Dentro de las variadas
técnicas que el Yoga posee, hay una muy singular que en los últimos años
está siendo adoptada por una creciente mayoría de practicantes en todo el
mundo. Nos estamos refiriendo al Ashtanga Vinyasa, técnica originaria del
sur de la India, muy diferente al menos en la superficie, con el Yoga
Clásico o Ashtanga Yoga de Patanjali. Redescubierto por Sri T.
Krishnamacharya en los años 30, fue mantenido aparte de las grandes
corrientes del Yoga que desembarcaron en Occidente entre los años '20 y
'70.
Un sistema de meditación
Al Ashtanga Vinyasa se lo conoce también como sistema de respiración en
movimiento. Aunque sin duda lo que mejor podría definirlo es: un sistema
de meditación en movimiento. Por sus específicas características, o sea la
combinación de la respiración ujjai, drishtis y bandas, más el trabajo
postural / secuencial, el efecto durante y después de la práctica es muy
particular; y puede identificárselo con algún tipo de meditación.
Generalmente se cree que la quietud es una característica distintiva de la
meditación.
El Ashtanga Vinyasa amplía esa afirmación y demuestra cuán poderosa puede
ser una técnica en donde además se agregue trabajo con hazaña Este
estado de meditación no hay que buscarlo; simplemente sobreviene de manera
espontánea. Ocurre. El cuerpo adquiere la levedad de una pluma, la
atención es absorbida por la respiración; no hay interferencias.
Por otro lado, el término "vinyasa" significa secuencia, progresión de un
estado al otro de manera gradual. Sugiere una acción progresiva y
paulatina. Es una aproximación diferente al trabajo postural. Las posturas
conforman una serie, dentro la cual se encuentran como los eslabones de
una cadena. El elemento aglutinante es la respiración; ninguna postura
tiene más o menos importancia que la otra, ya que el "producto" es la
serie.
Podríamos agregar que la serie tiene características de algo orgánico. Hay
seis series, conocidas como: primera, segunda, avanzada A, B, C y D. Cada
una tiene un desarrollo preciso, y no puede ser practicada antes de haber
terminado la anterior. Cabe recordar que para terminar la primera serie se
requieren, siempre según un promedio general, 4 a 7 años de practica
constante. Contrariamente a lo que parece de afuera, el Ashtanga Vinyasa
no es una colección de posturas hechas de manera más o menos acrobáticas.
Es un sistema muy contundente y dinámico con el cual podemos explorar
otras capas de la conciencia. O al menos atender a otros estados de
conciencia. Confundirlo con una secuencia postural sería un error. No se
apreciaría así lo subyacente, lo que no se ve, pero que es mucho más
activo que cualquier forma adoptada exteriormente. Nos referimos al
trabajo interno.
La estructura
Hemos mencionado antes la característica principal que es el dinamismo.
Eso es lo que lo hace atractivo, precisamente. Pero veamos los tres
pilares sobre los que la serie se asienta:
1 - La respiración ujjai. Relaja la mente y
el cuerpo, produce calor interno y crea un soporte para la atención.
Mantiene el prana circulando por todo el cuerpo.
2 - Mulabanda, o llave de perineo. Los
músculos de la base del tronco, donde la pelvis se cierra por debajo, son
ligeramente contraídos. De esa manera se crea un "tapón" y la energía se
conserva dentro del cuerpo, no se disipa.
3 - Drishtis, o miradas. Drishti es una
mirada particular, mirada con intención sería su traducción. Es lo que le
da el foco a la práctica. Cada postura y cada movimiento llevan atado un
Drishti propio. Los puntos más usados son la punta de la nariz, o nasagrai
Drishti y el entrecejo, o bromadya Drishti. También se usan dedos de pies
y manos y el ombligo. Estas posiciones que toman los ojos no son
caprichosas, sino que se ocupan, en primer lugar, de evitar la dispersión
de la mente y luego calmarla. Cuando enfocamos los ojos en esos puntos no
solo estamos operando dentro del cerebro, sino que activamos la energía
latente en ellos. ¿Cómo se logra la dinámica tan característica?
Respetando la secuencia (vinyasa).
Para cada postura hay un cierto número de movimientos que se hacen para
entrar a ella y para salir de ella. Digamos entonces que los tres pilares
antes mencionados combinados en la secuencia correcta y a su vez la
secuencia correcta combinada con el trabajo con Asana constituyen el total
de la práctica. La serie debe verse como un todo, un conjunto, un
entramado en donde ninguno de estos aspectos puede estar ausente. De
estarlo se corre el riesgo de transformar la práctica en un mero ejercicio
físico, categoría que no le pertenece en absoluto.
Un Yoga para todos
La práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga como el estudio de cualquier otra
disciplina requiere mucho tiempo. El cuerpo y todos los sistemas que él
encierra responderán, pero en otro tiempo a los que nuestra mente y ego
pretenden. La mejor sugerencia para comenzar con una práctica estable es
pensar en ciclos amplios. En esta época de progresos y logros inmediatos,
pedir eso es ir a contracorriente. Se quiere todo ahora, listo, terminado
y pronto. Nada que sea rápido es digno de ser tomado con seriedad. Los
caminos instantáneos, las iluminaciones en un fin de semana, deberían ser
vistos como un espectáculo de deformidades en un circo antiguo. La
evolución requiere mucho esfuerzo y desapego de cualquier resultado. Para
ello , lo único que nos permite llevar adelante esta tarea, aparentemente
larga y esforzada, es poder disfrutarla. Esto es posible si nos olvidamos
de "metas" y "objetivos". Solo practicar y encontrarse día a día con lo
que hay, sin expectativas y sin creencias impuestas. Vacíos y receptivos. |