1.-
Conscientes del sufrimiento causado por el fanatismo y la intolerancia,
estamos decididos a no idolatrar o atarnos a ninguna doctrina, teoría, o
ideología, ni siquiera las budistas.
Las enseñanzas budistas son guías que nos ayudan en el aprendizaje de
observar con profundidad y en el desarrollo del entendimiento y la
compasión. No son doctrinas por las que haya que pelear, matar o morir.
2.-
Conscientes del sufrimiento causado por el apego a puntos de vista y a
percepciones equivocadas, estamos decididos a evitar tener una mente
estrecha y a no aferrarnos a los puntos de vista actuales.
Aprenderemos y practicaremos el desapego a puntos de vista para estar
abiertos a los conocimientos y experiencias de los demás. Somos
conscientes de que el conocimiento que poseemos actualmente no es
inmutable ni una verdad absoluta. La verdad se encuentra en la vida, y
observaremos en cada el momento la vida en nuestro interior y alrededor
nuestro, preparados a aprender durante toda la vida.
3.-
Conscientes del sufrimiento que causamos al imponer nuestros puntos de
vista a los demás, nos comprometemos a no obligar a otros, ni siquiera a
nuestros hijos, y por ningún método-como el uso de autoridad, amenazas,
dinero, propaganda o adoctrinamiento-a adoptar nuestros puntos de vista.
Respetaremos el derecho de los demás a ser diferentes y a escoger qué
creer y decidir. Sin embargo, ayudaremos a los demás a renunciar al
fanatismo y estrechez mental a través del diálogo compasivo.
4.-
Conscientes de que el observar con profundidad a la naturaleza de
sufrimiento nos puede ayudar a desarrollar compasión y a encontrar salidas
del sufrimiento, estamos decididos a no evitar o cerrar nuestros ojos al
sufrimiento.
Nos comprometemos a encontrar formas, incluyendo el contacto personal, las
imágenes y sonidos, para estar con los que sufren, de manera de
compenetrarnos con su situación y ayudarles a transformar su sufrimiento
en compasión, paz y alegría.
5.-Conscientes de que la verdadera felicidad está arraigada en la paz,
entereza, libertad y compasión, y no en la riqueza o fama, estamos
decididos a no tomar como meta de nuestras vidas la fama, lucro, riquezas
o placeres sensuales, ni a acumular riqueza mientras millones están
hambrientos y moribundos.
Nos comprometemos a vivir con sencillez, compartiendo nuestro tiempo,
energía y recursos materiales con esos necesitados. Practicaremos el
consumo atento, desechando el alcohol, las drogas o cualquier otro
producto que introduzca toxinas en nuestro cuerpo y consciencia, así como
en el cuerpo y consciencia colectivos.
6.-Conscientes de que el enojo bloquea la comunicación y crea sufrimiento,
estamos decididos a encargamos de la energía del enojo cuando surja y a
reconocer y transformar las semillas del enojo que yacen en lo profundo de
nuestra consciencia.
Cuando surja el enojo, estamos decididos a no hacer o decir nada, sino a
practicar la respiración atenta o el caminar atento y a reconocer, abrazar
y observar profundamente a nuestra enojo. Aprenderemos a mirar con los
ojos de la compasión en aquellos que pensamos son la causa de nuestra
enojo.
7.-
Conscientes de que la vida está disponible sólo en el momento presente y
de que es posible vivir con felicidad en el aquí y el ahora, nos
comprometemos a entrenarnos a vivir con profundidad cada momento de la
vida diaria.
Intentaremos no perdernos en la dispersión o ser arrastrados por los
remordimientos sobre el pasado, las preocupaciones acerca del futuro, o
los anhelos, enojos o celos del presente. Practicaremos la respiración
atenta para regresar a lo que ocurre en el momento presente. Estamos
decididos a aprender el arte del vivir con atención, haciendo contacto con
los elementos maravillosos, refrescantes y curativos que están dentro y
alrededor nuestro, y alimentando nuestras semillas de alegría, paz, amor y
comprensión, facilitando así el trabajo de transformación y curación en
nuestra consciencia.
8.-
Conscientes de que la falta de comunicación siempre trae desunión y
sufrimiento, nos comprometemos a entrenarnos en la práctica de escuchar
con compasión y hablar con amor.
Aprenderemos a escuchar profundamente sin juzgar o reaccionar y nos
abstendremos de pronunciar palabras que puedan crear discordia o división
en la comunidad. Haremos todo lo posible por mantener las comunicaciones
abiertas, así como por reconciliar y solucionar todos los conflictos, por
pequeños que sean.
9.-Conscientes de que las palabras pueden crear sufrimiento o felicidad,
nos comprometemos a aprender a hablar veraz y constructivamente, usando
sólo palabras que inspiran esperanza y confianza.
Estamos decididos a no decir falsedades por interés personal o para
impresionar a la gente, ni a pronunciar palabras que puedan causar
división u odio. No propagaremos noticias cuya certeza no nos conste ni
criticaremos o condenaremos cosas de las que no estamos seguros. Haremos
lo mejor que se puede para expresarnos públicamente acerca de situaciones
de injusticia, aunque esto amenace nuestra seguridad.
10.-Conscientes de que la esencia y meta de una Sangha son la práctica del
entendimiento y de la compasión, estamos decididos a no usar a la
comunidad budista para ganancia o lucro personal o a transformar a nuestra
comunidad en un instrumento político.
Una comunidad espiritual, sin embargo, debe tomar una posición clara en
contra de la opresión y la injusticia y debe esforzarse en cambiar la
situación, sin tomar partido.
11.-
Conscientes de la enorme violencia e injusticia a que han sido sometidos
nuestro ambiente y sociedad, nos comprometemos a no vivir de una profesión
dañina para humanos y naturaleza.
Haremos lo mejor que se puede para elegir una forma de sustento que nos
ayude a realizar nuestro ideal de entendimiento y compasión. Conscientes
de las realidades globales económicas, políticas y sociales, nos
comportaremos responsablemente como consumidores y ciudadanos, no
invirtiendo en compañías que privan a otros de su oportunidad de vivir.
12.-
Conscientes de que mucho sufrimiento es causado por guerras y conflictos,
estamos decididos a cultivar lo no-violencia, el entendimiento y la
compasión en nuestra vida diaria, a promover la educación sobre la paz, la
mediación consciente y reconciliación, dentro de las familias,
comunidades, naciones y el mundo.
Estamos decididos a no matar ni dejar que otros maten. Nos empeñaremos en
observar con profundidad en nuestra Sangha, para descubrir formas mejores
de proteger la vida y prevenir la guerra.
13.-
Conscientes del sufrimiento causado por la explotación, la injusticia
social, los robos y la opresión, nos comprometemos a cultivar el amor
compasivo y a aprender formas para trabajar por el bienestar de gente,
animales, plantas y minerales.
Practicaremos la generosidad compartiendo nuestro tiempo, energía y
recursos materiales con los necesitados. Nos comprometemos a no robar ni
poseer nada que debería pertenecer a otros. Respetaremos la propiedad
ajena, pero no permitiremos que nadie saque provecho del sufrimiento
humano o del sufrimiento de otros seres.
14.-
(Para los laicos): Conscientes de que las relaciones sexuales motivadas
por el deseo no puede disipar el sentimiento de soledad sino que crean más
sufrimiento, frustración y aislamiento, estamos decididos a no
involucramos en relaciones sexuales sin entendimiento mutuo, amor y un
compromiso a largo plazo. En las relaciones sexuales, debemos darnos
cuenta del sufrimiento futuro que podamos estar causando. Sabemos que para
preservar la felicidad nuestra y ajena, debemos respetar los derechos y
compromisos de nosotros mismos y de los demás. Haremos todo lo posible
para proteger a los niños del abuso sexual y proteger a las parejas y
familias del rompimiento por la conducta sexual errónea. Trataremos a
nuestros cuerpos con respeto y preservaremos nuestras energías vitales
(sexual, de respiración y espiritual) para la realización de nuestro ideal
de bodhisattvas. Estaremos bien conscientes de la responsabilidad de traer
nuevas vidas al mundo y meditaremos sobre el mundo al cual traeremos
nuevos seres.
(Para
los miembros monásticos): Conscientes de que la aspiración de un monje
o una monja sólo puede realizarse cuando él o ella abandona totalmente los
lazos del amor mundano, estamos comprometidos a practicar la castidad y a
ayudar a los otros a que se protejan. Somos conscientes que la soledad
y sufrimiento no pueden ser aliviados por la unión de dos cuerpos en una
relación sexual, sino por la práctica del entendimiento verdadero y la
compasión. Sabemos que una relación sexual destruirá nuestra vida de monje
o monja, nos impedirá realizar nuestro ideal de servir a los seres vivos y
dañará a otros. Estamos decididos a no reprimir o maltratar a nuestro
cuerpo o usarlo sólo como un instrumento, sino a aprender a manejarlo con
respeto. Estamos decididos a preservar nuestras energías vitales (sexual,
de respiración y espiritual) para la realización de nuestro ideal de
bodhisattvas. |