destino.

24. Por la Gracia del Señor y a través de la práctica de la meditación, algunos logran ver su propio Espíritu, otros lo logran mediante el Yoga Sankhyaya, mientras que otros lo consiguen mediante el Yoga de la acción.

25. Y es más aún, hay otros que sin tener el Conocimiento, tan solo por escuchar las palabras de otros ya iniciados y poner fe en ellas, logran trascender la muerte, debido a su devoción por el Satsang y la compañía de los devotos.

26. ¡Oh Arjuna! Cualquier cosa que tome existencia en este mundo, ya sea inmóvil o capacitado de movimiento, has de saber que es el resultado de la unión del Campo y del conocedor del Campo.

27. Aquél que reconoce en todo cuanto sus ojos ven al Inmutable Señor de todas las cosas, reconoce lo único inmortal en el Campo mortal. Éste conoce la Verdad.

28. Quién reconoce como idénticos al Dios existente en sí mismo y al Dios que late en todo lo creado, no hiere a otros, porque en ellos se ve a sí mismo, y de este modo, con seguridad alcanza la Meta Suprema.

29. Aquél que reconoce que es tan sólo la naturaleza la que realiza todas las acciones que se realizan por doquier, en este mundo cambiante, mientras que el Espíritu meramente observa su trabajo, éste en verdad discrimina con acierto.

30. Cuando un hombre puede ver que toda la infinita variedad de seres es una manifestación del Uno, y que todos son uno en El, éste se hace Uno con Brahman.

31. Carente de principio y libre de la naturaleza cambiante, al igual que imperecedero, es el Espíritu Supremo; aunque Él mora dentro de este cuerpo, no interviene en las acciones del cuerpo y libre está de las imperfecciones de cualquier acción.

32. Del mismo modo que el Éter omnipresente es inafectable, por ser de naturaleza intangible, igualmente el Espíritu que habita en la materia permanece puro, estando fuera del alcance de la materia.

33. Del mismo modo que el sol proyecta su luz sobre todas las cosas de este mundo, igualmente el Señor del Campo llena con su Luz todas las cosas del Campo.

 

Capítulo 14.°

Los tres gunas

Krishna:

1. Te explicaré más sobre el Conocimiento Supremo: el Conocimiento de todos los conocimientos. Los sabios que en él fueron iniciados alcanzaron mediante él la suprema perfección.

2. Encontrando su refugio en este Conocimiento, llegaron a hacerse uno conmigo. Ya no tienen que volver a nacer cuando de nuevo la creación se manifieste otra vez, ni tampoco son destruidos cuando llega el tiempo de la reabsorción en la forma inmanifiesta.

3. Yo siembro la semilla de todas las cosas que han de acontecer en la inmensidad de mi propia Naturaleza; y de esta unión surgen todas las cosas.

4. ¡Oh Arjuna! Yo soy el Padre que da la vida a todas las cosas que toman existencia en este mundo, y mi Naturaleza es la madre.

5. SATTVA, RAJAS y TAMAS, son las tres fuerzas de la naturaleza: luz, fuego y oscuridad. Su poder es el de limitar en cuerpos finitos la infinita libertad del Espíritu Infinito.

6. De estos tres, SATTVA debido a su pureza, da inteligencia y conduce a la vida pulcra, apegando al hombre al bienestar material y al conocimiento intelectual y la filosofía, tratando de encontrar en ello la felicidad terrena.

7. RAJAS, cuya naturaleza es la pasión, produce en el hombre la ansiedad, la persecución de logros y los apegos. Esta cualidad de la naturaleza empuja al hombre a la acción, apegándolo a sus resultados.

8. TAMAS, nacido de la ignorancia, debilita al alma, sumergiéndola en la oscuridad de la confusión. Produce en los hombres estados de apatía y abulia, haciéndoles perder su vigor y su iniciativa, hasta el punto de caer en la total negligencia.

9. SATTVA nos apega a la felicidad y la comodidad; RAJAS nos apega a la acción, y TAMAS, haciéndonos olvidar todo conocimiento, nos apega a la vagancia y a la pereza.

10. En ocasiones el poder de Sattva predomina sobre el de Rajas y Tamas, mientras que otras veces es el poder de la acción de Rajas el que predomina sobre Tamas y Sattva, e incluso en otras, es la abulia de Tamas la que prevalece sobre la inteligencia de Sattva y el poder de Rajas.

11. Cuando la luz sofisticada del intelecto brilla a través de las potencias del cuerpo, para expresar lo que en él mora, esto constituye un síntoma de que Sattva está en su apogeo, sometiendo al hombre dentro de su campo de acción.

12. Ambición, actividad frenética, búsqueda de aventuras y logros, desasosiego, codicia y deseos, todos estos síntomas surgen en el hombre cuando Rajas está en auge.

13. Ignorancia, negligencia, demencia, confusión, éstos son los síntomas que aparecen cuando Tamas predomina sobre los otros dos poderes.

14. Aquélla alma que le llega la hora de la muerte, encontrándose en un estado en el que Sattva estaba en su apogeo, esta alma va a las regiones puras, donde moran aquellos que buscan la Verdad.

15. Si a un hombre le sobreviene la muerte en un estado en el que la influencia de Rajas predominaba sobre los otros dos, su alma se ve obligada a renacer entre aquéllos cuyas vidas se desarrollan en medio de una actividad frenética. En el caso de que la muerte sobreviniese en un estado en que la influencia de Tamas fuese lo predominante, esta alma se ve obligada a renacer en el seno de las criaturas irracionales.

16. Sattva es lo que produce el sentimiento de armonía pura, cuando alguien realiza una buena acción. Mientras que las acciones hechas bajo la influencia de Rajas producen intranquilidad y desasosiego. Y así mismo, las acciones realizadas en estado tamásico traen como única consecuencia la ignorancia.

17. Sattva es lo que produce el deseo de sabiduría, Rajas, la codicia y la ambición, mientras que Tamas trae consigo la negligencia, la ilusión y la ignorancia.

18. Aquéllos que viven bajo la influencia de Sattva recorren el camino que conduce hacia lo alto. Aquéllos que actúan bajo la influencia de Rajas, andan por un camino que les conduce a un estado medio. Mas aquéllos que están sometidos a la influencia de Tamas degradan hacia estados inferiores siguiendo un camino descendente.

19. Una vez que el hombre dotado de Conocimiento comprende que los actores de este inmenso drama son únicamente los tres poderes de la naturaleza, entonces, concentrando su mente en Aquello que está más allá de estos tres poderes, con seguridad alcanzará su fin disolviéndose en mi Ser.

20. Una vez que han trascendido las influencias de las tres cualidades de la naturaleza, que son los constitutivos de este cuerpo mortal, libre ya del nacimiento, la vejez, la muerte, y el sufrimiento, alcanzan en vida la inmortalidad sin necesidad de conocer la muerte.

Arjuna:

21. ¿Cómo se puede reconocer al hombre que ha trascendido el poder de los tres Gunas de la naturaleza? ¿Cuál es el camino que este hombre anda? Y ¿de qué modo se logra trascender estas tres fuerzas?

Krishna:

22. Aquél que apartándose del intelecto, busca la Luz y no se ofusca en el frenesí de la actividad, apartándose así de la ignorancia, pero aún así, no siente aversión por ninguna de estas tres potencias.

23. Quien permanece impertérrito ante los continuos cambios de este mundo, manteniendo la postura de perfecto observador mientras para sí piensa: “ésta es la actividad de los tres poderes de la naturaleza”. Y permaneciendo firme en su paz interior ni se inmuta por ello.

24. Aquél que sumergiendo su conciencia en la paz interior vive en su Espíritu, no viéndose afectado ni por el placer ni por el sufrimiento, para quien el oro no es mejor que las piedras de la tierra, permaneciendo su paz inalterable tanto en lo agradable como en lo desagradable. Aquél que no le afectan ni los halagos ni la infamia, y cuya mente firme en su propósito permanece siempre en calma.

25. Aquél que sin preferencias, acepta tanto el honor como la desgracia, mostrando hacia sus enemigos el mismo amor que tiene por sus amigos, y renuncia a toda empresa egoísta: éste es el hombre que ha superado la influencia de los tres Gunas.

26. Aquél que Me ama y Me adora, y trabaja para Mí como una muestra de su devoción incondicional: éste va más allá de los tres poderes y se hace uno con Brahman, el UNO.

27. Siendo Yo la Suprema Morada de Brahman, soy la Fuente inagotable de vida eterna. La ley de la justicia es mi ley, y el gozo que se obtiene de Mí, es un gozo infinito.

 

Capítulo 15.°

El señor y su devoto

Krishna:

1. Eterno es Asvatta, el árbol de la Transmigración. En la Morada Suprema están sus raíces, y sus ramas descienden hacia aquí abajo. Cada hoja de este árbol es un himno sagrado, y aquél que los conoce, conoce los Vedas.

2. Sus ramas se extienden en el cielo, recibiendo la vida de las fuerzas de la naturaleza. Sus yemas son los placeres sensuales. Y sus raíces se prolongan introduciéndose en el mundo de los hombres, atrayendo a los mortales debido a sus acciones egoístas.

3. Los hombres no logran entender la naturaleza cambiante de este árbol, ni saben donde comienza ni donde acaba, ni donde están sus raíces. Mas el sabio que puede ver, blandiendo con fuerza la espada de la templanza, va y corta este árbol de fuertes y profundas raíces, encaminándose así hacia ese sendero, que recorren aquéllos que nunca han de volver.

4. Sólo un hombre tal, puede decir: “Refugio busco en el Espíritu Eterno, del cual surgió la creación al principio de los tiempos.”

5. Pues el hombre humilde, dotado de visión espiritual y libre de toda ilusión y de la esclavitud a los apegos, sumerge su alma en su Espíritu Interior, erradicando así todo deseo egoísta, trascendiendo también la dualidad producida por todos los pares de contrarios como; placer y dolor, bueno y malo. Éste en verdad alcanzará la Morada Eterna.

6. Allí no existe la luz del sol, ni tampoco la luna brilla, ni siquiera la luz del fuego, ni ninguna otra luz conocida, pues allí sólo brilla la Luz de mi Gloria. Los que llegan a esta morada ya nunca han de regresar.

7. Una chispa emanada de Mi Espíritu Eterno es un alma que en este mundo nace a la vida, generando alrededor de su centro los cinco sentidos y la mente, teniendo como soporte esta naturaleza material.

8. Estas potencias aparecen cuando el Señor del cuerpo se manifiesta; igualmente, cuando lo abandona y transmigra, se las lleva todas con Él, del mismo modo que el viento recoge la fragancia de las flores aromáticas, llenándola con él, transportada por el aire.

9. A través de la mente y los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto, el Señor del cuerpo observa este mundo, y su conciencia goza de él.

10. Aquéllos que viven en la confusión, engañados por la ilusión del mundo, no pueden ver que es el Señor quien mora en el cuerpo, y que, mediante los poderes de su naturaleza, goza de esta vida hasta que por fin se va. Mas esto sólo lo entienden aquéllos a quienes les ha sido abierto el ojo de la sabiduría.

11. Aquéllos que practican la meditación y se esfuerzan con determinación, ven como Él mora en su interior. Mas aquéllos que no son puros de corazón y carecen de Conocimiento, aunque se esfuerzan, nunca logran verlo.

12. Has de saber, Oh Arjuna, que esa luz esplendorosa que el sol esparce iluminando el universo entero, al igual que el tenue resplandor de la luna y el brillante fulgor del fuego, todos vienen de Mí.

13. Yo soy el soporte de todas las cosas de esta tierra, y a ella Yo vengo dando mi amor revitalizador a todo. Yo soy la fragancia y el sabor del Néctar Sagrado.

14. Yo soy la Fuerza Vital que mora en todos los seres que respiran, y en unión al flujo continuo del aliento, hacia adentro y hacia afuera, consumo los cuatro tipos de alimentos.

15. Yo estoy en el corazón de todo lo que existe. Conmigo traigo la memoria y la sabiduría, y conmigo me las llevo. Yo soy el conocedor y el Conocimiento de los Vedas. De Mí surgió la sabiduría que ellos contienen, y soy la meta a la que ellos apuntan: el Vedanta.

16. En este mundo hay dos principios fundamentales; uno es el perecedero, y el otro el imperecedero. El perecedero es la creación y todo lo que ella contiene, mientras que lo imperecedero es lo que no cambia, lo Inmutable.

17. Pero aún hay otro Principio que se le da el nombre de Espíritu Supremo, el más alto sin igual: éste es el Eterno Señor que penetrándolo todo, mantiene al universo entero.

18. En este mundo, y en los Vedas, soy proclamado como el Espíritu Supremo, pues estoy más allá de lo perecedero, e incluso de lo imperecedero.

19. Aquél que, habiendo conocido la Verdad, Me vea a través de su ojo espiritual como el Espíritu Supremo, ya ha conocido todo lo que hay que conocer, y por esto, Me adora y Me ama con toda su alma.

20. ¡Oh Arjuna! Te acabo de revelar la más secreta de todas las doctrinas. Aquél que recibe este Conocimiento ha visto la Luz, con lo cual ha realizado el propósito de su vida en este mundo.

 

Capítulo 16.°

Lo divino y lo demoníaco

Krishna:

1. Valentía, pureza de corazón, constancia en la meditación y en la compañía de los santos, generosidad, autodominio, veneración, austeridad y rectitud.

2. Mansedumbre, sinceridad, renuncia, ecuanimidad, serenidad, simpatía por todos los seres sin reparar en sus faltas, desapego, amabilidad, humildad y firmeza.

3. Energía, fortaleza, magnanimidad, pureza, modestia y buena voluntad: éstas son las cualidades de aquél que ya ha nacido al camino espiritual y por él ya anda.

4. Hipocresía, insolencia, presunción, ira, despotismo e ignorancia: éstas son las cualidades del hombre que vive en el infierno.

5. A la liberación conducen las virtudes espirituales que al principio te he enumerado, mas todo lo contrario he de decirte de los pecados del infierno que luego te cité, pues encadenan el alma. Mas no has de preocuparte, Oh Arjuna, pues tú has nacido ya al camino espiritual, y el cielo es la meta a la que te diriges.

6. En este mundo hay dos tipos de naturaleza: la naturaleza divina y la naturaleza demoníaca. Ya antes te he explicado acerca de la naturaleza divina, más escucha ahora, pues voy a hablarte acerca de la naturaleza demoníaca.

7. El hombre de naturaleza demoníaca, careciendo de principios, ignora qué es lo que se debe hacer y qué es lo que no se debe hacer; su corazón está empocilgado con todo tipo de impurezas, su conducta es irreverente y miente sin reparo.

8. Dice cosas como: “En este mundo no existe la Verdad, ni tampoco la moral, ni tampoco Dios. La causa del nacimiento no es más que la voluptuosidad sexual de los predecesores: ¡No hay ley que gobierne esta creación!”

9. Cientos de incontenibles e insaciables deseos torturan su alma, llena de hipocresía, arrogancia e insolencia. Se aferra firmemente a sus confusas ideas, y prosigue con indolencia por el camino de la iniquidad.

10. Debido a esto, el temor y la preocupación acosan durante toda su vida a los hombres de esta naturaleza, no abandonándoles hasta el momento de su muerte. Su única meta es gozar de los placeres sensuales, firmemente convencidos de que esto es todo lo que hay, al carecer de otras miras superiores.

11. Acuciados por cientos de deseos y vanas esperanzas, se esfuerzan denodadamente por acumular riquezas y bienes. Viven con el único propósito de satisfacer sus deseos egoístas, siendo el odio y la lujuria su único refugio.

12.“Esto es lo que he conseguido hoy —dicen ellos—, y con esto podré realizar tal deseo. Esto es cuanto ahora poseo, pero quiero poseer más.”

13. “He aniquilado a tal enemigo —dicen ellos—, y a otros más he de aniquilar también. Soy un hombre poderoso y gozo de cuanto quiero en esta vida: tengo éxito, poder y felicidad.” 14. “Soy rico y he nacido en familia noble —dicen ellos—, ¿quién se podría comparar a mí? Con mi dinero costearé ceremonias religiosas para obtener bendiciones y viviré dichoso.” Viven engañados en la oscuridad de la ignorancia.

15. Acosados por millares de pensamientos impuros, descarrían apresándose en las redes de la ilusión; entregados por completo a los placeres de los sentidos, se esclavizan a ellos, cayendo en el más inmundo de los infiernos.

16. Engreídos en su vanagloria, con el juicio alterado por el poder, el orgullo y la riqueza, ofrecen con hipocresía vanos sacrificios por pura ostentación, pues no tienen ya respeto alguno por la ley divina.

17. Violentos, iracundos, lascivos y sumidos ya en la más insolente arrogancia, estos hombres malvados llegan a odiarme: Me odian en ellos mismos y en otros igualmente.

18. Estos seres malvados, crueles y llenos de odio, son los hombres en el estado más bajo. En el inacabable ciclo de las reencarnaciones, inexorablemente Yo condeno a estos hombres a la destrucción.

19. Haciéndoles reencarnar en una forma de vida inferior, permaneciendo en la oscuridad vida tras vida, en ese estado no pueden llegar a Mí, al contrario, continúan descendiendo en el camino del infierno.

20. Tres son las puertas que conducen a ese infierno, condenando al alma a la oscuridad y la muerte: la lujuria, la ira y la codicia. De estas tres puertas el hombre debe apartarse.

21. Cuando un hombre se aleja de estas tres puertas que conducen su alma a la oscuridad, comienza a labrarse su propia salvación, encaminándose así hacia el Sendero Supremo.

22. Pero el hombre irreflexivo que rechaza las palabras de la Sabiduría y sigue el impulso del deseo, jamás encontrará el Camino Supremo ni la dicha interior, ni mucho menos la perfección.

23. Deja que la Sabiduría y las Santas Escrituras marquen tu pauta, en cuanto a lo que es correcto y lo que no lo es. Lee las Santas Escrituras y vive una vida de armonía haciendo el bien.

 

Capítulo 17.°

Las tres clases de fe

Arjuna:

1. Dime, Oh Krishna, ¿cuál es la condición de aquéllos que no siguen los preceptos de las escrituras, mas realizan sus ofrendas con sincera y fervorosa fe? ¿Cuál es su condición: sáttvica, rayásica o amásica (de luz, de fuego o de oscuridad)?

Krishna:

2. Entre los hombres mortales hay tres clases de fe, de acuerdo con su propia naturaleza, que son: de luz, de fuego y de oscuridad. Te explicaré esto.

3. La fe que tiene cada persona va siempre de acuerdo a su propia naturaleza; esta fe es lo que configura a cada hombre: según su fe, así es el hombre.

4. Aquellos hombres en los que predominan las cualidades sáttvicas adoran a los dioses de la luz. Del mismo modo, los hombres de naturaleza rajásíca, adoran a los dioses del poder y la riqueza. E igualmente, aquéllos cuya naturaleza es preponderantemente tamásica adoran a los espíritus nocturnos, fantasmas y fuerzas elementales.

5. Debido a esto, hay farsantes ostentosos que, motivados por el deseo de poder y sus pasiones, se someten a terribles austeridades que no vienen prescritas por los libros sagrados, y se apartan de la actitud piadosa:

6. En su locura, torturan sus cuerpos y las energías vitales que en él residen, por lo tanto a Mí, que moro en ellos. Has de saber, Oh Arjuna, que sus mentes tienen tendencias demoníacas.

7. Ahora te voy a hablar de los tres tipos de alimentos, de las tres clases de sacrificios, de los tres estados de armonía, y de las tres formas de hacer caridad.

8. Los alimentos puros dan salud, equilibrio mental, vitalidad y vigor para vivir una larga vida; son sabrosos, nutritivos, y dan armonía al cuerpo. El hombre puro sólo come alimentos puros, encontrando su paladar deleite en ellos, y alegría su corazón.

9. Los hombres de naturaleza rajásica prefieren los alimentos rajásicos: agrios, picantes, salados y ardientes. Mas esto les produce pesadez, molestias y enfermedades.

10. Los hombres de naturaleza tamásica, que viven aturdidos por la ignorancia, sienten  predilección por los alimentos rancios, desabridos, guardados y viejos, sobras de comida de días anteriores y, en general, alimentos impuros no dignos de ser ofrecidos al Señor.

11. Se puede decir que un sacrificio es puro cuando se hace como una ofrenda de adoración y de acuerdo siempre con la Ley Eterna. Sin apego a sus frutos, cobijando en el corazón el sentimiento de “es mi deber”. Esto es propio de los hombres de naturaleza sáttvica.

12. Mas aquellos sacrificios que se ofrecen solamente para ganar bendiciones materiales, o con expectativas de cualquier tipo de recompensa, como puede ser la egolatría o la ostentación, son sacrificios impuros. Esto es propio de los hombres de naturaleza rajásica.

13. Aquellos sacrificios que van en contra de la Ley Eterna, ofrecidos sin fe ni respeto por las enseñanzas sagradas, en los que no se ofrecen alimentos ni se recitan los cantos debidamente: éste es un sacrificio propio de los hombres de naturaleza tamásica.

14. Veneración por los dioses de la luz, y reverencia hacía los dos veces nacidos, los Maestros y los sabios, al tiempo que pureza, rectitud, castidad y mansedumbre: todos éstos, son atributos que reflejan la armonía en las acciones.

15. Romper el silencio tan sólo para dar Satsang, con palabras nobles, comedidas y hermosas, que traen la paz al Espíritu, al igual que la lectura de los libros sagrados: esto es lo que se puede llamar armonía en las palabras.

16. Paz mental, silencio, autocontrol, trato amable y pureza de corazón: éstos son los atributos de una mente en armonía.

17. A esta Armonía, en sus tres facetas, puede llamársele Pura cuando se conserva permanentemente mediante una fe inamovible, una vez superado el deseo de recompensa y con el alma totalmente sumergida en la Unidad.

18. Mas hay hipócritas que se someten a austeridades por razones egoístas, como el deseo de reputación, fama y honores: estos actos impuros son propios de la naturaleza rajásica. Los resultados así obtenidos, son efímeros y vanos.

19. Cuando debido a la estupidez de una mente ignorante, el autocontrol se confunde con la autotortura, o cuando los poderes con ellos obtenidos se utilizan para herir a otros, ese autocontrol es de naturaleza demoníaca.

20. Una limosna es pura cuando se da por amor y de todo corazón a la persona adecuada en el momento correcto y en el lugar apropiado, al tiempo que, desapegado de toda posible recompensa por esa acción: ésta es la caridad sáttvica.

21. Mas cuando se da una limosna esperando algo a cambio, en forma de recompensa inmediata o bien futura, o simplemente, cuando se da sin sentirlo en el corazón, sino por mera prodigalidad: esta caridad es impura y es propia de la naturaleza rajásica.

22. Cuando se da una limosna para que otros lo vean o como arrogante autohalago, o en un lugar inadecuado, en un momento inapropiado y a una persona que no lo va a usar debidamente: esta caridad es deleznable y propia de la naturaleza tamásica.

23. OM, TAT, SAT, cada una de estas tres palabras expresan el Absoluto, Brahma, del cual surgieron en el principio de los tiempos los Brahmanes, los Vedas y los Sacrificios.

24. Con lo cual, los amantes de Brahman siempre antes de comenzar sus tareas y sacrificios, dar donativos o cumplir con los preceptos ordenados por las escrituras, recuerdan el Santo Nombre (OM).

25. Del mismo modo, los buscadores de la Total Liberación, antes de emprender sus tareas, comienzan recordando la palabra TAT, durante el cumplimiento de sus preceptos o la donación de limosnas, siempre desapegados de los frutos de sus acciones.

26. SAT es Verdad y es bondad. Así pues, toda acción bien hecha nos lleva a SAT como meta única.

27. Todo sacrificio ofrecido con fe constante y fervorosa, toda limosna, o cumplimiento del deber es también SAT. Y lo mismo se puede decir de toda acción dedicada con veneración a Brahman.

28. Mas toda ofrenda, toda limosna, toda disciplina, o toda acción realizada sin fe es ASAT, o sea, nada. Has de saber que todo lo que se hace sin fe es inútil, tanto en este mundo como en el que ha de venir.

 

Capítulo 18.º

Liberación mediante la devoción

Arjuna:

1. ¡Oh Krishna! Por favor, háblame de la esencia de la renuncia y de la esencia de la rendición.

Krishna:

2. Renuncia es la abstención a la acción, para evitar el apego egoísta a los frutos de las acciones. Mas la renuncia a los frutos de las acciones es lo que se llama la Rendición.

3. Algunos, creyendo que la acción es un estorbo para la vida contemplativa, defienden la renuncia a la acción. Mientras que otros dicen que la adoración mediante las acciones, caridades y autodisciplina, no es algo a lo que se debería renunciar.

4. Mas ahora, Oh Arjuna, escucha con atención, pues te diré la verdad acerca de la rendición mediante las acciones. La Rendición, Oh tú el mejor de los hombres, puede ser de tres clases.

5. El servicio desinteresado, los donativos, y la autodisciplina, jamás se deben abandonar. Por el contrario, han de practicarse, pues son medios de purificación.

6. Pero incluso estas acciones, Oh Arjuna, han de realizarse con la misma disposición que si fueran una ofrenda directa al Señor, y sin esperar recompensa alguna. Ésta es mi firme determinación al respecto.

7. No está bien dejar inacabada o abandonar la tarea que, como tu deber, tienes encomendada, pues es tu servicio por Mí. Tal renuncia a la acción sería un engaño de tu ignorancia.

8. Y aquél que abandona su servicio por miedo al padecimiento físico, pensando para sí: “esto es desagradable”, tal renuncia a la acción es un acto impuro propio de la naturaleza rajásica y, en verdad, tal actitud no se ve recompensada.

9. Mas, Oh Arjuna, aquél que pensando para sí: “éste es mi servicio”, me adora realizando aquellas acciones que son su deber, renunciando a todas las expectativas de goces y recompensas, sus acciones son puras y la paz mora en su corazón.

10. Este hombre está claro y no duda en entregarse, pues de este modo se purifica y la paz está con él. Ya no ve diferencias entre tareas agradables y desagradables, pues para él el servicio es siempre una fuente de dicha.

11. Para los hombres que viven en este mundo físico, es completamente imposible la total renuncia a la acción, mas aquél que es capaz de renunciar al fruto de su acción, en verdad, ese hombre hace vida de renuncia.

12. El hombre que realiza sus acciones con egoísmo buscando su recompensa, a su debido tiempo obtendrá los frutos en forma de placer, o dolor, o ambos al tiempo quizá. Mas aquél que actúa con desapego renunciando a la recompensa, acumula riquezas para la Eternidad.

13. Ahora quiero que conozcas, Oh Arjuna, las cinco causas primarias de toda acción, que necesariamente intervienen en la realización de cualquier acto: tal cual lo explica la sabiduría Sankhya.

14. Estos son: el cuerpo, el yo inferior, los poderes de percepción, los poderes de la acción, y, finalmente, el Designio Divino.

15. Cualquier acción que el hombre realiza, ya sea buena o mala, mediante el pensamiento, palabra, u obra, es producida por estas cinco causas primarias de la acción.

16. Quien sin discriminar, o bien por falta de discernimiento, sin reparar en que es su naturaleza la que realiza todas las acciones, cae en el error de considerar que es su Espíritu Infinito el que lo hace, con seguridad este hombre tiene nublada su visión espiritual, por lo cual, no puede ver la Verdad.

17. Aquél que ya se ha liberado de todo vestigio de egoísmo, y cuya mente ya sólo concibe el bien, incluso aunque exterminase a todos estos guerreros, no sería él el ejecutor, por lo cual, no queda ligado a semejante acción.

18. Mientras que la acción permanece en estado de idea, tan sólo hay un conocedor, un conocimiento, y lo conocido. Mas cuando de la idea se pasa a la acción y ésta se realiza, lo que hay entonces es un ejecutor, la acción, y lo ejecutado.

19. El conocimiento, el ejecutor, y lo ejecutado pueden ser de tres clases según sus cualidades y de acuerdo a la ciencia de los Gunas. Te explicaré ahora acerca de esto.

20. Una vez obtenido aquel Conocimiento, mediante el cual se puede ver que todas las cosas están mantenidas por la misma Esencia Única, ves lo infinito en todas las cosas finitas. Llegado este estado, se puede decir que se ha alcanzado el Conocimiento Puro.

21. Mas aquél que vive en la ignorancia, ve todas las cosas como entidades separadas en su infinita diversidad y diferenciadas por sus propias limitaciones: este conocimiento es impuro.

22. Y si alguien egoístamente considera algo como lo más importante para él, diferenciándolo del todo, prefiriéndolo como algo aparte de la Unidad y la multiplicidad, este hombre vive en la oscuridad, engañado por la ilusión y la ignorancia.

23. Cuando se realiza una acción como servicio desinteresado y acto de adoración, en paz mental y sin apegos, libre ya de la esclavitud a su ego, capacitado de constancia y determinación, que no se inmuta ante la derrota ni la victoria, conservando siempre su paz interior: pura es la naturaleza sáttvica de este hombre.

27. Mas el hombre que, sometido a la esclavitud de los instintos de sus pasiones, trabaja únicamente con fines egoístas, por demás ambicioso, agresivo y vicioso, y cuyos únicos estímulos son el placer y el dolor: este hombre posee la naturaleza impura de los Rajas.

28. Y un hombre carente de disciplina y con modales groseros, al tiempo que orgulloso e hipócrita, sucio y malicioso, indolente e irresponsable, torpe en sus movimientos y moroso en sus citas: la naturaleza de un hombre tal está impregnada de la oscuridad y la ignorancia de Tamas.

29. Escucha ahora, Oh Arjuna, pues voy a hablarte de las tres clases de sabiduría y las tres clases de concentración, según el estado de preponderancia de cada uno de los tres Gunas.

30. Hay un tipo de sabiduría que sabe lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer, sabe a qué hora partir y a qué hora regresar, que discierne con claridad distinguiendo qué es el miedo y qué es la audacia, qué es la esclavitud y qué es la liberación: a esto se le llama sabiduría pura y corresponde a la naturaleza sáttvica.

31. La segunda clase de sabiduría es la impura; ésta no distingue entre lo que es correcto y lo que no lo es, lo que es justo y lo que es injusto, lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. Esta segunda clase corresponde a la naturaleza rajásica.

32. La tercera es la sabiduría que ha sido oscurecida por las tinieblas del olvido y la pérdida de Conocimiento; de tal modo que se llega a considerar lo incorrecto como correcto, y con el pensamiento crear cosas que no existen, considerándolas como reales.

33. Cuando se medita en el Yoga del Eterno Conocimiento, el movimiento de la mente y del aliento vital están en armonía, trayendo como consecuencia paz interior y concentración: esa concentración es pura.

34. Mas esa concentración que se produce cuando seguimos un deseo egoísta en busca de recompensas, nos apega a las riquezas, los placeres, e incluso a las ceremonias religiosas, si en ellas buscamos la realización de deseos egoístas: ésta es la concentración impura que produce la pasión.

35. Y esta misma concentración es la que mantiene al insensato en la inercia de su pereza recalcitrante, en su miedo, su autocompasión, su depresión y sus vicios inveterados. A decir verdad, esta concentración es de naturaleza tenebrosa y demoníaca.

36. Abre tus oídos, Oh Arjuna, pues te voy a hablar de las tres clases de placer. El placer que se obtiene siguiendo el camino de la Verdad es el que definitivamente acaba con todos nuestros sufrimientos y amarguras.

37.Lo que en un principio nos parece como un cáliz de sufrimiento termina convirtiéndose en el vino de la inmortalidad. Y a esto se le llama placer puro: es la dicha que resurge cuando se obtiene la visión clara del Espíritu.

38. Mientras que el placer que produce el apetito de las pasiones es impuro, porque, aunque al principio su sabor sea como el de un licor dulce, el sabor final es el de un brebaje venenoso. Así de ilusorio es el placer que se obtiene de la relación entre los sentidos y los objetos que despiertan nuestro apetito sensual.

39. Y la tercera clase de placer es aquél que, siendo falso desde el principio hasta el final, no sólo nos priva de satisfacción sino que aumenta nuestros deseos, siendo un engaño para el alma. El deseo por este tipo de placer sólo surge de la abulia y la idiotez, la pereza y la depresión: este placer es propio de la naturaleza tenebrosa de Tamas.

40. Entre el cielo y la tierra no existe nada que esté libre de las influencias de estos tres poderes de la Naturaleza: los Gunas.

41. Los trabajos que realizan los Brahmanes, los Kshatryas, los Vaisyas y los Sudras, son peculiares y específicos para cada una de estas castas, según la preponderancia que en cada uno de ellos ejercen los tres poderes de la naturaleza, armonizados de acuerdo a la condición kármica de su nacimiento.

42. Las acciones que ejecuta un Brahman tienen como propósito alcanzar la paz interior. Éstas son: dominio de sí mismo, pureza y austeridad, rectitud y tierna mansedumbre. Meditación, Conocimiento y fe.

43. Mientras que heroísmo, audacia, firmeza, resistencia y coraje en la batalla, generosidad y dotes de mando, son las cualidades que un Kshathrya desarrolla en su vida, de acuerdo a su naturaleza.

44. Así mismo, la agricultura, la cría de animales y el comercio, caracterizan el tipo de trabajo que desarrolla un Vaisya por su condición natural. Y las labores domésticas y la servidumbre en general es el condicionamiento kármico que hace que un hombre pertenezca a la casta de los Sudras.

45. El hombre que, sea cual fuere su condición kármica, realiza su trabajo con gozo, con seguridad alcanza la perfección. Ahora te voy a explicar cómo un hombre encuentra gozo en su trabajo, alcanzando por esta vía la perfección.

46. La perfección está al alcance de aquel hombre que realiza su trabajo como un acto de adoración a Dios, de quien surgieron todas las cosas y a todas Él las mantiene, pues todo lo penetra.

47. Es mejor hacer tu propio servicio, aunque sea una tarea humilde, que envidiar el servicio del otro, por más importante que sea aparentemente: “Dios ayuda a aquéllos que se ayudan a sí mismos.” A un hombre que realiza su tarea, sea cual sea su karma, nada puede reprobársele.

48. Jamás debería un hombre abandonar su servicio, aunque no pudiera acometerlo en su totalidad, o no pudiera acabarlo a la perfección. Pues en toda obra humana hay imperfecciones, del mismo modo que el humo acompaña siempre al fuego.

49. Cuando un hombre, a través del Conocimiento, se ha liberado de toda ignorancia, no quedando en él vestigio alguno de atadura, teniendo su alma en paz una vez transcendidos todos los deseos, entonces, mediante la renuncia, puede alcanzar un estado supremo, que está más allá de las acciones terrenas.

50. Te contaré ahora cómo un hombre alcanza la morada de Brahman, la visión de la Luz Divina y el más alto estado de contemplación.

51. Cuando el ojo espiritual y la razón están limpios y en profunda concentración, el alma encuentra la armonía, cerrando las puertas al mundo del sonido exterior y recogiendo igualmente los otros sentidos, una vez que su conciencia ha trascendido la pasión y el odio.

52. Cuando un hombre sentado en la soledad del silencio, sumerge su conciencia en la meditación y la contemplación, procurando cuidar su salud y no comer demasiado, deteniendo sus pensamientos y palabras y con su cuerpo relajado, cuando tiene la firme determinación de superar toda tentación y deseo.

53. Libre ya de egoísmos, violencia y orgullo, al igual que de la concupiscencia, ira, y ambición, una vez que ha superado su ego y su personalidad, y el sentimiento de “lo mío”: este hombre ya ha escalado las cumbres más altas, haciéndose merecedor de la unión total con Brahman, Dios.

54. Una vez que se ha unido a Dios, su alma está más allá de las penas y los deseos, descansando por fin en la paz interior. Imparcialmente da su amor a todos los seres de la creación, pues debido a su ferviente devoción Yo le lleno con mi amor incesantemente.

55. Por el amor, él ha podido conocerme: Quién soy Yo y Qué soy Yo. Y una vez que ha recibido el Conocimiento, tiene abierta ya la puerta de regreso a Mi Ser.

56. Con seguridad puede buscar refugio en Mí, no importa cuál sea su karma o el tipo de trabajo al que se esté dedicando. De este modo, por mi Gracia, puede alcanzar la Eterna Morada de la Dicha.

57. Desde lo más profundo de tu corazón ofréceme todas las cosas que haces, considerándome como el último depositario de tu amor, tu Único Fin. Descansa tu mente en el refugio de la meditación, y entrégame tu vida.

58. Si Me entregas tu vida, por mi Gracia, estarás a salvo de todos los peligros de este mundo, al igual que un loto flota sobre las aguas mugrientas. Pero si no te entregas a Mí y desprecias mis consejos creyéndote capaz por ti solo, con certeza te digo que te perderás irremisiblemente.

59. Si motivado por el miedo y tu egoísmo, piensas renunciar a la lucha en la batalla de tu vida, vana es tu decisión, pues definitivamente la naturaleza te empujará a luchar de un modo o de otro.

60. Debido a que te encuentras sometido a las influencias del karma creado por tus acciones en tu vida anterior, a pesar de que engañado por la ilusión y conmovido por tus buenos sentimientos no quieras luchar, aun en contra de tu voluntad, tendrás que hacerlo.

61. ¡Oh Arjuna! Dios mora en el corazón de todos los seres, y en el tuyo propio. Y este maravilloso Poder controla a todas las cosas como si fueran sus marionetas, haciéndolas girar sobre la línea del tiempo.

62. ¡Oh guerrero victorioso! Ve a Él y ofrécele tu vida entera si quieres encontrar la salvación. Por Su Gracia, conseguirás la paz suprema, regresando así a tu hogar, la Morada Eterna.

63. Te he revelado la sabiduría de la visión espiritual, y también el Conocimiento que es el secreto más alto de todos los misterios ocultos. Medita en ello sumergiendo tu alma en el más profundo silencio, y permaneciendo en esta condición, haz lo que quieras con plena libertad.

64. Escucha: Mi Palabra Suprema es el más profundo secreto del silencio. Y porque te amo, te hablaré ahora de la salvación.

65. Entrégame tu mente y tu corazón, dedícame todas tus ofrendas y adórame; si haces esto, te prometo que vendrás a Mí y te harás uno conmigo, pues en verdad te amo.

66. Deja atrás todas las cosas que te atan y ven a Mí en busca de tu salvación. Yo te libraré de todo apego y destruiré la atadura que te une al karma creado por tus acciones. Ya no hay por qué temer.

67. Jamás se han de revelar estos secretos a alguien que no ofrezca su amor, o que no esté autodisciplinado, o alguien que no quiere oír o que tan solo pretende discutir.

68. Mas aquél que, unido a Mí por un estrecho lazo de amor y devoción, le hable de esta Suprema Doctrina a aquéllos que buscan el amor y la Verdad, éste en verdad viene a Mí.

69. Pues éste es el servicio más alto que un hombre puede hacer por Mí. Entre toda la especie humana que puebla la tierra, éstos son los hombres que Yo más amo.

70. La contemplación de la Luz interior a través del ojo espiritual es la adoración de aquél que habla de Mí en discursos espirituales y cuyas palabras surgen de la meditación. Lo afirmo con certeza.

71. Y aquél que tan sólo escucha, mas con ferviente fe, limpiando así su corazón de toda duda y desconfianza, también se libera de sus sufrimientos y alcanza el estado de dicha que corresponde a los hombres que actúan con rectitud.

72. ¡Oh Arjuna! ¿Has escuchado mis palabras con atención y en comunión silenciosa con tu alma? ¿Se ha desvanecido ya la ilusión producida por tu ignorancia, arrasada por el brillo de la Luz interior de tu Espíritu?

Arjuna:

73. Por tu Gracia he podido ver mi Luz interior, que ha disipado toda mi ignorancia, librándome así de la angustia que en mí producía la ilusión. En mi mente ya no queda duda alguna y mi fe en Ti es firme: Ahora puedo decir: “¡Que se haga tu voluntad!”

Sanjaya:

74. Éstas fueron las palabras de gloria que escuché en el diálogo entre Arjuna y el Señor de los señores, lo cual arrebató mi alma, dejándome maravillado y en continuo éxtasis.

75. Mediante un don especial que me fue concedido por Vyasa, he podido escuchar la revelación del Silencio Secreto. He podido oír los secretos del Yoga tal y como fueron enseñados por Krishna, el Maestro Manifestado.

76. ¡Oh gran rey! Aún recuerdo las palabras de sagrado éxtasis que surgieron en la conversación entre Krishna y Arjuna, y mi alma siente un regocijo incontenible.

77. Y aún recuerdo, y por siempre recordaré, la gloriosa visión del Dios de los dioses, desbordándose mi alma en gozo una y otra vez.

78. Dondequiera que esté Krishna, la Meta Ultima del Yoga, y dondequiera que esté Arjuna, el Maestro del arco: allí reina la belleza y la victoria, y el gozo que se experimenta una vez alcanzadas todas las virtudes. Tal es mi fe.

 

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